Capítulo VIII

6K 322 150
                                    

Katakuri se encontraba en la sala de entrenamiento. No ha parado de pensar en lo que ha ocurrido con ___, se sentía feliz de saber que la chica que le gusta no le tenía ni un miedo y más cuando vio cómo es su rostro. Es el comandante sweet más afortunado del mundo. Al despertar de su sueño no se encontró a la joven en la cama. Eso le fastidio un poco porque le hubiera gustado darle los buenos días y besarla como nunca. Ahora, de verdad, se siente como un adolescente enamorado.

No paraba de mover la cabeza de un lado para otro ya imaginando cómo sería la vida con ella. Seguirá siendo una sirvienta, sí, pero a solas será diferente. La tratará como a sus hermanos, de una manera muy especial. Ronronea levemente notando como sus mejillas se tornan de un color rosado. Debería ser frío, pero es imposible evitar pensar en ___. Un ángel caído del cielo para pecar con un demonio como él.

Iba a quitarse la bufanda para tocarse los labios queriendo sentir esa sensación de sus besos. Sin embargo, escucha como alguien abre la puerta por lo que detiene sus movimientos en seguida. Echa un vistazo a ver quién era y era ni nada menos que Cracker. Su rostro reflejaba seriedad y enfado. ¿Se habrá peleado con Oven? Es probable. Su hermano camina hacia él con un aire un tanto desconocido para el primer comandante. Algo pasaba. Conoce demasiado a su hermano como para no darse cuenta.

Estaba en frente de Katakuri. Cara a cara como si esto fuera una batalla entre ambos. La tensión se nota en el ambiente. El hombre mochi suspira levemente ya queriendo romper esa sensación.

—¿Ocurre algo, Cracker?

No hubo respuesta del más joven de la sala. Sus ojos no tienen ese toque de brillo que se destacaba en él. Y sin esperarlo, Cracker sujeta la camisa de Katakuri para mirarlo a la cara con ira.

—¡¿Como te atreves a acercarte a ella?!

—¿De qué demonios hablas? —estaba con la paciencia tranquila.

—¡No te hagas el idiota! Yo estaba con ella cuando me dice que tiene que ir a darte la merienda. La seguí, ¿y sabes que me encuentro? —El apretón era intenso.— ¡Qué te estabas acostando con ella!

Ahora entendía el comportamiento de su hermano: estaba celoso. Él lo sintió cuando escuchó los gemidos de ___ en la habitación de Cracker. Aparta las manos de golpe de su hermano para mirarlo fijamente a sus ojos.

—Es el mismo sentimiento que sentí cuando te acostaste con ella.

—¡¿Me estás diciendo que lo hiciste por venganza?!

—Por favor, Cracker —rueda los ojos.— No caigo tan bajo en eso.

El amante de las galletas suelta a Katakuri, pero sin separarse. Estaba furioso y le daban ganas de golpear a su hermano.— Tú sabes lo que siento por ella y te has aprovechado.

—Te voy a dejar una cosa clara, Cracker. —Lo señala:— Yo estoy como tú. Siento algo por ella y nunca me imaginé que mi propio hermano tuviera sentimientos por ella.

El silencio reina en esa habitación dejando a ambos hermanos ante una situación incómoda. El ambiente era tenso y los dos saben perfectamente que es lo que ocurrirá si no hablan. Podrá surgir alguna que otra pelea. Cracker casi ni puede controlar aquellos celos que le estaban carcomiendo. ¿Por que tuve que decidir que él y Katakuri fuesen los únicos en dar órdenes a ___? Un grave error por su parte.

Por otra parte, Katakuri deseaba con todas sus fuerzas en que esto acabase bien, pero realmente no es así. Ambos luchan por el amor de una persona.

—Es mía por derecho —concluye Cracker.— Yo fui quién le quitó la virginidad.

—¿Y eso te da el derecho del mundo porque ya no es virgen? —mueve la cabeza Katakuri a modo de negación.— Ni siquiera le has propuesto que sea tu novia.

The Pretty Slave (Katakuri x Reader x Cracker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora