Capítulo 1: Septiembre

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Todo empezó en 2016, con un nuevo comienzo de clases y una nueva etapa: bachillerato. Alessandra se dirigió a su nueva clase, sabía perfectamente en que edificio del centro se encontraba, ya que ella llevaba en el colegio desde muy pequeña. Una vez allí, vio las lista para ver con quien de su grupo de amigas estaría compartiendo aula. Alessandra tenía un grupo de amigas bastante grande, eran once y se hacían llamar MCD, algunas llevaban más tiempo con ella pero Alessandra se llevaba bien con todas aunque de vez en cuando había una que otra pelea.

Una vez dentro del aula, el nuevo tutor indicó a Alessandra su sitio correspondiente.

El primer día de clases, era un día de presentaciones, charlas y planes de futuro. Después de una pesada jornada llegó última hora, Alessandra estaba ya harta de charlas hablando de futuro ya que era algo que a ella le agobiaba bastante. No llevaba ni un día de clase y ya estaba hasta las narices del colegio, estaba deseando llegar a su casa, comer y tirarse en el sofá pero  de repente entró  alguien a la clase. Era un hombre de unos 30 años más o menos. Moreno, con barba y muy atractivo. ¿Atractivo? Alessandra no podía controlarse, ¿le parecía atractivo ese hombre? Cualquiera que escuchara su cabeza pensaría que está loca, pero así era. Había algo en ese mirada y en ese hombre que le atraía más que nada.  Alessandra no era una chica muy romántica, es más, nunca se había  enamorado de nadie, ni creía en amores a primera vista. Pero entonces, ¿qué estaba pasando? ¿Estaba notando lo que dicen que se llama "mariposas en el estómago" o solo era que no había desayunado nada y por eso notaba una  sensación rara en su tripa?

El profesor comenzó su presentación:

-¡Buenos días a todos! Mi nombre es Mateo y durante este curso voy a ser vuestro profesor de música. Este año espero que aprendáis mucho conmigo y me gustaría proponeros como objetivo para esta asignatura, que al final de curso lleguéis con la idea de que la música es el corazón de la vida.  Por ella habla el amor, sin ella no hay bien posible y con ella todo es más bonito. Lo que quiero es que os deis cuenta de que la música expresa aquello que no puede decirse con palabras pero no puede permanecer en silencio.

Alessandra estaba totalmente perdida en sus palabras y a su vez en su mirada.

-¡Alessandra!- le gritó su amiga Amanda

-¿Qué pasa?- dijó  ella

-Estas empanada mirándole, ni que fuera guapo- dijó Amanda riéndose

-¿Yo? ¿Empanada? Que va, estoy cansada y por eso me habré quedado atontada, no por nada más...-contestó Alessandra excusándose 

En ese mismo momento sonó el timbre, el esperado timbre que significaba el fin de la clase, el timbre que todos estaban deseando que sonara para marcharse a casa, todos excepto Alesssandra, que hubiera seguido las horas que hiciera falta para seguir escuchando las palabras de Don Mateo.

Foto: Regards Coupables

PARA ALESSANDRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora