"Conociéndonos"

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Desperté con la vista de aquella mujer, por primera vez la miré y no dejé de contemplar su belleza, sus piernas, sus caderas me hacían babear de una manera en que me daban ganas de poseerla, su cabello hermoso, sus labios...

¿Qué me estaba pasando? Aquella mujer estaba despertando sentimientos en mí, decidí levantarme de la cama y hacer café para ambos, acompañado de un delicioso pan, es que soy pésimo para la cocina, no recordaba que aquel día la empleada estaba de permiso, así que así fue como improvisé, me disponía a preparar todo cuando un...

—Buenos días amo ¿ cómo amanece?

Esa voz dulce, acompañado de una sonrisa que me hizo sentir tan estúpido, así que no se lo demostré.

-Buen día, Anahi.

Ella me miró sorprendida por llamarla por su nombre y no sumisa como siempre lo hacía y me respondió:

-Amo ¿Me llamó por mi nombre?

Le respondí:

—Claro, así te llamas, vamos a desayunar, preparé algo, espero te guste Anahi.

Ella volvió a mirarme sorprendida y se me acercó, con mi camisa puesta, ufff... ¡puta madre! que deliciosa y hermosa se veía, no podía dejar de mirarla, cuando me interrumpió:

—¿Puedo ayudarle amo?

La miré y le dije, mientras lavaba mis manos para servir el desayuno:

- Siéntate déjate atender y luego hablamos.

Había preparado unos huevos estrellados y unos sandwichs fue lo único que se me ocurrió, con jugo de naranja.

Le serví el desayuno y empecé la conversación.

—Sabes, hoy solo seremos Dimitri y Anahi, no hay etiquetas en este momento, quiero conocerte, no siempre estaremos en un rol de Amo /Sumisa , debemos conocernos y saber más de nosotros.

Ella me respondió:

—No sé que decirle

Le respondí:

—Empecemos por tutearnos cuando no estemos en nuestros roles, ¡Qué tal si vamos a cine y vemos una película juntos?

Ella sorprendida me respondió:

-Debo ir a mi casa, ya que no traje ropa.

le respondí:

—No Anahi, te quedas aquí y yo te voy a comprar algo de ropa para que no perdamos mucho tiempo, mientras te puedes quedar en la casa es toda tuya.

Sabía que ella estaba extrañada por cómo estaba tratandola y hasta yo me sorprendía, nunca había dejado que una sumisa se mezclara en mi vida personal, pero tenía esa necesidad de hacerlo con ella, me hacía sentir distinto es que era una mujer demasiado bella, hasta hora todo de ella me gustaba.

Rápido me cambié y salí a comprar algo para ella, me tarde solo dos horas, quería llegar rápido donde ella, perderme en sus ojos los cuales me gustaba mirar. ¡¿Qué chingada madre me esta sucediendo?! Me preguntaba a mí mismo.

Le compré un jean y una blusa, con unos tennis, quería verla descomplicada, llegue y ahí estaba ella se había quedado dormida, es que la noche estuvo muy movida, no pude evitar tocar delicadamente sus piernas, pero no deseaba sex0 en ese momento, quería algo distinto ese día, la desperté.

—Anahi ya llegué, puedes vestirte para salir, voy a cambiarme y te espero en la sala.

Ella me miró y me asentó con su cabeza, que sí.

Adicto A Mi Sumisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora