Capítulo 8: Duele el corazón

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Fin de las Navidades, lunes, mentiras y Alessandra.

Después de unas Navidades desastrosas, Alessandra no sabía si iba a ser capaz de verle otra vez. Las palabras de Anastasia se repetían una y otra vez en su cabeza. Lo peor no es que fueran novios, era que Mateo la había mentido, había jugado con sus sentimientos y la había roto el corazón.

Era lunes, pero Alessandra no tenía
clase normal, tenían una convivencia ella tenía muchas ganas excepto porque Mateo estaría allí. Pero a pesar de eso Alessandra tenía muy claro que no le iba a dirigir la palabra.

Alessandra iba con unos simples vaqueros y un jersey azul, no se preocupó mucho a la hora de arreglarse: ya no tenía a nadie que impresionar ni mucho menos enamorar.

La convivencia era en un castillo muy conocido de la ciudad, al cual tenían que ir andando. Durante el camino Alessandra fue todo el rato hablando con Melisa y Selena, las cuales fueron todo el trayecto hablando sobre pelis de miedo, en cambio para Alessandra las pelis de las que hablaban no eran nada comparada con el miedo que sentiría al ver a Mateo.

Una vez que llegaron allí, los profesores que fueron, decidieron hacer tres grupos y con cada uno iría un profesor.

Alessandra rezaba para no ir con él: no podía pasar un día entero haciendo como si no la pasara nada.

-El grupo 3 con Mateo- dijó una profesora

-¡No puede ser!- dijó Alessandra en bajo

Su grupo era el 3. Alessandra se estaba planteando si era gafe o si el mundo se había puesto en su contra porque le daba la sensación de que el peor día de su vida no había hecho nada más que comenzar.

Durante la primera dinámica, Alessandra evito el contacto visual, no levanto la mano ni una sola vez para contestar ningunas de las preguntas que Mateo decía.

-Bueno chicos, ahora tenéis unos 20 minutos de recreo, así que a las 12 nos volvemos a ver aquí otra vez. ¿Entendido?

Todo el mundo salió de la sala mientras Alessandra cogía su bolso cuando se quiso dar cuenta en la sala solo estaban ella y Mateo.

-Bueno, ¿a ti que te pasa? Estas rarísima – le pregunto Mateo preocupado

- A mí nada, estoy estupendamente- contesto ella con desprecio mientras salía de allí.

Se sintió orgullosa de haberle contestado así. Durante el recreo estuvo con todo MCD; haciéndose fotos, escuchando música, comentado el día etc. Alessandra aprovecho los 20 de minutos de recreo, lo 20 minutos que estaría sin verle.

Pero todo lo bueno se acaba, Alessandra tenía que regresar a la sala. Se dirigió a ella con Amanda, Marta y Laura que estaban en su mismo grupo. Llegaron y se sentaron en sus sitios.

-Bueno, el tema propuesto para la segunda dinámica es el amor- dijo Mateo

¿Qué? ¿Era una broma? ¿Amor? Alessandra se quedó muerta al oír eso. No se podía creer que Mateo fuera a hablar de eso, si ni siquiera sabía que era el amor.

Mateo hablo y hablo, pero sin venir a cuento Mateo dijo algo que hizo que Alessandra se sobresaltara:

-No importa la edad de la persona a la que amamos, ni si la música que le gusta es diferente a la que te gusta a ti, ni si quiera importa su físico si le amamos le amamos tal y como es. Lo importante en el amor es pasar horas, minutos y segundos al lado de la persona a la que queremos y disfrutarlo- dijo él mirándola discretamente.

¡No podía ser! ¿Horas, minutos y segundos al lado de la persona a la que amas? Era exactamente lo mismo que Alessandra le había escrito en la cajita del reloj que tiró en el jardín cuando salió corriendo.

De repente Alessandra le miro la muñeca: ¡llevaba el reloj!

Durante un instante los dos se miraron. Mateo sonrió. Alessandra aparto su mirada lo más rápido que pudo.

Mateo siguió con su charla sobre el amor. Después de un largo rato Mateo lanzo una pregunta para todos los alumnos que estaban allí.

-La gente de aquí que tenga novio o novia, si quiere puede contarnos cómo se siente alguien al estar enamorado.

Algunas personas, no muchas contaron su experiencia en el amor, pero cuando Alessandra menos se lo esperaba, Mateo la dijo:

-Bueno, ¿y tu Alessandra? ¿Cómo describirías estar enamorada? Si alguna vez lo has estado.

Alessandra no se podía creer lo que le acababa de preguntar. Pero ella estaba dispuesta a liarla.

-Para mí, estar enamorada es la sensación de eternidad que provoca mirar a los ojos de la persona que quieres. Pero Don Mateo, ¿Por qué no nos habla usted de su novia? Que ya me he enterado yo. Venga, no se corte, cuéntenos.

Alessandra intentaba no llorar, pero le fue imposible salió de esa sala para que nadie la viera y detrás fue él.

-Alessandra...yo...-intento hablar Mateo

-Déjame en paz. Me has engañado y utilizado como a una imbécil. Por un momento pensé que estabas enamorado de mí, tanto como yo lo estaba de ti. Llegue a pensar que todas las cosas bonitas que me decías me las decías enserio. Pero ya me he dado cuenta de que todo es mentira.

-Yo lo siento muchísimo, te juro que te lo iba a contar. Anastasia y yo somos novios desde hace tiempo, pero yo ya no siento nada por ella. Y sé que he sido un cobarde al no poder dejarla, pero tenía miedo después de tantos años y no la quería hacer daño. Y por no hacerla daño a ella, te he hecho daño a ti jodiéndolo todo.

-Mateo no vale con un lo siento. Sea lo que sea que pase ahora sé que mi vida ya no va a ser la que había imaginado, fui tan tonta que pensé nunca llegaría el día que me cansara de mirarte y ahora lo único que quiero es evitarte.

Alessandra se fue llorando, se quedó a gusto al haberse desahogado pero tenía miedo, un miedo que le recorría todo el cuerpo, un miedo que le hacía temblar más que el frío de esa mañana de Enero, el miedo de no poder estar con él nunca más.

PARA ALESSANDRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora