CAPITULO 13 UN GRITO DE AYUDA
A veces las personas podemos ser demasiado complejas y poco comprendidas por las que nos rodean, muchas tenemos personalidades que no necesariamente ayudan a saber cómo se siente o que es lo que tiene, como tampoco sabemos realmente ¿Cómo poder ayudar? Porque ¿Quién sabe realmente como ayudar a una persona cuando se encuentra en problemas? La respuesta es que nadie lo sabe, nadie nace sabiendo la respuesta ni de esto ni de nada, siempre hay nuevas cosas que aprender que saber, que conocer, que hallar, todos somos únicos y especiales y eso nos hace aún más increíbles y atractivos para los lados opuestos, porque ¿Qué fácil sería la vida de ser todos iguales y pensar iguales, no creen?
El único problema en todo esta complejidad de la humanidad es que ¿Cómo sabes cuando alguien está gritando tu ayuda sin utilizar nada de palabras? ¿Cómo saber que hay un grito de ayuda cuando en realidad no lo dicen? ¿Cómo saber que realmente alguien desea ser ayudado si no lo expresa? ¿Cómo saber que no está bien si no lo dice?
La ventaja es que tal vez si eres muy observador y realmente te interesa la persona te puedes dar cuenta de lo que dice su mirada y su corporalidad, donde vemos el grito de ayuda que está pidiendo implorando para que puedan sacarla del infierno en el que tal vez este.
Pero ¿Qué pasa si siempre fue invisible ante tus ojos? En realidad ¿podrías darte cuenta de esto?
La invisibilidad efectiva cuando no quieres que nadie te descubra, una hermosa capa que utilizas en los casos donde quieres pasar desapercibido pero tu tormento cuando suplicas por el exterminio del infierno que llegas a vivir...
H.G.P
Arnold había tenido que estar en casa por casi una semana en reposo, ya que su madre no quería que volviera a salir y menos que se lastimara más de lo que ya estaba, fue un gran suplicio el no saber esos días de la rubia, en realidad de verla pues Gerald y Phoebe eran grandes amigos, le informaron todo lo que había estado pasando en la escuela (en realidad con Helga)
La rubia se veía peor de lo que Phoebe le había dicho al menos eso es lo que podía notar cuando la vio ingresar a clase de Historia que afortunadamente para él, Arnie no estaba, ella no lo miro, ni lo saludo paso rápidamente a un lugar lo más alejado del salón y la vio recargarse en su banca para después esconder su cara en sus brazos, eso no estaba bien, la notaba triste y mal.
Phoebe había comentado que Helga desde aquel día había estado distante de todos incluso de ella, que se vestía como normalmente lo había hecho desde hace años pero un poco más provocativa, no comprendió hasta que la vio ingresar, en realidad su blusa tenía un escote muy pronunciado y sus pantalones pescador eran pegados lo cual la favorecía pero no era como que ella estuviera muy feliz por ello, estaba seguro que estaba algo incomoda sobre todo por la blusa, además ¿pantalón? Nunca le había visto uno así.
-Helga –le llamo cuando estuvo delante de ella, esa banca estaba libre, apenas estaba ingresando el profesor pero pudo notar que la rubia no respondió y no parecía tener interés de tomar clase
Suspiro pesadamente antes de voltearse para cubrirla lo mejor que pudiera del profesor, esperando que este no decidiera ir a la parte trasera de la clase.
Helga había escuchado al rubio pero no podía arriesgarse a que alguien le dijera a Arnie que le había estado hablando en clase, ella sabía que tenía cómplices que le decían cada uno de sus pasos como hace dos días que trato de ir a la casa de Arnold cuando le marco y le dijo que ni se le ocurriera, ella no entendía ¿Cómo lo sabía? Hasta que vio a uno de los compinches de Wolfang, estaba segura que la tenía muy bien vigilada.
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ADOLESCENCIA
FanficDespues de aquella tarde en FTI no he podido sacarla de mi mente y ahora despues de años...no lo soporto mas, siento que explotare...ella alla y yo aqui...¿como diablos pude ser tan idiota? -Siempre lo has sido Arnoldo -La rubia lo miro burlonamente...