10. LO SIENTO

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La lluvia cada vez se intensificaba más, la neblina empezaba a bajar haciendo casi imposible el poder ver, un castaño corría por las calles de aquella ciudad en búsqueda de Chuuya y su bebé, entendía que su broma se salió de sus manos, nunca quiso dañar las cosas del menor, le parecía lindo y ver lo reír calmaba su agobiado corazón. Si, aquel castaño le gustaba jugar con el bebé cuando sus compañeros no lo veían.

Camino por más de una hora en búsqueda del pelirrojo, cuando se iba a dar por vencido logro verlo bajo el techo de un hotel hecho bolita, quería proteger al bebé de la lluvia, con cuidado se acercó a este y puso la sombrilla para evitar que se siguiera mojando.

—¿Qué quieres ahora? —pregunto el rojizo, su voz se escuchaba a pagada era evidente que había estado llorando.

—Nada... solo te buscaba, la lluvia no es un buen lugar para estar con un bebé —respondió el castaño.

—¿Desde cuándo te importa? —volvió a cuestionar.

—Sé que estuvo mal lo que hice hoy, pero, aunque no lo creas yo no quise dañar las cosas del bebé

—¿Qué era lo que querías hacer entonces?

—Junto con Rampo quisimos cambiar las decoraciones de la cuna, ayer la estuvimos viendo y notamos que estaban algo sucias, compramos algunos en color azul, y queríamos ponerlas hoy antes de que llegaras, pero por ponerme de gracioso el tigre termino en el ventilador hecho trisas, el pánico nos inundó y al final no hicimos nada de lo planeado —dio un suspiro— en verdad lo lamento, nunca fue mi intención hacerle daño al bebé, sé que te eh tratado como basura todo este tiempo, pero tenía rabia, yo me aleje de ese mundo después de la muerte de Odasaku y el verte en mi nuevo mundo me molesto, quería que te fueras, pero luego vi como cuidabas y protegías al pequeño Haru y por primera vez quise hacer algo lindo por ti o bueno por el bebé, y como raro todo me salió mal.

El pelirrojo escucho cada palabra con atención sabía que el castaño no mentía, no en ese momento, pero, ¿Por qué no dijo nada antes? Esa duda apareció en la mente del rojizo, e iba va a preguntar, pero el bebé empezó a llorar en ese momento.

—Este no es buen lugar, entremos mientras pasa la lluvia —sugirió el castaño en lo que estiraba una de sus manos hacia el pelirrojo.

—No tengo como pagar —murmuro el contrario en lo que tomaba la mano del castaño.

—Yo invito, a modo de disculpa por lo que sucedió —pronuncio el castaño en lo que ayudaba al más bajo con la caja que llevaba.

Se adentraron en aquel hotel, Dazai pidió un cuarto con dos camas y tras tener las llaves se dirigieron a la habitación, allí el pelirrojo se dispuso a cambiarse dejando al pequeño niño al cuidado del castaño, mientras este se bañaba y abrigaba, sabía que el haberse mojado no traería nada bueno para su salud, cuando salió vio como Dazai cambiaba al bebé y le ponía un pijama abrigador.

—Me atreví a cambiarlo, tenía sucio el pañal y eso era lo que causaba que llorara —pronuncio el castaño.

—Gracias —murmuro el rojizo en lo que se metía bajo las cobijas de una de las camas, para así lograr calentarse.

—Siempre eh tenido una duda —dijo el castaño en lo que acomodaba al bebe en los brazos del rojizo— ¿Por qué Mori te dejo ir de la mafia así no más? —pregunto.

—Por Haru, para él un bebé solo representaba molestia —contesto.

—No creo que sea por eso —se quedó pensativo el castaño— ese niño podría tener un gran poder y, además, el criarlo desde pequeño en ese mundo le traería un gran beneficio, lo hubiera podido amoldar como él quisiera.

—Eso nunca lo hubiera permitido —respondió el pelirrojo molesto— Haru no pertenece a un lugar como ese.

—En eso tienes razón, él es un Ángel —murmuro— pero aun así me sorprende que los dejara ir así no mas ¿Quién es la mamá del niño? —pregunto.

—Estás hablando con "ella" —pronuncio el contrario, dejando al otro sorprendido y sin palabras.

La lluvia no calma sino hasta pasada la media noche, el rojizo se encontraba dormido junto con su pequeño niño, Dazai les miraba dormir, mil dudas invadían su cabeza en ese momento, y hasta no tenerlas claras en su totalidad no dejaría que ese rojizo se apartara de su vida.

—¿Qué te molesta tanto? —pregunto el pelirrojo algo adormilado en lo que se sentaba en la cama con cuidado de no despertar al menor.

—Tengo muchas dudas con respecto a ti y al niño —respondió el castaño— ¿Qué ocultas?

—No oculto nada, mi salida de la mafia fue gracias a Ozaki, de no ser por ella tal vez yo estaría muerto —pronuncio el más bajo en lo que se ponía de pie— si tanto te molesta mi presencia en tu vida, me iré lo más lejos posible.

—No, no lo hagas, si te vas ahora extrañare mucho a ese pequeño —pidió el castaño— el me llena de calma —murmuro.

Ante aquellas palabas el rojizo se quedó mirándolo con curiosidad, ¿será que ya cedió cuenta que Haru es su hijo? No, de ser así ya le hubiera dicho ¿no?

—Entonces para con tus estupideces —pronuncio el rojizo.

—Bien, pero igual te seguiré molestando —rio levemente en lo que se giraba mirando fijamente al pelirrojo— ¿Quién es el papá de Haru? —pregunto.

Aquella pregunta puso algo nervioso al pelirrojo, decirle la verdad a Dazai no estaba entre sus planes, ese hombre frente a él le había dejado sin decirle nada, solo había jugado con su cuerpo, ¿Por qué decirle algo tan importante como lo era eso?

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Una Nueva Vida, Vivir Solo Para Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora