Otro día más que debía ir a trabajar de solo pensarlo me daba dolor de cabeza, pues sabía que encontraría esa oficina hecha un desastre, ¿Por qué el fin de semana no era más largo? Di un suspiro pesado y me puse de pie, arreglé a mi pequeño, le di de comer y jugué un poquito con él, me encantaba escucharlo reír.
La hora de ir a trabajar había llegado, tomé a mi bebé en brazos y salí de mi departamento con rumbo al de Atsushi, cuando llegue a este golpee y de inmediato me abrió, entre organice aquel departamento y desayune tranquilamente en lo que veía como aquel albino jugaba con mi pequeño, era demasiado tierna aquella imagen.
Al estar todo listo salimos directo a la oficina, al llegar allí encontramos a Tanizaki en la entrada, nos saludó y se acercó a mí, me miró fijamente para luego pasar su mirada a Haru
—Lo siento, trate de detenerlo, pero no me hizo caso —se disculpó aquel pelirrojo, dejándonos a mí y Atsushi confundidos.
—¿De qué hablas? ¿Qué paso? —me atreví a preguntar.
—Solo quiero que tengas claro que yo no tuve nada que ver —pronuncio y se hizo aun lado.
Junto con Atsushi entramos a la oficina, encontrado la razón por la cual el pelirrojo se disculpó, le entregué a mi bebe a Atsushi, y a paso rápido y sin mirar a ninguno recogí los pedazos del tigre de peluche que el albino le había regalado a mi bebé, junto con los adornos y cobijas que decoraban y abrigaban su cunita.
Al terminar de alzar cada una de las cosas volví donde se encontraba el albino, tomé a mi bebé con cuidado y salí de aquella oficina, no permitiría que esos idiotas se metieran con mi hijo, al llegar al primer piso me encontré con Fukuzawa.
—¿Para dónde vas? —pregunto de manera seria.
—Lejos de todos ellos, lejos donde estúpidos como lo son sus subordinados no le hagan daño a Haru —pronuncie molesto.
—¿Qué le hicieron al niño? —miro al niño rápidamente.
—A el nada, pero... —sin terminar de hablar le enseñe lo que quedo del tigre y los adornos de la cunita.
—Esto ya es el colmo —suspiro— sígueme por un momento, ya luego te podrás ir —pidió en lo que tomaba camino a la oficina.
—Bien —suspire resignado.
Seguí aquel hombre hasta la oficina, al entrar todos se encontraban sentados en sus respectivos escritorios, al ver al líder se levantaron todos de sus sillas e hicieron una reverencia.
—Los quiero a todos en la sala reuniones ahora —ordeno— tu sígueme —me ordeno y yo solo lo seguí.
Llegamos a la sala y tomando asiento en una de las sillas esperamos a que cada uno de los miembros de la agencia entraran y tomaran asiento, al estar ya todos en su lugar Fukuzawa se puso en pie y miro a cada uno de los allí presentes.
—Me siento decepcionado, siempre pensé que tenía buenos subordinados, que podía confiar en ustedes, yo quise ayudar a un chico que estaba haciendo lo imposible por darle un techo y comida a su bebe, no le importo dejar su vida de lujos y vivir ahora como una persona normal, yo le di la oportunidad de tener un trabajo, de traerlo y hacerlo parte de nosotros, pero tal parece a ustedes no les gusto, porque se están comportando como unos niñitos, ¿Cómo se les ocurre hacer semejante desfachatez? ¿En que estaban pensando? —pregunto en lo que les tiro el algodón y algunos adornos en la mesa— se dan cuenta que esto ya es demasiado, se metieron con un bebé, ¿Qué pasa con ustedes?
Ninguno de los allí presentes pronuncio alguna palabra, solo se miraron entre ellos para después dirigir todas sus miradas a mi y luego al líder, Kunikida pidió la palabra y poniéndose de pie acomodo sus gafas para luego mirar al líder.
—Sé que esto no tiene ninguna explicación sensata, sé que estuvo mal que Dazai arruinara las cosas del mocoso, pero estoy seguro que él lo hizo con la intención de fastidiar a Nakahara —pronuncio el rubio.
—No importa con que intención lo hizo, esto es más que una simple broma —volvió hablar el albino mayor, pero esta vez con su mirada fija en Dazai.
—En verdad lo siento, mi broma tal vez fue algo brusca —pronuncio el castaño— no volverá a pasar.
—Claro que no volverá a pasar, porque Nakahara renuncio a partir de hoy el ya no laborará para nosotros —informo aquel hombre— ya puedes retirarte y desocupar hoy mismo el departamento —me ordeno a lo que yo solo me puse en pie.
—Gracias por la oportunidad —agradecí aquel hombre y salí de la sala con mi niño en brazos.
Narrador
Tras la salida del pelirrojo de aquella sala, todos se quedaron en silencio, silencio que fue roto por Atsushi.
—Señor, ¿Qué pasara con Chuuya y Haru? —pregunto el menor.
—Eso no lo sé, yo solo espero encuentre un lugar donde quedarse —respondió el mayor.
—Y si no lo encuentra, tendrá que dormir en la calle —murmuro— no es justo, debería dejar que se quede mientras busca un lugar —pidió.
—Eso no se puede Atsushi, en ese edificio es solo para empleados, Chuuya deberá buscar otro lugar.
—No lo haga por él, piense en bebé —volvió a pedir el albino.
—Atsushi tiene razón, si Chuuya se va el único que sufrirá es el niño aún es muy pequeño —pronuncio Naomi.
—Ni modos el tomo la decisión de irse, ya que estaba harto de los maltratos por parte de ustedes —suspiro el mayor— ahora organicen la oficina y empiecen a trabajar.
Cada uno de los allí presentes se retiró a su respectivo lugar de trabajo, ninguno dijo nada por un rato, una fuerte lluvia empezó a golpear los vidrios de la oficina, todos se quedaron mirando por aquella ventana, dando un suspiro el albino se levantó de su lugar.
—Lo siento, pero debo ir a buscarlo, él no tiene a donde ir —pronuncio el albino en lo que tomaba una sombrilla.
—Atsushi —le llamo el castaño.
—No intentes detenerme, porque esta vez no te haré caso —aviso.
—No, no haré eso —respondió el otro— yo iré contigo, es mi culpa que se haya ido —con cuidado tomo la otra sombrilla para así seguir a su subordinado— nos ira mejor si nos separamos, avísame en bien lo encuentres
Cada uno tomo por un lado diferente para así encontrar al pelirrojo, el albino camino por más de una hora, pero no tuvo suerte alguna, solo esperaba que Dazai lo hubiera encontrado, pues una gran tormenta empezaba a generarse.
—Dazai esta vez has las cosas bien —murmuro el albino en lo que se refugiaba en una cafetería.
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Una Nueva Vida, Vivir Solo Para Ti.
FanficMi vida dio un giro de 180°, pase de tener toda clase de lujos a simplemente tener lo necesario, aun que al comienzo no lo quería conmigo debo decir que ahora mi vida sin él no tendría sentido alguno. Esta es mi historia, donde el amor verdadero p...