Capítulo 22: Mayor que yo

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- Pero ¿qué estás diciendo? Alessandra y yo no somos nada- dijo Mateo sorprendido

- ¿Qué pasa Alessandra no piensas responder o qué? – contesto de manera borde Dani

-Eh...Yo... Dani lo siento de verdad, pero no sabía cómo decirte que Mateo, ese Mateo al que no había olvidado era mi profesor...

-Ósea que es cierto, que es tu profesor. Estoy flipando. Alessandra tú no estás bien, que es tu profesor te dobla la edad. Algo te habrá hecho para que estés con él.

Alessandra se derrumbó y comenzó a llorar

-Eh, déjala paz. Tú no tienes ni idea. Que pasa que porque sea mayor no nos podemos querer. La edad es solo un número y el amor está mil veces por delante de un simple número.

-Estas enfermo, yo que tú me lo haría mirar que sepas que te voy a denunciar, es ilegal lo que estás haciendo y no pienso permitir que le hagas daño a Alessandra. Das asco.

Dani se dispuso a abrir la puerta y marcharse, pero en ese momento Alessandra le cogió del brazo y no le dejo salir.

-Ni se te ocurra denunciarle. ¿Desde cuándo amar es ilegal? Mira Dani, sé que me he equivocado que debería habértelo dicho antes, que puede que creas que solo te haya utilizado para olvidarle pero Dani sabes de sobra que eres muy importante para mí, y si de verdad quieres que yo sea feliz, no le hagas nada, él no ha hecho nada malo de verdad, lo único que ha hecho ha sido quererme y cuidarme que sí que también se ha equivocado en cosas y que ha hecho cosas mal pero todo el mundo tiene derecho a equivocarse en su vida.

-Si es lo que de verdad quieres, tranquila no diré nada.

Dani no dijo nada más. Abrió la puerta y se fue.

Y allí se quedaron Mateo y Alessandra.

-Mateo, ¿te acuerdas el día que coincidimos en el ascensor del hospital?

-Sí, ¿por qué me lo preguntas?

- Porque me dijiste que nos olvidáramos que iba ser lo mejor. Es cierto que yo te dije lo mismo por la carta que di hace tiempo, te dije los dos nos merecíamos ser felices y que tu tenías que cuidar de Anastasia y de futuro hijo...pero es que Mateo no puedo olvidare, mi felicidad eres tú y te sigo queriendo

Una lagrima cayo por la mejilla de Alessandra en ese mismo momento Mateo le limpio la lágrima con su mano, la miro a los ojos y la beso.

- ¿Sabes qué? Me da igual que me llamen loco, que me digan que te doblo la edad, nada de eso me va a impedir estar contigo. Anastasia sabe sobra que te quiero y sabe de sobra que tú me haces feliz, aun así te prometo que la cuidare a ella y al bebe, que por cierto no te lo dije pero es niña.

- ¿Enserio? Que bien me alegro mucho

-Gracias, ya tenemos nombre se va a
llamar Alessandra

-JAJAJAJ que gracioso eres...

- Aun estamos pensado el nombre, pero Alessandra no eh, que Alessandra solo hay una.

Ambos se rieron y se besaron apasionadamente.

                               ***

9 de la mañana. Primera hora de clase. Filosofía.

- ¡Buenos días chicos! Como vimos la clase pasada podemos conocer a través de los sentidos y gracias a estos tenemos una seria de estados y emociones. Eso es en los que me quiero centrar hoy: las emociones. Había pensado en daros un tema a cada uno y que mañana me los expongáis en clase diciéndome que emociones te produce ese tema concreto, os lo podéis llevar al terreno que vosotros queráis. He hecho papeletas con los diferentes temas así que vais viniendo y cogéis uno.

Alessandra se levantó de su sitio y se dispuso a coger un papelito de la bolsa, lo abrió y ponía: AMOR ¿Enserio amor? No podía ser otra cosa...

El día pasó rápido. Por la tarde cuando Alessandra llegó a su casa se dispuso a hacer el trabajo de filosofía. Abrió su portátil y pichó en Power Point.

Alessandra no estaba nada inspirada no sabía de qué hablar. Había pasado 1 hora y el Power Point seguía en blanco. Pero de repente se le vino una idea. Una idea brillante.

Al día siguiente Alessandra lo tenía todo preparado, estaba deseando exponer el trabajo que le había llevado toda la tarde anterior.

Cuarta hora de la mañana. Clase de filosofía.

El profesor entró en clase y dijo:

-Bueno como sabéis hoy vamos a empezar a exponer el trabajo de las emociones que hablamos ayer. ¿Algún voluntario que quiera empezar?

Alessandra muy decidida levanto la mano.

-Adelante Alessandra.

Alessandra enchufó su ordenador al proyector.

En la primera diapositiva, estaba el título, que decía lo siguiente: MAYOR QUE YO

Alessandra comenzó a hablar:

-Bueno como sabréis el tema que me ha tocado es el amor. Y sí, pensareis que amor es un tema muy fácil del que hablar por eso yo he querido dar un giro a esto y hablar del amor con respecto a la edad. Nunca ha estado bien visto por la sociedad que una pareja se lleve muchos años, da igual si el mayor es el hombre o la mujer, pero mi duda es ¿por qué está mal visto? En mi opinión el amor no tiene límites, el amor es poderoso, el amor siempre está por delante de todo y la edad en cambio es un simple un número. Da igual la edad de tu pareja si la quieres de verdad, si notas esa sensación de seguridad al mirar a los ojos de esa persona, si sientes las típicas mariposas en el estómago, si por muchas peleas y decepciones que te hayas llevado no le puedes olvidar, si sus besos te gustarían que fuesen eternos, si nunca quieres que te suelte la mano el camino recorrido juntos. 

Alessandra llego a la última diapositiva, en la cual había una frase con forma de pregunta retórica: ¿HAY EDAD PARA EL AMOR?

En ese mismo momento alguien llamo a la puerta. Era Mateo.

-Perdonar que interrumpa venía a traer unas inscripciones para un concurso de talentos que vamos a hacer en el colegio.

- Vale perfecto, muchas gracias Mateo- le contesto el profesor de filosofía.

Al salir de la clase Mateo miro a Alessandra que estaba de pie exponiendo un trabajo, a la vez leyó la pregunta que aparecía en el proyector.

-No

-Perdona Mateo, ¿decías algo más?

-Solo estaba respondiendo a la pregunta: que no, que no hay edad para el amor.

PARA ALESSANDRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora