Capítulo IV

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Cuatro años han pasado desde que partieron los hijos más fuertes de Linlin Charlotte. Nadie supo de que aquella misión iba ser complicado. Aunque las noticias vuelan ya que todos estaban contentos de que algunos hayan subido su recompensa ante la marine. La familia Charlotte era peligrosa por tener a Linlin, a su madre, y también por tener grandes guerreros como sus hermanos.

Sobre todo, Katakuri y Cracker que han dejado a su propia madre sorprendida y quería que apareciesen y halagarles de su gran esfuerzo. Hasta tiene una grata sorpresa a uno de sus hijos. Todos esperaban su llegada. Como fue la misión, las batallas que tuvieron para acabarla, las discusiones entre ellos. Son piratas y hermanos de la misma sangre.

Y a la lejanía del reino de Totto Land, se visualizaba una gran bandera pirata, pero no una cualquiera. Era el Jolly Roger de Big Mom. Eso significaba que los hijos de aquella gran mujer han terminado. Los gritos de la gente de la ciudad se hicieron presente alertando a todos que habían llegado. Habían vuelto sanos y salvos a casa. Qué ondeaban con orgullo la bandera pirata de su madre. Todos iban al puerto para darles una calurosa bienvenida a los héroes de dicha misión.

El barco llegó sin ningún problema. Se observa que no ha tenido ningún rasguño desde que partieron. O a lo mejor estuvo presente un carpintero y que cuidaba bien del barco. Qué en realidad era un hommie. Sacan la gran tabla para que toda la tripulación bajasen de ahí con una gran sonrisa de victoria. Y de ahí, bajan los cinco hijos de Charlotte Linlin. La gente, sobre todo las mujeres, estaban sorprendidos por el cambio que han dado aquellos chicos. Algunos se han vuelto apuestos y otros, no tanto.

El primero en bajarse es uno de los más jóvenes de los cuatro, que al pisar tierra firme, estira los brazos feliz de haber vuelto a casa.

—¡Ya estoy en casa! —grita al cielo sonriendo ampliamente.

—No es lo mismo que estar fuera, ¿eh Cracker? —Le sigue uno de sus hermanos junto con los otros dos.

—Claro que no. Lo echaba de menos.

—¿Y quién no echa de menos su hogar? —Uno de ellos se acerca y golpea la espalda de éste.

—¡Joder, Daifuku! ¡Sé más suave!

—Eres un quejica.

—Ya está bien. —Se acerca el más alto de los cinco hermanos.— Perospero, ¿ya acabaste?

—Sí, hay que ver a mamá —habla el amante de los caramelos siempre con la lengua fuera.— Debemos informarla de nuestro éxito.

Y con la orden de su hermano mayor, se dirigen dirección hacia su hogar. Hacia el castillo de Charlotte Linlin quien ya recibió noticias de la llegada de sus hijos mayores. Las sirvientas ya se movían de un lado para otro volviendo a sus respectivos cuartos hasta que sea la hora del té. Y una de ellas estaba deseando verles, sobre todo a dos de ellos. Pero había tiempo.

Las puertas del gran castillo se abren para dar la calurosa bienvenida a los hijos de Big Mom. Sus pasos se vuelven firmes, seguros de sí mismo. Orgullosos de haber terminado la misión. Y ahí estaba. La mujer los esperaba en su trono con una gran sonrisa en sus labios y miraba con orgullo hacia ellos. Y ya teniéndolos enfrente, se levanta abriendo sus brazos.

—¡Oh, mirad como han crecido! ¡Me siento tan orgullosa! ¡Mamamama!

—Mamá hemos terminado la misión —habla Katakuri siendo el comandante y superior a sus hermanos.

—Cuatro años hemos tardado, pero ha sido exitoso —informa Perospero.

—¡Y no solo eso! —coge como unas hojas, pero no era unas simples hojas. Eran las recompensas de cada cabeza de sus hijos.— Han subido vuestras cabezas. El de Katakuri me lo esperaba porque es uno de los comandantes —dice Linlin viendo la cantidad del cabello de color granate.— Sin embargo, uno de vosotros me ha impresionado.

The Pretty Slave (Katakuri x Reader x Cracker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora