Capítulo 27: Ni puedo ni quiero

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Por fin viernes, el esperado viernes.
Como cada día, Alessandra llegaba con las prisas, corriendo por los pasillos como si de una maratón se tratara, con tal de llegar a su clase de Biología.
Cuando inesperadamente chocó con alguien, ¡que típico de las películas!

- ¡Marco! Perdona iba con prisas y no te he visto – dijo ella toda roja

-Tranquila, no te preocupes -contestó él amablemente

- ¿Dónde vas para allá? Tenemos ahora clase de Biología

-No, no tenemos. El profesor no ha venido y tenemos hora libre, no han conseguido buscar ningún sustituto

-Ah genial entonces.

-Por cierto, ¿vas esta noche a la fiesta de Virginia?

-No sé nada de ninguna fiesta

-Virginia Morales da una fiesta por su cumpleaños en su casa, es una de las fiestas más esperadas del año. Puedes venirte conmigo si quieres claro.

A Alessandra no le apetecía mucho ir de fiesta, pero bueno era la única forma de socializar y conocer gente nueva.
-Vale, por mi perfecto.

-Paso a por ti a las diez, luego me mandas tu dirección.

Alessandra sonrió. Se alegraba de al menos tener un amigo. Marco parecía simpático, un amigo de esos que les puedes contar cualquier cosa, no parecía moverse por intereses ni mucho menos por que le pudiera gustar Alessandra.

Viernes noche y noche de fiesta.
Alessandra se puso tan guapa como siempre, y como no podía faltar su queridísimo pintalabios rojo.

Un WhatsApp de: ya estoy abajo. Alessandra salió de su casa y allí estaba Marco.

-Alessandra, ¡estás muy guapa!

-Gracias Marco, lo mismo digo.

Ambos cogieron el bus, y llegaron a la casa de Virginia, aunque aquello parecía una mansión...¡era increíble!

Llamaron a timbre.

-¡Marco, bienvenido! Y...eh...como era ¿Alejandra?

-Alessandra

-Ah si eso, no recuerdo haberte invitado pero bienvenida seguro que no habrás ido a un fiestón como este en tu vida, así que disfruta.

Un gracias y una sonrisa falsa de Alessandra dirigida para Virginia.

-Oye Marco, ¿Virginia siempre es así?

-A Virginia solo le cae bien la gente que va detrás de ella y le dice lo guapa que esta.

-Entiendo

Ambos rieron.

La casa de Virginia era enorme, había gente por todos los rincones de la casa. Había alcohol, Dj y más alcohol. Gente perreando encima de la mesa y gente haciendo algo mas que besarse en los sofás.

Las horas pasaban y cada vez quedaba menos gente. Cuando de repente Virginia propuso algo:

- ¿Quién se apunta a un Prueba o Verdad?

Alessandra pasaba de jugar a ese juego con aquella gente, estaba cansada y quería irse a casa.

-Oye Marco, yo creo que me voy a ir yendo...

-Venga Alessandra, vamos a jugar será divertido

-Está bien - dijo ella insegura.

Tampoco quería que pensasen que era una aburrida.

Virginia cogió una botella de alcohol y a quien señalase la botella era su turno.
Virginia giro la botella y Alessandra con los dedos cruzados suplicaba que no la tocase a ella. Antes lo dice y antes pasa. Estaba claro que aquella botella de ginebra apuntaba directamente a ella.

-Bueno, Alejandra, digo Alessandra. ¿Prueba o verdad?

Alessandra se negaba a realizar una prueba delante de aquella gente, seguro que la dejarían en ridículo.

-Verdad

-Mmm... está bien. Vale ya sé. ¿Por qué razón te cambiaste de colegio? Es muy raro que emperezaras el curso en tu antiguo colegio y pocos días después vinieras al nuestro

Alessandra no se podía creer lo que estaba escuchando. Le temblaba todo y empezaba a tener calor, mucho calor. Quería desaparecer de allí. Un nudo en la garganta y unas enormes ganas de salir corriendo de aquella casa.

-Eh...pues...mis compañeros pues no me trataban muy bien y no me sentía muy bien...pensé que cambiándome de colegio podría conocer a gente nueva y hacer amigos, pero...me quede sin plaza y al tiempo se quedo una libre y me la ofrecieron.

-Lo siento Alessandra

-Eh bueno se me ha hecho tarde, tengo que irme, gracias por todo.

Alessandra salió de aquella casa entre lagrimas, recordando la verdadera razón por la que se había cambiado de colegio. La verdadera razón por la que lloraba cada noche. La verdadera razón de que siempre seguiría enamorada de él.

Sábado por la mañana y mañanas grises.

Alessandra se despertó y lo primero que hizo como cada mañana fue mirar su móvil, y en él un mensaje de Marco que decía

¡Hola Alessandra!
Anoche te fuiste muy rápido, y no pude despedirme. También te ví un poco triste a la vez que nerviosa. Te espero en el parque de enfrente del colegio a las 12, por si te apetece hablar o despejarte un rato.
Un beso
MR

No le apetecía mucho quedar con Marco, tampoco quería que le preguntase porque se fue de esa manera, pero la vendría bien despejarse y olvidar. Así que fue.

12 en punto y allí estaba él esperándola en un banco.

- ¡Hola Marco!

- ¡Ey! ¿Qué tal?

-Bien

- ¿Qué te paso anoche?

-Bueno lo de mi cambio de colegio no es un tema fácil para mi, y además estaba cansada, necesitaba irme a casa

-Bueno si algún día quieres hablar del tema o tienes cualquier problema, quiero que sepas que puedes contra conmigo.

-Muchas gracias Marco, de verdad.

Alessandra sonrió y fue cuando vio a unos bancos más a su derecha a alguien conocido, muy pero que muy conocido.
Allí estaba Mateo con Anastasia y su hija en el carrito. Ambos reían, hablaban y se fundían en cálidos besos. Eran felices.

-Alessandra, ¿estás bien? ¿En que pensabas?

-Si si, estoy bien. En nada, en que todos nos merecemos un final feliz.




PARA ALESSANDRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora