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- Bueno, Yedam... ¿Qué querías decirme?- le dije, una vez llegamos a un banco del parque que estaba a la sombra, a pesar de eso seguía haciendo mucho calor.

- Esto... Sue...- me dijo. Y notaba como le temblaba algo la voz. Bajó la cabeza y se echó el flequillo para atrás, pero seguía con la cabeza baja. Parecía algo nervioso y no entendía porqué...

- Sue...- dijo, me cogió las manos, sus manos estaban muy frías. Seguía sin subir la cabeza, algo que me estaba empezando a poner muy nerviosa.

- Me gustas.- me dijo. Yo me quedé muy sorprendida. Él empezó a levantar la cabeza despacio y por fin pude ver sus ojos. Pero seguía sin saber qué decir... me había quedado en blanco...

- Siento si he sido un poco directo, pero quería que conocieses mis sentimientos.- me dijo mientras soltaba mis manos de las suyas. 

-  A mí también, Yedam.- pude decir finalmente, mientras le volvía a agarrar las manos. Él se quedó más sorprendido que yo, supongo que se creeía que yo lo iba a rechazar o algo así... Después de eso, nos abrazamos durante un rato.

- Ahora se lo tendré que decir a mi hermana y probablemente me convierta en el hazmerreir de las comidas familiares.- le dije, y él se echó a reír.

- No pasa nada, ahora tenemos que disfrutar de la vida.- me dijo, mientras se levantaba.

- ¿Qué te parece ir a la heladería de siempre?- me dijo, mientras me ofrecía su mano, a lo que yo asentí y nos fuimos hacia la heladería. 

Estuvimos todo el camino hacia la heladería en silencio, pero lanzándonos miraditas y sonriéndonos. Fue un poco cursi, pero me encantó, porque Yedam me parecía cada vez más tierno.

Una vez allí, yo pedí un helado de chocolate, vainilla y fresa. Él lo pidió de caramelo, nata y chocolate.

- ¿Vas a tener algún día de vacaciones?- me preguntó.

- Pues la verdad, es que no lo sé...- le dije. -No estaría mal, tener algunos días libres para pasarlos juntos...

- Mañana vuelven mis padres y supongo que me castigarán, de todas formas les contaré lo nuestro...- me dijo mientras lamía su cuchara con helado.

- Vale, ya me dirás qué te dicen...- le dije sonriéndole.

En ese momento, Yedam recibió una llamada. Salió afuera de la tienda a responder.

A los pocos minutos, volvió a entrar, algo sonriente.

- ¿Quieres conocer a mis amigos?- me dijo.

- ¿Hoy?- le pregunté

- Sí, hoy. Han quedado en casa de Junkyu para ir a jugar a futbol al parque...- me dijo.

- Vale, pues nos acabamos los helados y vamos.- le dije.


Después de habernos acabado los helados, nos dirigíamos hacia casa de Junkyu, cogidos de la mano.


...


Cuando llegamos al portal de la casa de Junkyu, y estábamos esperando al ascensor, Yedam de repente me dio un pequeño beso, pero no en la mejilla como la última vez, sino en los labios. Pude sentir por un instante lo suaves y gorditos que eran sus labios. Después me quedé mirándolo, y él empezó a sonreír. Cuando llegó el ascensor, le respondí con otro beso y entramos.


...


Cuando llegamos, Junkyu me saludó muy cariñosamente con una gran sonrisa y un abrazo, había muchos chicos en la habitación, menos mal que su casa parecía grande...

- Falta Jihoon, otra vez.- oí como le decía Junkyu a Yedam.

- ¿Lo esperamos?- dijo Yedam.

Los demás asintieron. 


Sentía todas las miradas de ellos posadas sobre mí y estaba empezando a ponerme algo nerviosa, sobre todo con la mirada de un chico con piel algo bronceada y cejas gruesas.









•Black Swan• | Bang Ye Dam |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora