《1 1》

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El melodioso y relajante canto de la pájaros anunciando el amanecer me despertó. No estoy seguro de dónde podría provenir, seguramente el propietario se habrá olvidado de cerrar alguna ventana.

A pesar de no encontrarme en mi cómoda cama, en mi segura y tranquila habitación, pude dormir mejor que cualquiera de los días anteriores, y eso que un sofá no es mi lugar favorito para descansar. Lo cierto es que el apartamento de por sí posee un aire... no sé como podría describirlo, ¿hogareño? ¿cálido? ¿cómodo? Cómodo, sí, así te sientes aquí. Supongo que la falta de gente y la presencia de mininos favorece este factor.

De cualquier modo, me gusta estar aquí, y aunque mi llegada haya sido repentina realmente estoy agradecido de no pasar otra noche en la basura, y de haberme bañado. En serio, agradezco haberme bañado y que el chico me haya prestado ropa.

Ligado a mis pensamientos, luego de haberme acomodado en el sofá, acerqué la prenda que llevaba puesta, ese bonito suéter que me quedaba perfecto, y volví a sentir el aroma que portaba. Lo gracioso, es que huele a MinHo y gatos. El departamento entero porta ese aroma a MinHo, y gatos, aunque creo que él de por sí huele a gatos.

Sin embargo, su habitación huele diferente. Pude llegar a percibir, en lo poco que estuve allí, un toque de rocío, frescura o humedad, y podría incluso decirse que su cuarto huele a frío, o soledad. Me pareció peculiar, siendo que es el único lugar de la casa que huele a eso, sin contar cierta parte de su pasillo y aquella habitación donde se pasó la mayor parte del tiempo, que se esparce el olor a pintura.

Espero que no me tomen como alguien raro por pasarme oliendo cada habitación. No me juzguen, es entretenido.

No tengo idea de cuánto habré dormido, pero tengo en claro que ya no dormiré más. Por eso, con pereza digna de un gato, me vi obligado a levantarme del sofá tan sólo para estirar mis músculos, conectando pensamientos para llegar a concretar una razón, algo para hacer en este apartamento. ¿Debería hacer el desayuno?

Cubrí un bostezo con mi mano y volví a pensar, ¿No sería mejor explorar otra vez el lugar? Pero eso ya lo hice. ¿Entonces analizarlo? Mmh... siento que debería hacer algo un poco más productivo, por no decir que no estoy inspirado para analizar cada decoración del departamento. ¿Productivo? ¿Limpiar? ¿Debería limpiar? Pero si ni siquiera es mi casa...

Reuniendo todas mis energías caminé hacia el pequeño balcón junto a la mesa. Son bonitas vistas las que puedes encontrarte, claro, si para ti es lindo ver el gran muro del edificio de a lado, las ventanas y la ropa colgada de gente desconocida.

Suspiré, creyendo que el paisaje estaba siendo deshonesto conmigo al presentarme tal vista; aunque simplemente se tratara de la ubicación de la ventana.

Tal vez en el balcón de la habitación de MinHo se pueda ver mejores vistas...

Una chispa llegó a mi cabeza justo cuando ese nombre se cruzó por mi mente. MinHo, Lee MinHo, según la firma encontrada en cada pintura que tan familiar se me hacía. Ese era el nombre de un chico que, resumiendo los sucesos, me secuestró.

En ese momento lancé cualquier otra idea de qué hacer por el balcón y me dirigí en busca del dueño del apartamento. Claro, no imaginen que fui a paso apresursado o siquiera levantando la planta de mis pies, calculando que serían aproximadamente las siete de la mañana y no es como si fuera alguien rápido y acelerado en algún momento del día, menos a esta hora.

¿Saben quien es rápido y acelerado? Así es, MinHo. Y no crean que me parece algo molesto e intenso de su parte, al contrario, pienso que es adorable, como un niño pequeño alterado. Y sí, sé que de niño pequeño no tiene nada, pero vamos, es lindo y tiene reacciones impulsivas, según yo es suficiente para denominarlo infantil.

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