Una Nueva Vida, Vivir Solo Para Ti.

23. Se Lo Advertí

Iba con dirección a la oficina de Mori, entrar a ese gran edificio nunca fue problema para mí, ya que ninguno de los allí presentes me atacaba, más bien seguían mostrándome ese respeto que me tuvieron en la época que trabajé con ellos, en bien estuve al frente de aquella puerta los guardaespaldas que la custodiaban se hicieron a un lado dándome paso al interior de esta.

—Dazai, no esperaba verte por aquí —pronuncio Mori en lo que me miraba fijamente.

—¿Enserio? —cuestione.

—¿Qué te trae por aquí? —pregunto si cambiar esa expresión seria—, pensé que estarías buscado a Chuuya y esas estúpidas ovejas.

—Sobre eso, ya sé dónde están, pero la agencia se reúsa ayudarme —respondí—, así que decidí pedir su ayuda, ya que las ovejas tienen dos ejecutivos suyos.

—Dazai, si te ayudo quedaras como un traidor en la agencia —su mirada era de pura diversión—, ¿quieres eso?

—Mori, en este momento solo me importa mi hijo, si los de la agencia no me quieren ayudar entonces les traicionare —respondí seguro—, y si tú tampoco lo harás, buscare quien lo haga, no dejare a mi bebé con esos payasos —dando media vuelta me dirigí a la salida.

—Espera Dazai, te ayudare, pero a cambio volverás a trabajar para mí —pronuncio deteniendo mi andar.

—Aceptare solo si me prometes que Haru estará bien, es decir el no trabajara para ti —anuncie.

—Si eso es lo que quieres no tengo de otra —suspiro—, pero ¿Qué harás con Chuuya?

—Él no me importa, es más... él podría morir durante el rescate —sonreí ampliamente—, los accidentes existen ¿no?

—Pensé que Chuuya te importaba —dijo el líder de la mafia.

—Lo que pase con él me tiene sin cuidado —metiendo las manos en los bolsillos de mi gabán le mire divertido—, además, si Chuuya no está puedo educar a mi niño de la manera que yo quiera.

—Me parece lo mejor, bien Dazai todos están a su servicio —me entrego un oráculo de plata—, elimina al enemigo, y rescata a Haru y Kōyō —ordeno.

Salí de aquella oficina a paso firme, a los primeros que reclute fue a Lagarto Negro sabía que ellos me ayudarían sin problema alguno, ya que estos le eran muy fieles a Chuuya y yo usaría eso en su contra, mi segunda opción fue Akutagawa y Higuchi, sabía que siempre contaría con su lealtad sin importar la situación.

—Dazai, ¿Cuáles son sus órdenes? —pregunto Hirotsu.

—Ya sé dónde están esas estúpidas ovejas, lo que haremos es eliminarlos por completo a cada uno de ellos y traer de vuelta a Ozaki y Haru —respondí.

—¿Qué hay de Chuuya? —pregunto Tachihara.

—Las ordenes de Mori es matarlo en combate y eso haremos ¿Entendido? —ordene de manera seria, aunque note sus caras de desconcierto y de molestia en la gran mayoría, no recibí ni un solo reproche.

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—Ellos están en esta casa —pronuncie—, todos tienen claro el plan ¿cierto? No quiero ninguna falla, de lo contrario se la verán conmigo —advertí.

Nos adentramos aquella casa la cual estaba más tranquila de lo que pensé, caminamos con sigilo hasta llegar a la segunda planta donde una sombra negra nos atrapo a todos por unos segundos, cuando esta desapareció frente a nosotros estaban esas estúpidas ovejas con las manos arriba, junto a ellos estaban Chuuya con Haru en brazos y Kōyō, los cuales me miraban de manera molesta.

—No disparen —pronunció Chuuya—, ellos se entregarán sin ningún problema, solo no les hagan nada —pidió.

—Se lo aseguramos —pronuncio Hirotsu en lo que se acercaba a ellos y los esposaba—, ellos irán a los calabozos en lo que Mori nos dice que hacer con ellos.

Llevamos a esas ovejas de manera fácil al auto, estas en ningún momento pusieron resistencia, al final Akutagawa saco a Ozaki y Chuuya el cual le entrego al bebé a la pelirroja dejándonos el camino libre, grave error.

—Chuuya, debiste aceptar mi plan —le murmure—, te advertí que recuperaría a mi hijo, que no lo dejaría al lado de esas estúpidas ovejas.

—-Entonces preferiste entregarlo a ese hombre —sonrío irónicamente—, soy un idiota por confiar en ti —suspiro.

—Tu mejor que nadie debería de saber que conmigo no se juega —sin decir más le dispare en pecho dos veces—, no te preocupes Haru estará muy bien a mi lado.

—¿Por qué lo hiciste? —pregunto la pelirroja desconcertada en lo que abrazaba a Haru protectoramente contra su pecho.

—Son las ordenes de Mori —respondí sin darle importancia en lo que guardaba el arma de nuevo—, vámonos —ordené en lo que me subía al auto seguido de los otros los cuales no dejaban de mirarme con sorpresa y rabia.

—¿Dejaras su cuerpo allí? —pregunto Akutagawa.

—Mori lo quería muerto y ya estuvo hecho, que se encargue el Departamento de Habilidades Especiales de su cuerpo y de notificar su muerte —respondí sin gran importancia.

Nos dirigimos a la sede de la Port Mafia al llegar Lagarto Negro, junto con Akutagawa y Higuchi bajaron a los prisioneros para llevarlos a los calabozos, ninguno dijo absolutamente nada, las estúpidas ovejas estaban cabizbajos, tal vez ninguno se tomó enserio mi amenaza de muerte hacia ese pelirrojo, si tan solo hubieran hecho caso Chuuya estaría con vida ahora.

—No dejare que tengas al niño —advirtió la rojiza.

—Es mi hijo y a menos que quieras que Mori se entere de que los traicionaste —pronuncie de manera seria—, me lo entregaras sin decir nada y no te involucraras en su crianza.

—¿Solo por qué no aceptamos tu plan, haces esto? —pregunto en lo que me entregaba a Haru.

—Se los advertí ¿no? —respondí en lo que le daba la espalda y me iba con mi hijo a nuestra nueva habitación.

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