Capítulo X

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Las semanas pasaban rápido para algunos y para otros no, y eso incluye al pobre Cracker que no podía hacer nada al respecto. Solo estar en aquella cama, aburrido, mirando a la nada teniendo algo de distracción. ___ pasaba por la enfermería junto con Katakuri más que nada para ver el estado del hombre-galleta que solo sonríe feliz de que la chica acuda hacia donde está él. Su aburrimiento cesa al estar con ella. No le agradaba la idea de que Katakuri esté ahí, pero es su hermano. Se preocupa de su estado.

El primer comandante miraba de reojo a esos dos que intentaban animarse. Él aprovechó esas ocasiones en que Cracker estaba hospitalizado de estar con ella. Era una ventaja. Aunque debe admitir que lo que estaba haciendo está mal. Pero ¿para que engañarnos? El prefiere tener esta oportunidad para estar más tiempo con ___. En todas estas semanas se ha dedicado a llevarla a su casa y tratarla como a una verdadera mujer y no una simple esclava. Le llenaba de satisfacción escuchar aquellos gemidos. Lo único que fallaba es que aún ___ le llamaba de esa manera tan respetuosa. «Debería castigarla aún más», piensa sin mirar a la joven que se dejaba acariciar por su hermano.

Como le gustaría que ella acaricia su rostro o todo su cuerpo sin miedo. Que piense que entre él y ella no hay relación amo y esclava, sino algo más. ___ le cautivaba de una manera abismal. Esa belleza, esa naturalidad. Él es un demonio que quiere obligar a que el ángel pecase. Se entregara ante el placer que ambos sienten. Un rugido de excitación sale de su garganta. Ya deseaba tenerla entre sus brazos y hacerle de todo.

Era hora de marcharse a lo que ___ se despide de Cracker con una leve reverencia. El joven Charlotte no deseaba que se marchara hasta que mira a su hermano mayor observando como aquellos ojos destelleaban de pura excitación. Chasquea los dedos sabiendo lo que significaba eso. Los celos se estaban apoderando de él. ___ se retira de aquel cuarto junto con Katakuri dejando a solas a Cracker. Cuando le diesen el alta su único propósito es pedirle a su madre que sea el ministro de alguna isla y, luego, llevarse a la joven ahí para hacerle el amor cuantas veces quiera. Las veces en que su hermano se ha aprovechado.

Y el reino de Totto Land da la bienvenida la noche en donde los ciudadanos aprovechan para descansar porque mañana será otro día. Algunos aprovechaban para salir un rato a pasear por la ciudad o cenar junto con sus familiares. La noche era joven y perfecta para hacer cualquier cosa. Las islas se reinaba la paz, no había ni un mísero ruido.

Sin embargo, en una de ellas, específicamente en una casa, se escuchaban los gemidos de una joven provocados por un hombre hambriento de ella. Un hombre que no se cansaría en escuchar aquellos sonidos. Le excitaba el doble. Haría todo lo posible para que la joven tuviese el mejor orgasmo del mundo.

Efectivamente, ___ estaba atada en la cama con los ojos vendados mientras siente aquella lengua juguetona de Katakuri recorrer por todo su cuerpo, sacando leves suspiros en la joven. Se estaba divirtiendo viendo a la chica tan indefensa ante su merced. ¿Y por qué esa forma? Digamos que Katakuri tiene un ego demasiado grande y le gustaría que ella dejase de llamarle de esa manera tan respetuosa. Que lo llame por su nombre y punto. Esa su forma de castigo. Atarla y vendar sus ojos para que no viese nada, para que aprenda la lección.

—Katakuri-sama. —Vaya, no aprenderá la lección, ¿verdad?

Ruge no muy satisfecho en donde la joven no puede evitar encogerse en su lugar y grita al sentir un leve pellizcón en su pezón.— Te lo he repetido un millón de veces y aún sigues. Sé que te gusta provocarme, ___.

—N... No es verdad.

—No me mientas. —Otro tirón en su pezón casi estirándolo y al soltarlo su pecho rebota.— Te gusta calentarme de esa manera y que te castigue aún más —lame uno de sus colmillos,— te tendré así hasta que corrijas tu forma de hablarme.

The Pretty Slave (Katakuri x Reader x Cracker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora