The Pretty Slave (Katakuri x Reader x Cracker)

Capítulo II

Hacer la cama. Limpiar el polvo. Lavar el piso. Ayudar a los cocineros con la comida. Intentar estar a la hora prevista que les dijo Big Mom. No era tarea fácil para la pequeña ___ que intentaba estar al ritmo de las otras sirvientas. O esclavas como los llama Linlin. La niña necesitaba un momento para respirar e intentar estar relajada. Estaba quieta en su sitio, ya que le dijeron que cuando acababa con una tarea tiene que estar en el pasillo por si recibía alguna orden de Big Mom o uno de sus hijos.

No le agradaba la idea de volver a encontrarse con esos dos grandullones. Le daba escalofríos por imaginarse lo que le pueden hacer. Big Mom ha dicho que son juguetes. Recuerda a un anciano del pueblo que les comentó que aquellos que se conviertan en esclavos no pueden mostrar sus verdaderos sentimientos. Eso a ___ le entristece. No podría sonreír ni llorar. Solo dejar que la abusen.

Escucha como unos pasos firmes se acercan hacia donde estaba ella y agacha la mirada a modo de respeto. Era la única forma de pasar desapercibida a ojos de cualquiera. Pero, obviamente, no pude hacer oídos sordos.

—¡Katakuri eres el mejor! —Esa voz era la de Oven.

—Tus habilidades van mejorando. —Y esa otra voz era de Daifuku.

—Dejad de halagarme. No me gusta. —Pero la tercera era desconocida para ella.

—Oh vamos. Dentro de poco, mamá nos mandará de misión y tenemos que enfrentarnos a enemigos muy poderosos.

—En eso le doy la razón a Oven. El único que puede derribarlos eres tú, Katakuri.

¿Cómo será ese tal Katakuri? Tenía curiosidad por saberlo. Solo podía visualizar algunos pies pasar delante de ella hasta que uno se detuvo. La niña se encoge rápidamente temiendo lo peor hasta cierra los ojos con fuerza.

—Pero si es la esclava ___. —La voz de Oven se hace presente en todo el pasillo donde se acercaba a la pequeña.— ¿No tienes que realizar tareas?

—... Ya los acabé, Oven-sama —tenía que tener respeto.

—Vaya, eres más rápida que las otras.

—Es normal, es joven —reprocha Daifuku deteniendo la caminata junto con su otro hermano.

—¿Y también será rápida con...?

—No hagas esos comentarios —gruñe Katakuri con la mirada fija en su hermano.

—Que aburrido eres, hermano —hace una especie de puchero el de cabellos naranja y mira a la chica de nuevo.— Alza la mirada.

La niña, sin tener opción, la alza encontrándose delante suya aquel chico de más de tres metros. Su cabeza llegaba hasta una de las rodillas de aquel chico. Daifuku miraba divertido la escena algo que veía la niña. Ve como Oven se acerca a sus otros dos hermanos, pero se pone al lado de uno.

—Este es nuestro hermano, Katakuri. Los tres somos trillizos y él es el mayor. Tenlo presente, niña, va ser un gran guerrero.

___ se quedó sin habla. Ese chico tenía un aire un poco diferente al de sus otros hermanos. Aquellos ojos granates eran hipnotizantes y combinaban con los cabellos de éste que eran del mismo color. Pero su curiosidad aumenta al ver aquella bufanda que le cubría su boca. ¿Por qué? ¿Será que es demasiado apuesto? La niña se sonroja de golpe a lo que agacha la cabeza con timidez.

Oven chasquea la lengua no gustándole el comportamiento de la cría por lo que agarra sus cabellos obligándola a que alzara la cabeza. ___ no tuvo más opción que quejarse.

—¿Acaso te he dicho que bajaras la cabeza? Eso me ha molestado demasiado.

—L... Lo siento mucho, Oven-sama.