Capítulo 19: Palabras

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Tras una semana llena de emociones y sentimientos, llegó la temible semana de exámenes. Es verdad que Alessandra no era muy buena en los estudios pero siempre intentaba dar lo máximo de ella.

La semana se estaba haciendo eterna; los minutos parecían horas, las horas parecían días y los días meses.

Llegó el jueves, quedaba poco para que finalizara esta horrible semana. Alessandra se levantó nerviosa tenia examen de Física y Filosofía. Los números no se la daban bien, tampoco llevaba buenas notas en física por lo que esperaba aprobar este final.

Después de una hora y media de examen Alessandra salió del aula y fue al patio con Melisa y Amelia para repasar el examen de filosofía al que Alessandra tampoco había dado mucha importancia ya que hizo más hincapié en fisca. Aprovecho ese recreo para repasar con sus amigas.

Las 11:30. El segundo examen del día estaba a punto de empezar pero el profesor de filosofía no venía, la profesora de la clase de al lado vino y repartió los exámenes. Al cabo de unos 10 minutos llamaron a la puerta.

-Hola, venía a sustituir al profesor de filosofía, me quedo yo con ellos mientras hacen el examen

-Vele perfecto. Muchas gracias Mateo- dijo la profesora

¿Mateo? Alessandra levanto la mirada del examen y se puso más nerviosa al verle ahí sentado frente a ella. Lo poco que había estudiado de filosofía se le había olvidado por completo.

Al finalizar la hora, Alessandra acabo el examen como pudo y cuando lo fue a entregar vio que Mateo estaba escribiendo algo, y justo en el momento que ella se acercó para dejar el examen sobre la mesa, Mateo escondió el papel rápidamente. Alessandra se extrañó.

Cuando salió de clase se quedó un rato hablando con Amanda del examen

-Tía, ¿qué tal te ha salido?- la pregunto Amanda

-Tía pues no se la verdad, encima ha entrado Mateo a clase y pffff

-Por cierto, ¿Qué tal todo con él?

-Pues la verdad es que ya no hay nada entre nosotros. Sea lo que sea lo que tuvimos se acabó.

-Pero, ¿tu estas bien?- pregunto preocupada

-He estado mejor, es que aunque sea pasado nunca voy a olvidarle.

Después de un rato hablando, Alessandra se marchaba ya del colegio cuando camino a la puerta de salida empezó a escuchar un piano. Se acercó al aula de música y se asomó a la puerta. Y ahí estaba él tocando al piano una preciosa melodía que nunca antes había escuchado. Alessandra se apoyó en la puerta haciendo que esta se abriera del todo dando un golpe contra la pared

-¡Alessandra! ¿Qué haces aquí?- exclamo Mateo sorprendido

-Yo...perdona...es que he escuchado el piano y...muy bonita la canción por cierto- dijo Alessandra completamente roja

-Es Para Alessandra

-¿Qué?- dijo ella extrañada

-Tu canción, ¿ya no te acuerdas?

-Ahh claro cómo olvidarlo, como olvidar aquella noche. Era esto lo que estabas escribiendo en clase... ¿y qué haces ahora componiendo esto?

-Me dijiste que me olvidase de ti; no de la música.

Alessandra sonrió y se despidió con un adiós.

Llego a casa y comió. Esa tarde iba a ir al hospital a ver a Dani ya que hacia mucho que no le veía. Su rotura de clavícula había empeorado y por eso seguía ingresado.

Alessandra se quitó el uniforme y se puso unos vaqueros y una camisa rosa. Salió de casa y cogió el autobús hasta el hospital. Una vez allí subió al ascensor, entro y dio al botón con el número 4. De repente miro a su derecha:

-¿Mateo? ¿Otra vez tú? Qué casualidad- exclamo ella

-No, no es la casualidad es el destino.
Ambos rieron.

-¿Qué haces aquí?- pregunto Mateo

- Venia a ver a Dani que sigue ingresado. ¿Tú?

-Hoy nos dicen el sexo del bebe...Anastasia me está esperando.

En ese momento el ascensor se detuvo.

-Venga ya, ¿otra vez? Esto no puede estar pasando- dijo riendo Alessandra

-Ves, lo que decía...el destino.

Ambos se miraron. Mateo se acercó, agarrándola por la cintura. Clavaron uno la mirada en el otro fijamente durante unos instantes:

Se pierde pensando en ellos y jura que no se arrepiente, de haberle entregado la vida le queda lo bueno.Le mira a los ojos y sabe que ha llegado el momento, y tiembla.

A Alessandra se le cayó una lágrima y se besaron. Mateo se apartó.

-Lo siento Alessandra, no debía haberte besado, esto ya ha terminado y yo ahora tengo alguien a quien debo cuidar y querer. No nos hagamos más daño, olvidémonos, va a ser lo mejor.
Las puertas del ascensor se abrieron y Mateo salió.

Se marcha, y no sé la ocurre decir ni una sola palabra,
Que acabe con este silencio que ahora la alcanza.

PARA ALESSANDRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora