ADOLESCENCIA

CAPITULO 12 OPERACION ARNIE I

CAPITULO 12 EL INFIERNO ARDE

Cada que miro hacia el horizonte, puedo darme cuenta de lo que había esperado en la verdosa pradera de tu mirada, aquella que me llenaba de luz y felicidad involuntariamente comencé a desear más y más, se volvió una rutina una adicción, que pecado tan grande cometí ¿Para tener el castigo de la abstenía a tus labios? ¿Qué tan impuro puede ser alguien para mantenerse en constante castigo lejos de la luz?

Miro una vez más aquel atardecer donde me pierdo en la verde esmeralda de tu ser, donde no hay más que bañarse en el estanque de tu alma, que me recibe con brazos abiertos pese a ser impuro ante tanta pureza y luz, es increíble que finalmente los frutos del fruto prohibido tuvieran efectos de manera errónea e impura, pero ahora que soy impura también ¿Cómo puedo anhelar tu aroma? ¿Cómo puedo volar hacia a ti si las alas de Angel no fueron hechas para mí?

El infierno no es abajo, el infierno está aquí presente entre nosotros cuando soy afortunada de ser espectador de tal hermosa vista, dichosos mis ojos que pueden verte pero a la vez sangran por el temor de no encontrar ese brillo que daba vida a mi alma, ojos puerta del infierno ahora solo son flamas ardientes que impureza hay en ellos dios, tortura el ver tan dulzura y néctar de la vida, pura como el universo y fuera del alcance de alguien como yo, oh maravilloso universo, luna amada plateada dame esa luz para que guie mi corazón y pueda devolverme la vida en este infierno que ahora me atormenta, esta abstinencia que está matando por dentro mi alma, este delirio que ahora tengo por la falta del néctar dulce de sus labios, las puertas al cielo que ahora serán selladas por siempre ante un ser impuro como yo.

Oh, que dichosa aquella luz plateada que contemplas como nunca lo harías por alguien como yo, dichosa las estrellas que pueden velar por ti y seguirte a donde vayas, bendito el cielo que puede envolverte para soñar despierto, desdichado este corazón que ahora se desangra por tu amor, en este insaciable infierno.

H.G.P

Helga solo miraba a Arnie quien a su vez miraba con molestia a su primo quien inconsciente o consiente tenía la mano aun sobre el brazo de ella, trato de zafarlo pero al parecer Arnold tenía más fuerza de lo que una vez creyó, por lo que dejo de luchar.

-¿Qué haces aquí, Arnie?

-Vine a ver a mi novia, ¿Tu qué haces aquí primo?

Las palabras "Novia" retumbaban en las mentes de ambos rubios, Helga trato de no ver a Arnold y este solo miraba con molestia a su primo y pese a que las dagas en su corazón eran una tortura decidió ignorarlas –No creo que sea un buen momento ella y yo estábamos...

-¡Arnie! Cariño pasa adelante –Miriam había aparecido por atrás de ambos rubios y empujando nada suave al rubio que había permanecido firme para no dejar pasar a su primo, la mujer lo jalo para dentro de la casa.

-Hola Miriam

"¡¿Miriam?! ¿Ahora son íntimos amigos o cómo?" se preguntó la rubia cruzándose de brazos y viendo como el rubio traía consigo una botella de licor.

-¿Cómo estas corazón?

-Bien gracias –Enseño la botella y Miriam parecía haber visto un billete de muchos ceros, sus pupilas parecían a punto de salirse y tomo la botella con una sonrisa feliz como una niña ante un caramelo favorito –Un presente

-Gracias hijo, ¿quieres quedarte a cenar ahora sí?

-De hecho solo venía a darle esto y saludar a mi novia

Miriam grito de felicidad provocando que la rubia temiera más de lo que ya había temido.

-Eso es fantástico –Dijo como si hubiera ganado el nobel –Helga es hermosa ¿Verdad?