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Cada voto y cada comentario cuentan :)   

La habitación de Marc estaba algo desordenada, pero era agradable. La sala era bastante grande y las paredes estaban llenas de fotografías y posters.

—¡Tienes una guitarra eléctrica!

Kim se abalanzó sobre ella en cuanto entró a la habitación y sin esperar permiso de Marc, la cogió entre sus manos. Era negra, bastante mejor que la que ella tenía en Washington.

—Ya te dije que la tenía.

La joven siguió contemplando el instrumento, maravillada.

—Solamente he visto una B.C. Rich como esta en casa de Álex, y la toca tanto que creo que ya es parte de su cuerpo —alzó la vista y miró a Marc con algo de timidez—. ¿Puedo?

—Claro.

Kim no tardó más de medio minuto en enchufar la guitarra al amplificador que reposaba en el suelo, regular el sonido y fijarse la correa. Comenzó a tocar Bittersweet y ambos recordaron que esa era la canción que sonaba cuando él se atrevió a besarla por primera vez. Marc sonrió al escucharla, habían pasado tanto desde entonces…

De pronto la música cesó y Kim le tendió la guitarra al chico.

—¿Tocarías algo?

Él la rechazó, riéndose.

—La verdad es que lo hago muy mal…

—Yo también, a pesar de llevar cinco años tocando, pero me gusta y eso es lo importante.

Suspirando, Marc intercambió su puesto con ella y durante unos segundos pensó qué quería tocar. Los acordes comenzaron a salir: La melodía era complicada y Kim se dio cuenta de que esa era la primera cosa que Marc no lograba hacer.

Cuando la melodía acabó ella sonrió.

—Me encanta Fear.

Marc no tardó en soltar una carcajada y terminar de dejar la guitarra apoyada en la pared, al parecer lo había hecho peor de lo que creía.

—Estaba tocando Lightning in the Storm.

Sin saber qué decir, Kim enrojeció y acabó por sentarse en la cama de Marc, avergonzada.

—No pasa nada, Kim. Te dije que no sabía tocar. Mi padre era el experto.

Ella se relajó un poco con eso y él no tardó en sentarse en la cama junto a ella, se miraron a los ojos mutuamente y fue perceptible que Kim estaba algo nerviosa. No era tonta, sabía perfectamente lo que pasaba y lo que se esperaba que ella hiciera: Estaban solos en la casa de él y sentados en su cama. Y, joder, ella se iría en cinco días sin saber cuándo volverían a verse.

Kim se acercó a besarlo y sintió su piel caliente bajo la suya. Marc enredó su mano en el largo cabello de ella y juntos se dejaron caer sobre la cama.

Para ser sinceros, Marc no podía concentrarse en ese momento: Quería hablar sobre la noche del incendio, es más, ella le había dicho que necesitaba saber las respuestas.
Se besaban cada vez más ardientemente y ambos sabían hacia dónde estaba yendo la situación, Marc sabía lo que acabarían haciendo y de pronto no fue tan fácil.

Kim se enfadaría, se enfadaría mucho cuando él le dijera lo que quería saber. ¿Iba a permitir que eso pasara después de que se hubieran acostado?

No, por supuesto que no. Bastante había hecho ya saliendo con ella cuando al parecer Kim no se daba cuenta de cómo era él. Aunque se hubiera arrepentido, había dañado a gente; personas que en ningún momento le habían hecho nada a él.

Noche de Fuego. (DISPONIBLE EN PAPEL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora