《O9》

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En mis adentros chillaba como una rata mezclada con una ardilla y gato agonizando. Y se preguntarán por qué, y no es por ofender pero ¿No es obvio? ¡¿Acaso leyeron lo que me dijo HyunJin?! ¿Lo hicieron, no? No se hagan.

Pero, ¿Entienden la situación? Miren, puede que la hayan entendido mas no me importa, lo voy a explicar igual, porque estoy muy emocionado.

Yo, Lee MinHo, soy un artista considerado bueno por las personas a su al rededor, pero que personalmente, se considera un artista promedio. Aunque muchos dicen que tengo un estilo único que me hace resaltar entre los demás, la verdad no veo nada especial en mis cuadros más que los sentimientos y pasiones que pongo en ellos atraves de mi empeño.

Bien, tengamos en cuenta que un chico hermoso, el cual acelera mi corazón sin hacer nada, y tampoco me dirige palabra alguna, se tomó el tiempo de observar y analizar mis cuadros, y la frase más larga que salió de sus labios fue sobre ellos.

Oh Dios, ¿Lo entienden?

Giré mi rostro y miré al pelinegro que se encontraba sentado en la esquina del sillón, bastante pequeño en su lugar, mirando hacia todos los lados y cerrando los ojos cada que un trueno retumbaba en el cielo. Se veía adorable, muy adorable con mi ropa y asustado, abrazando una almohada con fuerza, haciendo parecer que sus uñas se incrustaban en la tela.

Me acerqué a él llevando unas tazas de café en mis manos, cargando una tranquilidad y nerviosismo a la vez, porque al fin y al cabo, seguía siendo el desconocido HyunJin. Asustado, sí, pero lo era.

—Hey, HyunJin, relájate, no estés tan tenso. —dije y me senté a su lado luego de dejar unas tazas sobre la mesita ratonera. La verdad es que estaba muy calmado, la lluvia me relaja con su sonido ahogado y lento, y su versatilidad con los truenos.

El nombrado me miró, luego miró las tazas de café sobre la mesa, luego volvió a mi, otra vez las tazas de café, hasta que por fin se decidió a agarrar mis mejillas. Bueno, no, tomó con sus dos manos una de las tazas, sin importarle que estuviese caliente y pudiera quemarse, y volvió a incorporarse en su propio lugar denominada por mi como 'esquina de HyunJin'. Pero hubiera sido lindo que apretara mis mejillas, ¿No?

No.

Sí, definitivamente.

—No le puse azúcar, así que si gust... —tan solo lo observé dando sorbos cortos a la bebida, al parecer no le molestaba que estuviera caliente y amargo— Está bien, no importa. —dije y me dispuse a colocarle endulzante antes de gozar de mi exquisito café.

La situación acabó en un silencio con ruidos de tormenta, mis ojos puestos en el chico que bebía cafeína sin reprochar ni decir nada, simplemente quieto. Sus labios mojados por la bebida le daban un toque más apepitoso, la posición en la que estaba parecía pegarme y gritarme que lo abrace.

Pero vamos, cómo si yo quisiera un abrazo suyo.

Las imágenes de él abrazandome con temor no tardaron en llegar a mi mente, sentir sus brazos aferrados a mi espalda, su aliento en mi nuca o su cabeza recostada en mi hombro y mi mano paseandose por sus cabello en una extrema paz, con los gatos recostadosal rededor, en mi regazo y pies, a nuestro lado... Sin preocupaciones, sin estrés, sin cuadros a medio terminar.

Oh cierto, el cuadro.

Bueno, se vale soñar.

Y podrán pensar que me quedé observándolo directamente con una taza de café a la mitad enfriándose en mis manos, y podrían tener la razón al especular aquello, porque es algo así la situación.

Bueno, tal vez muy así, pero no les voy a decir que la única diferencia es que HyunJin sí me devolvió la mirada.

—Eh... —un sorbo di a mi café y miré hacia otro lado, aunque por dentro soportaba el terrible saber de mi bebida tibia porque, vamos, ¿A quién le gusta el café casi frío? A mi no.

—Bien, deberíamos conocernos mejor, ¿No crees? —opté por dar lo obvio, ya no tenemos que estar dando vueltas en cuanto a nuestra "conversación"— Pero, bueno, ya sabes, debes hablar... —sin embargo, la punzada directa que me daba su mirada no ayudaba quitarme el nerviosismo.

—Claro... —murmuró y dio su último sorbo. Ambos dejamos las tazas en la mesa al mismo tiempo, cosa que me tomó desapercibido y sólo reí incómodo ante la coincidencia.

—Bien, eh... , déjame preguntarte cosas —me acomodé mejor en el sillón y tomé una almohada para cubrir la parte de mi abdomen. Él asintió, como siempre hace.— ¿Cuántos años tienes? —internamente pensé: MinHo, sé más creativo, no me preguntes su color favorito.

—Tengo diecisiete años. —respondió y se podría decir que las emociones al escuchar su voz atacaron mi mente y estómago, pero mejor digamos la verdad como es.

¡¿Diecisiete?! ¡¿En serio?! Me siento un viejo a lado de éste chico, por favor.

Como toda persona inteligente que soy, me atraganté con, no sé, imaginen ustedes con lo que me haya atragantado, yo creo que fue con el oxígeno o con alguna mosca que entró en mi garganta cuando ahogué un jadeo se sorpresa. Su mirada seguía siendo insignificante.

—¿Te sorprende? —asentí intentando respirar, mantienendo una mano en mi pecho, aún con la sorpresa reflejada en mis ojos abiertos de par en par. ¿Cómo no quieren que esté sorprendido si soy cinco años mayor que éste chico?

—Ah.. Es que, yo tengo veintidós, y bueno... Cambiemos de tema —enderecé mi espalda. Al estar sentado con las piernas cruzadas me di el lujo de colocar uno de los cojines en ella.—, ¿Qué hacías durmiendo en la basura?

—Ah, eso... —dio una pausa y por fin miró hacia otro lado, dejándome respirar tranquilo— Siéndote directo —se acomodó en su lugar con algo de pereza y estirando sus músculos. Yo esperaba atento su respuesta.—, mis padres me echaron de casa. —agregó, y yo simplemente corté cualquier palabra estúpida que podía salir de mi boca. 

Ay, entonces sí tiene padres. Fue lo único que pude pensar entre mi nueva sorpresa, y un simple '¿Por?' en susurro lo que pude soltar.

La puerta entreabierta del depósito fue empujada levemente y de allí salió Lee Dori, queridísima por ser la competencia de Makki en cuanto al más mimoso se trata. HyunJin llamó a Dori y ésta subió a sus piernas, acomodándose allí con pereza. Típico.

—Fue porque... —mordió su labio inferior y bajó la cabeza ante mi mirada atenta a sus movimientos. Con sus manos acariciaba al gato en sus piernas, negándose a elevar la vista. Parecía estar dudando si debía hablar o no— A mi... Me gustan los chicos...

Y ahí, me quedé en completo silencio, aguantando mi respiración. Los sonoros ronroneos de Dori era lo que resaltaba dentro de la habitación junto a las gotas de lluvia. Un sólo pensamiento pudo pasar por mi cabeza en esos momentos...

No sé si emocionarme porque tengo posibilidades, o ponerme triste porque eso es muy feo.

Al notar como no me miraba, con toda la seguridad del mundo me atreví a estirarme un poco y alcanzar a tomar su mano. Cuando esto captó su atención y nuevamente nuestros ojos estuvieron conectado, respiré hondo y con firmeza pregunté:

—¿Eres gay? —y él asintió con la mirada más fija que yo, venciendome y derrumbando la torre de seguridad que había armado. Tan solo con su asentimiento me quedé congelado, ¿Qué debía decir?— Este...

Un gran estruendo rompió la tensión y mis oídos de paso. Pegué un grito por el repentino ruido justo al mismo tiempo que las luces se apagaron de golpe, cubriendo mi vista de negro en cuestión de segundos. Traté de no entrar en pánico y buscar mi celular para iluminar. Millones de preguntas llegaron, y todas rondaban en una ¿Cómo terminaría el cuadro ahora?

Y tan repentino como el rayo que cayó y las luces que se apagaron, sentí como HyunJin se aferraba con fuerza a mi mano hasta hacerme sonreír con las mejillas rojas. Por suerte, no podría ver como mi corazón se salía de mi pecho de tanto brinco, metafóricamente, claro.

[🍬]

uff por fin lpm ya era hora de terminarlo. Ahí lo tienen, un mes al pedo y por fin este bendito capítulo, y también repentina aparición de Dori, ah.

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