El sonido de la puertilla del microondas cerrándose interrumpió la lista de insultos hacia mi mismo que planeaba reproducir mi mente. Primero me asusté, pensando que era un fantasma, ya que realmente creía que el chico se había ido y que ahora tendría que lidear con un espectro maligno salido del inframundo. Pero luego de unos segundos de meditación uní ambas cosas y llegué a una sola y más lógica conclusión. ¿No se había marchado?
Con mis pasos mudos por mis calcetines, y a la atenta mirada de todos mis gatos, caminé lentamente hacia la cocina. Pero no caminé como una persona normal haría, no, yo lo hice estilo espía. Juro que hasta escuchaba una canción típica de esas películas en mi cabeza.
No importa mi inmadurez, lo principal es mi misión de descubrir el causante de aquel ruido y de mis alucinaciones con fantasmas y tacaños desconocidos roba gatos.
Como conté, mi apartamento no es muy grande, específicamente es perfecto para dos personas. La cocina es un espacio reducido, que se separa de la sala por una mesada de mármol azul y media pared. Por eso, es literalmente cuatro baldosas grandes en cuanto a espacio, y el refrigerador está justo al final de ella.
Como si fuera un perezoso andante me acerqué al borde de la mesada y con sumo cuidado fui adentrándome a donde provenían los ruidos, sintiendo la presión y la agonía del suspenso corriendo por mi sangre.
Mi vista se posó en la puerta de la nevera que se encontraba abierta. Reconocí aquella cabellera negra, parte de una espalda encorbada y sobresaliente trasero... digo, mejor quedemos sólo con lo de el cabello oscuro.
Reconociendo lo anterior, era el chico. Bueno, no es que reconozca su trasero, hablo de que gracias a su cabeza y, ya que es alto, la posición de estar buscando algo para comer me hizo llegar a la conclusión de que sea él. ¡Pero no debería estar dando explicaciones! ¿Se entiende? Yo no le miré el trasero a un desconocido, que quede claro.
Mientras intentaba controlar el sonrojo rebelde que se colaba en mis mejillas, no presté suficiente atención a lo que el chico estuviera haciendo; era más cómodo ver el suelo de madera. Pero cuando salí de mi bella burbuja de vergüenza sin razón aparente (porque yo no le vi el trasero, en serio), y levanté la vista, el chico veía curioso el paquete morado de comida para gatos.
-¡No! ¡Eso es alimento de gatos! -grité alterado al ver como éste pretendía probar un poco del contenido, levantándome y corriendo hacia él.
Claramente lo tomé desprevenido, y su reacción fue como la de un minino: echarse para atrás dando un pequeño salto y alejándose de la nevera, viéndome con los ojos bien abiertos, y de paso golpearse la cabeza contra el mueble de ahí en el transcurso. Incluso pude ver como sus cabellos se levantaban y le salían garras, pero sólo era yo que estaba delirando, no se preocupen.
-No puedes comer eso, no es para ti -le medio regañé al estar cerca de su cuerpo, este aún pegado a la pared. Le quité de un manotazo la comida de Makki y la abrí, mostrándole el interior-. ¿Ves? Es para gatos, no para humanos. -agregué, viendo como esta vez el contrario se acercaba para oler levemente el contenido de la bolsa. Mierda que sí parece a un gato.
Cerré el alimento con algo de brusquedad, consiguiendo que el contrario cerrara sus ojitos por la sorpresa, para luego volverlos a abrir, mirándome con la misma expresión de siempre.
Dejé la comida de gato en la puerta de la nevera y la cerré un poco fuerte, demostrando mi ligero enojo. Este mismo lo mostré claramente con un cruce de brazos y una mirada de regaño notoria hacia la persona frente a mi, porque ésta estaba hurgando en mi refrigerador sin permiso.
Dando golpecitos con mi pie al suelo, esperaba una respuesta o explicación de su parte, cosa que claro no conseguí pues este chico no habla.- ¿Tienes hambre, verdad? -asintió unas cuántas veces, disimulando a la perfección alguna pisca de pena que sintiera; si es que sentía aquello por revisar neveras agenas. Aunque no lo culpo, él no sabe que estoy en mi taller, por lo que no podía ir a pedirme si no sabía donde estaba.
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i choose you...
Fanfiction❝ Entre tantos gatitos, te escojo a ti... Eres mi gatito preferido, ¿Sabes? ❞ ◇Donde Lee MinHo vive en un apartamento solo, a la compañía de muchos gatitos que adoptó con el tiempo. Hasta que una noche se encuentra con un muchacho que le acomp...