CAPITULO 24 LUZ Y AMOR II

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CAPITULO 24 ARNIE Y SU EXTRAÑO SER I

CAMBIO II

Cuando a veces puedes llegar a obtener lo que quieres y aun así sentirte vacío, es porque es lo incorrecto, ¿Desear lo de los demás? Es simplemente no vivir por ti mismo, el temor a ser quien eres realmente, temor a poder llegar a ser lo que realmente tu corazón te exige.

¿Cómo fallar más que fallarle al mismo corazón? ¿Qué puede ser peor que traicionarte a ti mismo? Es una anagnórisis cuando te descubres a ti mismo sin saber quién eres y en qué momento te perdiste, por el simple hecho de querer lo que no es tuyo, de desear algo que no es para ti, y no aceptarte principalmente lo que eres y quien eres, y en base a ello, luchar por lo que deseas.

El peor el error es querer vivir en los zapatos de alguien más, vivir la vida de otra persona en vez de agradecer y apreciar tu vida misma.

A.S.

Arnold miraba a su primo con molestia ahora después de ver como la rubia que tanto amaba se iba de la alcoba.

Arnie también estaba algo molesto pero suspiro con cansancio.

-Lamento mucho todo esto

Arnold levanto una ceja incrédulo sin poder creer lo que escuchaba.

Arnie sonrió con burla –No me mires así, en verdad lamento esto, yo.... –Se dejó caer en la cama –No sé qué me pasa, bueno...es decir, yo....

Arnold sonrió con compasión –No digas ya nada, pero –Suspiro –Quiero que le digas la verdad a Helga

Arnie bajo la mirada –Creo que ya no es necesario ¿No?

-Creo...bueno...no –Suspiro Arnold antes de sentarse a su lado -¿Cómo vamos a revertirlo?

-El gitano viene hasta dentro de dos semanas, así que no nos queda más que esperar –Dijo el rubio tratando de explicarse, le comenzaba a doler demasiado la cabeza, eran demasiadas emociones y muchos problemas –Pero tengo que encontrar una hoja que me dio aquel día y no...no recuerdo donde la deje

-Te ayudare –Murmuro Arnold –Ya no estarás solo, perdóname, en verdad he comprendido muchas cosas primo

-No quiero lastima –Dijo Arnie molesto

-No te la tengo...eres mi familia, yo no debí...fui egoísta al no preocuparme por cosas, espero que puedas perdonarme mis actos eran a veces...groseros

-Yo debería pedirte perdón –Suspiro –Arnold no quiero ser grosero pero en verdad ya no quiero hablar

El solo sonrió –De acuerdo, nos vemos al rato. –Susurro el rubio

Arnie solo asintió.

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Helga caminaba lentamente sin saber...no quería pensar. Habia escuchado todo lo que habían discutido en ese momento Arnold y....Arnie, ¿Arnold era Arnie y Arnie era Arnold?

Dios ¿Cómo era eso siquiera posible? Habia dejado sola a su hermana en algún momento porque su cabeza estaba por explotar y haber visto aquello no la hizo sentir mejor, lo peor de todo no quería ir a su casa, Bob estaba con Jacqueline y Olga, no podía ir a casa de su madre ya que sabía el tormento que viviría.

¿Qué demonios haría entonces?

Suspiro con frustración. No le quedaba de otra.

Eso pensaba cuando de pronto vio a su mama, quien iba saliendo de una licorería, estaba cada vez más demacrada que cuando estuvo en el hospital estaba empeorando la sombra de lo que alguna vez fue Miriam Pataki, había desaparecido, estaba más que perdida.

ADOLESCENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora