Capítulo 6

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Me acerco a él lentamente, unas lagrimas se dibujan en sus mejillas. 

Sus musculosos brazos se posan con cuidado en mi espalda abrazándome. Miles de lágrimas  caen de mis ojos, mojando ahora su camisa.

-Ven, vamos allí a sentarnos y te lo explico todo...

-No, no quiero saber nada... - digo separándome de él.

-___, por favor... yo no tengo la culpa...

-Sí, tú pudiste buscarme, ¿sabes lo que sufrí pensando que habías muerto?

-____- dice intentando cogerme la mano, pero la aparto antes de que la tome.

-Brais, déjame... por favor...- me aparto de él y busco a Luz pero no la encuentro por ningún lado, ni a ella ni a ninguna de mis amigas. Solo veo a Vegetta, así que vuelvo con él.

-Vegetta, no encuentro a mis amigas, me puedes acompañar a mí casa.

-Claro.

-___ espera por favor, yo también he sufrido... mucho, pero yo no.... -viene Brais detrás de mi intentando que los escuche. 

-No Brais, no quiero saber nada más de ti.

-Pero ___

-Oye, no la has escuchado, déjala tranquila – dice Vegetta, mientras pasa su brazo por mis hombros y me pega a él.

-Está bien___, te dejo, pero hablaré contigo me da igual si es hoy o dentro de una semana, pero necesito explicártelo- dice Brais mientras Vegetta y yo nos vamos hacia mi casa.

Después de 15 minutos llegamos a mi casa, durante todo el camino no hablamos nada él solo me abrazaba a; él entre sus brazos me sentía segura.

Subimos a mi casa.

-Muchas gracias por acompañarme.

-De nada, si necesitas algo pídelo.

-Vale... ¿quieres beber o comer algo? – digo mientras me dirijo a la cocina.

Miro por la ventana de la cocina y... mierda, debajo de mi casa esta Brais.

-Ve-Vegetta – digo nerviosa mirando a Brais por la ventana

-Dime – dice mientras se pone a mi lado - ¿ese es el chico del bar?

Asiento levemente.

-¿Y quién es?

-Es difícil... e...

-Si no quieres contármelo no hace falta que me lo cuentes- me interrumpe él.

-Vale gracias... Oye, tengo miedo de lo que pueda hacer, ¿Te puedes quedar está noche conmigo?

-Es que no puedo... mañana he quedado con mi madre.

-Ah... vale...

-¿Quieres venirte a mi casa?

-No, no te preocupes...

-No, sí que te vienes a mi casa, aquí sola no te dejo.

-Vale...

Voy a mi habitación y cojo ropa y algunas cosas más, luego bajamos de mi casa y pedimos una taxi. Unos 20 minutos después llegamos a su casa.

-___, la habitación de invitados no está preparada, así que tu dormirás en mi habitación y yo en el sofá- dice Vegetta mientras caminamos por un pasillo intentando no hacer ruido. 

 Llegamos a una habitación, con una pequeña cama y llena de peluches, posters, muñecos... la verdad es que molaban...

<< ¿Cómo que molan? Si esto es de frikis>>

¡Cállate! Esto no es de frikis, al contrario, está muy chulo.

<< ¿Por qué lo defiendes?>>

No lo defiendo, solo digo que no es ningún friki, y ahora cállate de una vez.

-¿De verdad no te importa dormir en el sofá?

-La verdad es que es un poco incómodo, creo que voy a preparar la habitación de invitados en un momento.

-¿Quieres que te ayude?

-No tranquila no te preocupes, tú descansa

-Y un mierda, me traes a tu casa, me dejas quedarme en tu habitación, y no quieres que te ayude? No, te voy a ayudar, vamos.

-jajaja bueno vale....

Salimos por un pasillo hasta llegar a otra habitación situada al final del pasillo.

-No hagas mucho ruido, mis padres están durmiendo- me susurra caminando.

Yo voy andando detrás de él pero tropiezo con algo y choco contra él.

Sí, soy muuuy patosa.

-Lo siento – susurro

-Tranquila no pasa nada

Seguimos andando hasta llegar a la habitación.

Era igual que la de él pero esta no tenía muñecos, ni posters, ni nada, esta estaba casi vacía.

Saca unas sábanas azules de un armario y lo ayudo a hacer la cama.

Terminamos y me acompaña de vuelta a su habitación donde dormiré esta noche.

Vamos andando de nuevo por el pasillo y a que no sabéis que.

¡¿Quee!? *Preguntan todos gritando con intriga* Okno

Otra vez tropiezo con algo pero esta vez caigo al suelo haciendo un fuerte ruido.

Vegetta se gira y me observa en el suelo. Escucho su risa y rápidamente me levanto.

-No te rías de mí- digo pegándole en el brazo

-Nono, no me estoy riendo -dice intentando disimular su risa.

-Ya claro, como en el cine, ¿no?

Él vuelve a reír.

Iba a pegarle otra vez pero escuchamos unos sonidos que venía de una habitación. Lo miro con los ojos abiertos como platos sin saber que hacer o que decir.

-Es mi madre, vamos a la habitación -susurra animándome a que lo siga.

Me coge de la mano y tira de mi hasta su cuarto, una vez entramos me dice que me siente en su cama. Y justo en ese momento llaman a la puerta de su habitación.

-Samuel hijo ¿estás bien? – dice una dulce voz abriendo la puerta, dando lugar a una mujer.

La mujer de oscuro cabello, observa a Vegetta y luego posa su vista sobre mí y sonríe. Yo como una señorita educada le devuelvo la sonrisa.

<< ¿Educada desde cuándo? >>

Vete a la mierda

-Oh lo siento hijo, os dejo solos.

-Vale mamá, duerme bien – su madre iba a cerrar la puerta pero antes de esto me vuelve a mirar.

-Ves, has despertado a mi madre – dice él enfadado

-Lo siento, no quiero... - digo mientras agacho la cara

-Es broma ___- dice riendo y sentándose a mi lado – mi madre se levanta todas las noches mínimo 3 veces – dice esto alzando mi cara con su mano.

Nos quedamos los dos mirando, teníamos la cara a pocos centímetros yo por un momento desvié mi mirada a sus carnosos labios.

Él se acerca a mí poco a poco.

¿Lo beso o no? Por una parte no lo conozco mucho pero por otra, la vida es muy corta hay que aprovechar todas las oportunidades que te dé.

<< ¿Aunque sea...>>

Sí conciencia, aunque sea un youtuber.

Nuestros labios se encuentran a corta distancia y por fin yo la corto chocando mis labios contra los suyos.

Odio a los Youtubers (Vegetta y tu) ||Editando||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora