Narra Eva: Estaba en el sofá, con Dani viendo series, mientras tenía a mi hermana, rondando por la casa. Marina, se fue un momento a casa de Javi, así que...
-Dani:vaga, te arreglas, o no llegamos. -Eva:¿estas insinuando que tardo mucho? -Dani:se podría decir. -Eva:oye, me dices mucho a mi, pero tu todavía, no te has arreglado. -Dani:porque yo me tengo que ir a casa, a arreglarme, idiota. -Eva:tener novios, para que te llamen idiota-me levante, enfadada de broma. -Dani:pero no te enfades, tonta.-me cogió de la cintura.
Yo por dentro me reía, aunque quisiera matarle, y me deshice de su agarre
-Eva:ale, me voy a arreglar, para el señorito-dije riendo, y beso sus labios, entrando a mi habitación. -Dani:a las 21:30, paso a por ti. -Eva:okey, feo.
Dani se rie, y se va, mi hermana, viene corriendo conmigo.
-Eva:hola, cielo, la tata, se va a duchar, si quieres ves a jugar un ratito, y mira la tele. -África:vale.
Entre al aseo, para ducharme, no tarde más de 10 minutos, y salí. Enrolle mi cuerpo, en una toalla, y desenreda mi pelo, para que quedase liso. Me lo seque, y me maquille. Después de maquillarme, me vestí, y me puse, los pendientes, y todo.
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Cogí un pequeño, bolso negro, y metí mis cosas. También cogí una chaqueta negra de cuero, y salí al comedor.
-África:tata, que guapa. -Eva:gracias mi vida. -África:¿te vas con Dani? -Eva:si, cariño, te quedas con la tata Marina. -África:wiiii
Encendí mi móvil, para mirar la hora, ya eran las 21:12, así que Dani no tardaría en venir, y Marina, ay Marina, más vale, que viniese ya, si no la mato, no literal, pero le echaría la bronca, aunque sea en plan broma. No me di cuenta, que estaban llamando al timbre, en ese momento, y abrí, la puerta.
-Eva:ya era hora, chiquilla. -Marina:buah, esque Javi está malo, y me retrase. -Eva:bueno, tranquila, Dani todavía no llegó. -Marina:estas preciosa, niña. -Eva:gracias. -Marina:venga, Afri, me ayudas a hacer la cena? -África:si.
Las mire, y simplemente, mire a Marina, y le di las gracias, por quedarse con África, una vez más.
-Eva:no queméis la cocina, eh.
Ellas rieron, y volvieron a llamar al timbre, encontrándome a Dani, con una camisa vaquera arrremangada hasta el codo, unos pitillo negros con una cadena, colgando, de la parte donde se situaba el cinturón, una chaqueta de cuero negra, y unas zapatillas. No podía fatal, su perfecto tupé, y su perfecta sonrisa, que enamoraba.
-Eva:pero bueno, ya estás tú aquí. -Dani:ya estoy aquí, dando por saco. -Eva:¿nos vamos? -Dani:vámonos, cielo.
Nos despedimos de las niñas, con la mano y salimos de allí, subiendo al ascensor.
-Dani:estas guapísima-dijo pasado su brazo por mi cintura, acercándome a él.
Beso mi mejilla, sin esperarlo, y me susurro al oído.
-Dani:está noche, será muy especial.-susurro.
Yo simplemente sonreí, como cual chica que estaba enamorada, y estaba totalmente en el cielo. No me podía sentir más feliz, de que todo volviera a ser como antes. Estábamos bien, estábamos feliz, sin decir cualquier tontería, que nos hiciera daño.
El ascensor, llegó a su límite, y salimos de él, llegando hasta la puerta, y poner camino, hasta, donde Dani me llevaría.
-Eva:¿Dónde me vas a llevar? -Dani:aaaah sorpresa-dice mientras entrelaza su mano, con la mía. -Eva:Dani, va dímelo.
Él niega con la cabeza, y se ríe, haciéndome rabiar. Caminamos, sin rumbo alguno, o al menos, yo no lo se. Hasta que llegamos a un edificio, vendo mis ojos con un pañuelo, dejando mi vista en la oscuridad. Aquel se ríe al ver, mi reacción, dejándome con la curiosidad, de lo que iba a ver, o lo que iba a pasar, en aquel momento.
Sentí que de nuevo, subíamos por un ascensor, se hacía eterno, pero llegó el momento, en el que se paró, y salimos de allí, pidiendo notar el frío de la calle, de nuevo.
Nada más llegar, tiro de la venda, volviendo mi vista, a color, era una azotea muy bonita, donde estaba llena de luces led, un sofá con cojines, y una mesa, donde ya estaba puesta la cena, y todo. Y unas vistas increíble, a lo que era la ciudad de Madrid.
-Eva:madre mía, esto es super bonito, muchas gracias jo-bese sus labios, con unas ganas interminables, de que nunca se rompiera. -Dani:esto es solo un poco, de lo que te espera esta noche. -Eva:si a mi con estar contigo, me sobra, ya lo sabes, cielo. -Dani:yo solo, quiero lo mejor para ti.
Le miro, mientras sonrió de nuevo, como una idiota, y no puedo evitar darle un abrazo.
-Eva:te quiero. -Dani:y yo mi vida.-bese su mejilla. -Eva:vamos a cenar, que te hambre, illo'-aquel se rio, y negó con la cabeza. Yo cogo de su mano, y nos sentamos en aquella mesa. -Dani:¿desde cuando eres sevillana, tu? -Eva:desde que Marina me lo pego.
Cogí mi silla, y me arrime más a él.
-Eva:así mejor. -Dani:que te gusta, estar cerca de mi, eh. -Eva:pues si, la verdad.
Nos pusimos a cenar, mientras hablamos de cualquier tontería.
-Dani:oye, que ahora vengo, que tengo que ir a por una cosa. -Eva:vale, mi amor, te espero.
Me levante de la silla, a mirar las vistas, que habían allí, y a los cinco minutos más o menos, sentí, que su brazo, lleno de tatuajes, rodeaba mi cintura, y enfrente de mi, había una pequeña bolsa.
-Dani:toma,cielo. -Eva:Dani...-me giré, y le mire profundamente a los ojos. -Dani:¿que?, te vas a quejar por esto también. -Eva:pero no hacía falta, cielo. -Dani:es una tontería, pero la tenía hacia mucho tiempo guardada, y me apetecía dártelo.
Saque, lo que había en la bolsa, y me encontré con un marco de fotos, y una foto nuestra.
-Eva:oooh,me encanta, muchas gracias.
No me esperaba uno de sus abrazos ahora mismo, pero aquel paso sus brazos por mi cuello, y me abrazo, dándome un beso en la mejilla.
Me quito la bolsa, de las manos y la dejo sobre el suelo, al lado de aquel sofá. Cogió mi mano, y me llevó a aquel sofá, dejándome tumbada alli, y aquel se tumbo a mi lado. Mire sus ojos, esos ojos, que tanto me han transmitido, durante tanto tiempo. Su cálido aliento, rozaba mi boca, aún sin besarla. Pero los sentimientos hablaron por si solos, esta noche era especial, y no podían faltar, las caricias, los abrazos, y sobretodo, los besos, que te llevaban a rozar el mismísimo cielo. Besó mis labios, pasando su mano por mi cintura, rozó su fría mano, por mi abdomen, provocando un escalofrío, y haciéndome temblar de simplemente aquel roce. Esta noche solo acaba de empezar, pero esta siendo la noche más bonita, que podía pasar en años.