Capítulo XVI

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—No puedo —dice la chica, en pie, sujetando unos barrotes.

—Claro que puedes. —Cracker la anima desde su posición.

___ está en rehabilitación para poder volver a caminar, debido a que su espalda aún está en proceso de recuperación. Lleva dos semanas así, notó algo de mejoría, pero no es lo suficiente. Hasta se siente inútil. Se sienta en la silla de ruedas, ya notando sus brazos cansados. No es fuerte de naturaleza y eso la ahora demasiado. El único que está ahí apoyándola es Cracker. Katakuri tuvo que hacer guardia por la zona, órdenes de su madre. El hombre-galleta desea ayudarla, pero tiene miedo de tocarla y que se rompa en pedazos.

Se acerca para ponerse de rodillas delante de ella. Sus dedos rozan con delicadeza sus mejillas, donde unas lágrimas resbalan por ellas. No le gusta verla así, y la entiende muy bien. Ojalá pudiera hacerle amor, y tampoco puede. Apoya la frente en la suya, sin desviar la mirada en sus ojos (c/o).

—Cracker, ¿cuándo será la boda?

—Despreocúpate de eso ahora. Tienes que recuperarte primero.

—Pero tengo miedo de que aparezca otra persona e intente arrebatar mi felicidad. —El miedo está ahí y siempre lo estará.

—Mamá ya ha tomado la decisión —dijo Cracker-— Eres única en tu especie, y decidió que te casaras con nosotros. Así que, céntrate en recuperarte. Tardarás días o meses, pero nosotros te estaremos esperando.

Esas palabras de auto-ayuda son sinceras ante los oídos de ___; sin embargo, ya está algo cansada como para seguir. Aún no le dieron el alta, pero puede irse para pasear, ya que estar metida en cuatro paredes no es sana para ella. Y menos mal que está Cracker con ella, moviendo la silla de ruedas de un lado para otro. Mira por el rabillo del ojo una de sus alas. Esas plumas blancas brillan como el sol o como la luna, dando la sensación de que están vivas. Suspira levemente mientras apoya bien la espalda, despacio. Esas extremidades, por muy raro que sea, no las molestaba para nada. Ya está acostumbrada a ellas.

Eso sí, con un toque o roce se estremece, ya que son sensibles. El de cabellos violetas, de vez en cuando, se para porque quiere que ella vea por las ventanas y tengo algo de libertad. ___ lo agradece de corazón, apoyando la mano en la de él, donde lo tiene posado en su hombro. Él no duda en entrelazar sus dedos con los de ella, apretándolos con fuerza. Escuchó rumores de que, la boda de sus hermanos con las hermanas Biriliz será dentro de poco. Menos mal que se las quitan de encima; aunque, no está nada tranquilo. Esas chicas pueden hacerle algo a ___.

Unos pasos se acercan desde su posición y alza la mirada. No se esperó encontrarse a Smoothie, que parece ser que tiene ganas de ver a ___. Y, efectivamente, la híbrida de piernas largas corre en dirección hacia ellos con una sonrisa amplia.

—¡Hola, ___!

—Hola, Smoothie-sama.

—No me llames así. Ahora seremos cuñadas —dice con un leve sonrojo en sus mejillas.

—¿Eh? ¿Ya las noticias volaron? —Quién está más roja es ___.

—Ya sabes cómo es mamá cuando son buenas noticias —comenta Cracker con una sonrisa de oreja a oreja.

—Todos están muy contentos de que seas la esposa de Cracker nii-chan y de Katakuri nii-chan. No me caían bien esas mellizas. —Infla los mofletes con los brazos cruzados.

—No eres la única —confiesa el chico.

—Me entrenaré para convertirme en la siguiente comandante y te protegeré.

Smoothie tiene un gran aprecio en la chica por todo el esfuerzo que ha hecho en ayudar a sus hermanos y a ella. Es como si fuera un ángel de la guarda; aunque, puede serlo ya que tiene alas de uno. Cracker solo esboza una sonrisa ante la confesión de su hermana pequeña y ya desea ver lo que es capaz, siendo una comandante. La joven, ya no esclava, solo ríe. Ese comportamiento le recuerda un poco a Cracker cuando era pequeño. Que quería convertirse en un comandante y, para ello, debía entrenar duramente. Hasta que su sueño se cumplió y con un único propósito: estar con ___.

The Pretty Slave (Katakuri x Reader x Cracker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora