Capitulo 2: "El asiento de atras"

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Escuche un par de jadeos colectivos cuando el chico siguió caminando, ¿Porque algunas chicas son tan ridículas?... Entre esas mi hermana. Note a Cristina que no se de donde diablos salio, comenzar a caminar junto al chico, que de seguro es otro chulo, soy el rey de el universo. Pero no le quita lo guapo... No, no... 

─Buenas ─la mujer tras el escritorio de recepción me miro y en pocas palabras parecía inspeccionarme con su frívola mirada café.

─¿Si, en que puedo ayudarte?

─Mi nombre es Irina Simons. Soy nueva ─mi voz estaba teñida por un leve acento, menor de cuando me tope con los chicos en la entrada, definitivamente relajada hablo mejor. 

─ Si, claro. Aquí esta tu horario ─me paso una hoja y comenzó a explicarme un par de cosas de la escuela yo solo miraba la hoja pero estaba en esos momentos que no entiendo ni que lo expliquen con manzanitas.

Mi primera clase era química y menos mal el salón estaba cerca a la recepción porque juro que me hubiese perdido.

Di dos ligeros golpes a la puerta y un par de segundos después un profesor canoso apareció frente a mi.

─ Usted debe ser la Señorita Simons, ¿Me equivoco? ─me miro con las cejas ligeramente levantadas

─Irina Simons

─Okay, adelante ─abrió un poco mas la puerta y yo pase junto a el.

─Silencio ─analice el salón y todas las sillas estaban organizadas en hileras, cuatro para ser exactos y un espacio en medio─. ¡SILENCIO! ─gritó. 

Muchos murmuraban y otros me miraban como bicho raro, nunca he sido fan de los primeros días y las presentaciones, mas si ya las clases han iniciado, me refiero a que el primer día para mi siempre a sido desastroso pero si entras el día que todos lo hacen entonces no eres la única que pasa la vergüenza, pero si las clases han comenzado hace tiempo y ya todos se conocen es llegar como el juguete nuevo. ─Bien, ella es la Señorita Simons. preséntese por favor

─ Hola, soy Irina Simons. Tengo 17 años... ─las presentaciones son estúpidas ¡Enserio! sólo decir tu nombre y quedar como ¿Qué mas digo? ¡Es ridículo!

─ Bien Señorita, tome asiento

Le di una rápida escaneada al salón, los murmullos continuaban y casi todos los asientos estaban llenos hasta que encontré uno atrás. Ahhh, como amo los asientos de atrás. Comencé a caminar y la sensación de que todos te observan era horrible, sentía como los ojos taladraban mi nuca, es como cuando vas por una calle y un grupo de personas o chicos te observan sientes como si olvidaras caminar o que en cualquier momento te caerás y harás un gran y estúpido ridículo.

Llegue a la silla y me senté, puse mi mochila en el piso, y en eso la puerta se abrió de repente, como buena curiosa mi mirada voló hasta ella como la de la mayoría de los estudiantes.

─Señor Ackerman. Llega tarde ─el maestro se cruzo de brazos y el pelinegro de hace rato se encogió de hombros y le entregó un papel─. Que no se vuelva a repetir ─dijo el profesor y se dirigió al pizarron.

Tome mi mochila y saque una libreta y un lápiz, me dispuse a hacer dibujos en la cubierta, pero una sombra se paro frente a mi, levante la cabeza y me encontré con unos deslumbrantes ojos azules, levante mis cejas en señal de "¿Que quieres?" y él pareció entender.

─Estas en MI asiento ─hablo con una voz grave y un tanto ronca.

─ Pues yo no le e visto tu nombre, ¿Desde cuando la compraste? ─mi mirada cínica se poso en él.

─La compre hace mucho ─sus ojos parecían analizarme─. Ahora te agradecería que te levantaras y me dejaras escuchar la clase ─su media sonrisa era prepotente, y confiada quería quitar mi zapato y estrellarlo contra su cara.

─Veras chulo ─lo mire sería─.Yo llegue primero y me senté, por ende eres tú el que debe ir buscando otro asiento.

─Salio salvaje ─escuche unas carcajadas y es que mi mente callo en cuenta de un gran detalle, estoy en un salón, lleno de gente y en "clase".

IRIS GRIS...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora