CAPITULO 7 ARNOLD VA AL PSIQUIATRA II

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CAPITULO 6 ¿QUE HARIAS POR AMOR?

La obsesión es el sentimiento totalmente a lo contrario del amor, entre estos dos hay grandes diferencias, el amor es un sentimiento parecido a la libertad en el sentido de que no ata, no obliga a nada y siempre es mutuo el sentimiento y en cambio la obsesión es atar, obligar, celar, llegar a un punto donde el amor no es amor, es solamente un capricho donde la locura llega más allá de los limites pensando que si la persona que amas no es tuya no puede ser de nadie.

El amor no se puede obligar a sentir, el amor es un sentimiento irracional, el amor no se razón ni se piensa, el amor se siente o no se siente, en cambio la obsesión se piensa, se planea, se busca hasta cierto punto cuando estas encaprichándote todo el tiempo con la persona que en muchas ocasiones no te ama.

A.P.S

-¡¿Qué demonios...?!

-¡Arnold! –Jacqueline lo sostuvo del brazo antes de salir –No puedes ir y menos así

-Debo hacerlo...Arnie la molesta de nuevo

La rubia le miro tristemente

-Lamento mucho esto Arnold pero no creo...no creo que se sienta muy obligada –No quería decir aquello pero realmente la rubia no parecía estar siendo molestada.

Un golpe al corazón, aquello era cierto Helga no se veía para nada obligada en aquel beso que su primo le estaba a dando.

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En el patio, Helga se sentía asqueada pero en su mente solamente estaba un solo pensamiento...

"Arnold"

Cuando Arnie termino de asquearla por completo, ella dejo escapar un pequeño sollozo, alejándose inmediatamente del rubio, quien sonrió sosteniéndola –Mas te vale que te comportes y no intentes escapar de mí

-Te odio estúpido

-Yo te amo mucho –Replico el rubio acercándose de nuevo para besarla de nuevo y Helga no sabía si lo soportaría de nuevo y comenzó a empujarlo –Cálmate Helga, recuerda que si no quieres que tu secreto y que a Arnold le pase algo, copera

-Ya hice algo ahora ya déjame maldito engendro –Helga alzo su puño para poder golpearlo pero Arnie sostuvo su puño al aire y sonrió burlonamente

-No soy como ese tipo que te seguía para todas partes Helga, y tampoco tengo la paciencia de mi primo –Apretó el puño provocándole daño a la rubia aunque no lo demostraba –No me provoques, además de que sé que no eres la niña ruda que siempre has aparentado y yo encontré tu talón de Aquiles

La soltó bruscamente provocando que la joven se tropezara un poco hacia atrás, pero no cayo porque se sostuvo en la pared.

-Maldito engendro raro –Murmuro entre dientes la rubia mientras dejaba escapar unas pequeñas lágrimas de sus hermosos ojos azules, ¿Qué más podría salirle mal? Su casa, ahora también la escuela, estaba harta.

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-Sé que estas molesto en este momento, Arnold

-No entiende...

-Claro que comprendo sé que...

-No doctora, no puede comprenderme –Arnold suspiro frustrado -¿De qué más quiere hablar?

Jacqueline le miro curiosamente sabía que tal vez Arnold en el fondo sentía que se merecía aquello por alguna extraña razón pensaba eso aunque no podía confirmarlo hasta que el rubio se lo dijera.

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