Me acerco a él lentamente, unas lagrimas se dibujan en sus mejillas.
Sus musculosos brazos se posan con cuidado en mi espalda abrazándome. Miles de lágrimas caen de mis ojos, mojando ahora su camisa.
-Ven, vamos allí a sentarnos y te lo explico todo...
-No, no quiero saber nada... - digo separándome de él.
-___, por favor... yo no tengo la culpa...
-Sí, tú pudiste buscarme, ¿sabes lo que sufrí pensando que habías muerto?
-____- dice intentando cogerme la mano, pero la aparto antes de que la tome.
-Brais, déjame... por favor...- me aparto de él y busco a Luz pero no la encuentro por ningún lado, ni a ella ni a ninguna de mis amigas. Solo veo a Vegetta, así que vuelvo con él.
-Vegetta, no encuentro a mis amigas, me puedes acompañar a mí casa.
-Claro.
-___ espera por favor, yo también he sufrido... mucho, pero yo no.... -viene Brais detrás de mi intentando que los escuche.
-No Brais, no quiero saber nada más de ti.
-Pero ___
-Oye, no la has escuchado, déjala tranquila – dice Vegetta, mientras pasa su brazo por mis hombros y me pega a él.
-Está bien___, te dejo, pero hablaré contigo me da igual si es hoy o dentro de una semana, pero necesito explicártelo- dice Brais mientras Vegetta y yo nos vamos hacia mi casa.
Después de 15 minutos llegamos a mi casa, durante todo el camino no hablamos nada él solo me abrazaba a; él entre sus brazos me sentía segura.
Subimos a mi casa.
-Muchas gracias por acompañarme.
-De nada, si necesitas algo pídelo.
-Vale... ¿quieres beber o comer algo? – digo mientras me dirijo a la cocina.
Miro por la ventana de la cocina y... mierda, debajo de mi casa esta Brais.
-Ve-Vegetta – digo nerviosa mirando a Brais por la ventana
-Dime – dice mientras se pone a mi lado - ¿ese es el chico del bar?
Asiento levemente.
-¿Y quién es?
-Es difícil... e...
-Si no quieres contármelo no hace falta que me lo cuentes- me interrumpe él.
-Vale gracias... Oye, tengo miedo de lo que pueda hacer, ¿Te puedes quedar está noche conmigo?
-Es que no puedo... mañana he quedado con mi madre.
-Ah... vale...
-¿Quieres venirte a mi casa?
-No, no te preocupes...
-No, sí que te vienes a mi casa, aquí sola no te dejo.
-Vale...
Voy a mi habitación y cojo ropa y algunas cosas más, luego bajamos de mi casa y pedimos una taxi. Unos 20 minutos después llegamos a su casa.
-___, la habitación de invitados no está preparada, así que tu dormirás en mi habitación y yo en el sofá- dice Vegetta mientras caminamos por un pasillo intentando no hacer ruido.
Llegamos a una habitación, con una pequeña cama y llena de peluches, posters, muñecos... la verdad es que molaban...
<< ¿Cómo que molan? Si esto es de frikis>>
¡Cállate! Esto no es de frikis, al contrario, está muy chulo.
<< ¿Por qué lo defiendes?>>
No lo defiendo, solo digo que no es ningún friki, y ahora cállate de una vez.
-¿De verdad no te importa dormir en el sofá?
-La verdad es que es un poco incómodo, creo que voy a preparar la habitación de invitados en un momento.
-¿Quieres que te ayude?
-No tranquila no te preocupes, tú descansa
-Y un mierda, me traes a tu casa, me dejas quedarme en tu habitación, y no quieres que te ayude? No, te voy a ayudar, vamos.
-jajaja bueno vale....
Salimos por un pasillo hasta llegar a otra habitación situada al final del pasillo.
-No hagas mucho ruido, mis padres están durmiendo- me susurra caminando.
Yo voy andando detrás de él pero tropiezo con algo y choco contra él.
Sí, soy muuuy patosa.
-Lo siento – susurro
-Tranquila no pasa nada
Seguimos andando hasta llegar a la habitación.
Era igual que la de él pero esta no tenía muñecos, ni posters, ni nada, esta estaba casi vacía.
Saca unas sábanas azules de un armario y lo ayudo a hacer la cama.
Terminamos y me acompaña de vuelta a su habitación donde dormiré esta noche.
Vamos andando de nuevo por el pasillo y a que no sabéis que.
¡¿Quee!? *Preguntan todos gritando con intriga* Okno
Otra vez tropiezo con algo pero esta vez caigo al suelo haciendo un fuerte ruido.
Vegetta se gira y me observa en el suelo. Escucho su risa y rápidamente me levanto.
-No te rías de mí- digo pegándole en el brazo
-Nono, no me estoy riendo -dice intentando disimular su risa.
-Ya claro, como en el cine, ¿no?
Él vuelve a reír.
Iba a pegarle otra vez pero escuchamos unos sonidos que venía de una habitación. Lo miro con los ojos abiertos como platos sin saber que hacer o que decir.
-Es mi madre, vamos a la habitación -susurra animándome a que lo siga.
Me coge de la mano y tira de mi hasta su cuarto, una vez entramos me dice que me siente en su cama. Y justo en ese momento llaman a la puerta de su habitación.
-Samuel hijo ¿estás bien? – dice una dulce voz abriendo la puerta, dando lugar a una mujer.
La mujer de oscuro cabello, observa a Vegetta y luego posa su vista sobre mí y sonríe. Yo como una señorita educada le devuelvo la sonrisa.
<< ¿Educada desde cuándo? >>
Vete a la mierda
-Oh lo siento hijo, os dejo solos.
-Vale mamá, duerme bien – su madre iba a cerrar la puerta pero antes de esto me vuelve a mirar.
-Ves, has despertado a mi madre – dice él enfadado
-Lo siento, no quiero... - digo mientras agacho la cara
-Es broma ___- dice riendo y sentándose a mi lado – mi madre se levanta todas las noches mínimo 3 veces – dice esto alzando mi cara con su mano.
Nos quedamos los dos mirando, teníamos la cara a pocos centímetros yo por un momento desvié mi mirada a sus carnosos labios.
Él se acerca a mí poco a poco.
¿Lo beso o no? Por una parte no lo conozco mucho pero por otra, la vida es muy corta hay que aprovechar todas las oportunidades que te dé.
<< ¿Aunque sea...>>
Sí conciencia, aunque sea un youtuber.
Nuestros labios se encuentran a corta distancia y por fin yo la corto chocando mis labios contra los suyos.
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Odio a los Youtubers (Vegetta y tu) ||Editando||
FanfictionUn quedada de youtubers a la que ___ no quería ir, porque odia a los youtubers, pero que gracias a su amiga Luz, conoció a una persona que, aunque ella aun no lo sabe, lo amará para siempre. Del odio al amor hay un paso.