Una Nueva Vida, Vivir Solo Para Ti.

17. ¡Chuuya!

Tras ver que todo mi entorno estaba oscuro, la imagen de mis seres amados muertos frente a mi volvió hacerse presente, la mano de Dazai sujetaba la mía de manera suave, su tacto era delicado como nunca antes lo había sido.

—Cálmate Chuuya —murmuro de una manera tan dulce que sentí mi corazón estrujarse— solo cálmate por favor —pidió en lo que me abrazaba de manera protectora.

—Suéltame imbécil —pronuncie en lo que forcejeaba para soltarme de su agarre.

—No lo hare, eso es lo que él quiere, que uses corrupción y que mueras —su voz sonaba tan fría.

—Eso es precisamente lo que yo quiero ahora —dije molesto en lo que lo empujaba y fijaba de nuevo mi vista aquella horrible escena.

—Pero que interesante... de saber que el hacía parte de las personas importantes para ti, también lo hubiera traído —se escuchó de nuevo aquella voz y una pequeña figura apareció frente a nosotros, era un niño de unos diez años.

—¿Qué hiciste con Rampo? —pregunto Fukuzawa.

—Ese genio, solo lo mande a dormir al igual que ellos —contesto en lo que sonreía con inocencia— es mejor que no lo piensen, atacarme sería muy estúpido de su parte.

—¿Qué es lo que quieres? —pregunto Kunikida.

—Fácil, solo quería a Chuuya, pero a él se le ocurrió venir con algunos payasos —respondió fijando su mirada en mí.

—¿Por qué yo? —pregunte— ¿Por qué los mataste? —murmure— ¿¡Qué diablos te hice para que me hicieras esto!?

—Es muy sencillo, entre tanta escoria que hay en Port Mafia y en este mundo, tú fuiste el único que me sonrió que al verme así, no te enojaste, sino al contrario me diste otra oportunidad en la vida, cualquier otro solo hubiera disparado y me habría matado—respondió— yo solo quiero que vengas conmigo, que dejes de lado las groserías de esos que dicen son tus compañeros, que empieces de nuevo sin ningún problema.

—¡No! —grite— matas lo único que me mantiene en este mundo y ahora vienes a pedir que vaya contigo, ¿Por qué clase de estúpido me tomas? Eres peor que ellos —pronuncie en lo que apretaba los puños.

—Tienes razón, matarlos no fue la mejor idea —murmuro en lo que se agachaba donde se encontraba el cuerpo de mi bebé para tocar su bello rostro, razón por la que corrí a su lado para no dejar que se acercara, pero antes de llegar sentí como una sombra oscura me atrapaba.

—¡Chuuya! —fue lo último que escuche.

Narra Dazai

Corrí detrás de aquel imprudente pelirrojo, pero por desgracia mis brazos no lo alcanzaron a coger, una sombra negra lo rodeo y lo desapareció en cuestión de segundos, no pudimos hacer absolutamente nada para rescatarlo.

—¿Dónde diablos te llevaste a Chuuya? —pregunte en lo que me acercaba aquel niño,

—Aun lugar donde tú, no le haga más daño —respondió y una estúpida sonrisa se formó en su rostro.

Activando mi habilidad deshice la de aquel imbécil, volviéndolo así a su verdadera edad, era un chico de unos veinticinco años, cabello rubio, ojos color vino, ese era el verdadero rostro del imbécil que se había llevado a Chuuya.

—Devuélvenos a Chuuya y Rampo —exigí en lo que apuntaba mi arma en su cabeza.

—Lo siento, solo te puedo devolver a uno —dijo y chasqueando los dedos aquella sombra oscura apareció de nuevo y con ello Rampo, sano y salvo.

—¡Rampo! —grito Fukuzawa— ¿estás bien?

—Sí, no hay porque preocuparse —respondió en lo que iba al lado del líder.

—Devuélveme a Chuuya —le exigí de nuevo.

—No —respondió en lo que aquella sombra lo rodeo y lo desapareció de mis manos— gracias por traer al Rey —fue lo último que se escuchó.

—¡Maldición! —grite de la frustración, en ninguna de mis predicciones estaba como resultado el final  que estaba viviendo ahora.

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