—No, no y ¡no! Guárdalo Alexander que el único día que me pondré mi traje de gala será para mi muerte ¡Es más, prefiero morirme antes de ir a una cita con Ana María!
—Por Dios, Rodrigo, deja de ser dramático, ya habías aceptado —replicó mi hermano con mi traje en una de sus manos.
—Hasta que sacaste el traje.
—¡Es un restaurante fino! —se defendió.
—¡Por mi como si comiéramos en la puta calle!
Mi hermano se sobó las sienes, en un intento por no matarme, reconozco que en esos momentos yo estaba insoportable, pero no me pueden culpar ¡Me están obligando a casarme con esa loca! No quiero ir a ninguna cita, sea en el lugar que sea.
—¿No tienes que ir a vigilar a tu mujer? —Suspiró hastiado, se que no debo meterme en ese territorio, pero a ver si así recuerda que no necesita tratarme como un niño pequeño.
—¿Prefieres que sea madre la que te obligue a ponerte tu traje de gala?
Un escalofrío me recorre completo.
—Iré en traje normal y es mi ultima palabra.
—De acuerdo ¿Este negro te parece bien? —saca uno traje que normalmente llevo para estar formal, asiento, no me queda de otra.
—Recuerda que debes de ser puntual y cortes, estoy casi seguro de que madre se enterará si te portas mal.
—¡No soy un puto crío y ya lárgate! —lo agarré del cabello para sacarlo del cuarto, estaba harto, con madre, con padre y con Alexander.
Es en estos momentos cuando envidiaba a Massimo y la libertad que tenía sin ir por la vida arrastrando el peso de un apellido como lo es "Salvatore".
Me dejé caer en la cama mientras mis manos jalaban un poco mi cabello, estaba desesperado.
—¿Qué hago? —Me preguntaba, pero nunca obtuve la respuesta.
(...)
"Se puntual" arremedo con burla a mi hermano, seguí sus indicaciones y llevo media hora esperando, estoy casi seguro de que me mintieron con la hora para que llegara a tiempo, no soy una persona impuntual, de hecho soy bastante quisquilloso con ese tema, pero con esta ocasión, si me daban la oportunidad, era capaz de no asistir.
Al parecer la que no asistirá es ella, lo que me faltaba, estaba por retirarme cuando la veo bajar de un vehículo ataviada en un vestido azul, largo con los hombros ligeramente descubiertos, algo para nada acorde a la moda que se usaba actualmente, pero eso no le quitaba lo bonito, al vestido, digo.
Ella, no se que decir, tiene el cabello largo, de color negro, empiezo a creer que Ana María no sigue ningún estereotipo de moda, aunque después de conocer a Juliette, eso es lo de menos.
—Llegas tarde —Quiero recalcarle su falta de modales.
—Para tu información la reservación es las 8 de la noche y si ves tu reloj, quedan diez minutos para las ocho.
Comprobé que estaba en lo cierto y maldije a toda mi familia, empezando por mi hermano y sus metidas de pata que terminaban arrastrándome a mi, le ofrecí mi brazo de mala gana.
—Vaya, hoy estamos muy caballerosos ¿no? —A veces me dan ganas de callarle la boca, pero ella lo ha dicho, soy un caballero y pese lo que le pese Ana María es una "dama".
Decido ignorarla para entrar al restaurante, ya había hecho mucho el ridiculo está noche.
Entramos y ¡Oh sorpresa! El puto restaurante tenía todo el menú en francés, Dios definitivamente me odia, voltee a ver a Ana María y para mi regocijo, esta igual o peor que yo.
—¿Listo para ordenar, monsieur?
Puedo sentir la molestia de Ana María por ser ignorada, pero vamos que ya debería estar acostumbrada, es lo más natural que un hombre pida la comida, igual no es algo de importancia así que la ignoro y me centro en tratar de pedir lo que se escuche más apetitoso de menú.
—¿Puedes quitar ya esa cara de culo que traes?
—Es la única que tengo —Respondió Ana de mala manera.
Esto es imposible ¿acaso nuestros padres estaban ciegos? Somos las personas más incompatibles que pueden existir ¿No podían haberme comprometido con una prima? Valentina no está nada mal.
—¿Te quedarás como idiota toda la velada? Que de haberlo sabido me traigo un libro.
Eso llama poderosamente mi atención.
—¿Tú lees?
—¿Es enserio? —aprieta sus puños y yo solo puedo alzar mis manos en señal de rendición.
—Era una inocente pregunta, a mi también me gusta mucho leer —Al fin encontramos algo en común— ¿Género favorito?
—Romance, Jane Austen es mi escritora favorita.
—¿Orgullo y Prejuicio?
—¿Lo conoces? Yo pensaba que solo leías el periódico, más específicamente la sección de deportes.
Hago una mueca.
—¡Por Dios! Que ofensa, la verdad te contaré un secreto: No soy muy fan de los deportes, prefiero un buen libro con un poco de café.
—Concordamos, pero yo sin el café, tolero mal la cafeína ¿Tú que lees?
—Novelas de misterio o fantasía.
—No te imagino, la verdad.
Seguimos charlando un poco sobre nuestros gustos literarios, creo que es la charla más amable que hemos tenido desde que nos conocidos, no es de lo más cordial, pero algo es algo.
—Madame, monsieur, su cena —Casi lo había olvidado, el mesero pone ante nosotros un platillo que se ve...raro, al menos para mi y por su cara, se que Ana María está a punto de vomitar.
—Disculpe...—detengo al camarero— ¿Esto qué es?
Él me ve confundido.
—Lo que ordenó señor: Testiculos de caballo.
Lo que me faltaba, ahora ya no puedo rechazar algo que he pedido, no se vería bien.
Comencé a comer, sabia horrible y algo me picaba la garganta.
¡Mierda! ¡Tiene nueces!
"Esto es karma" pensé antes de me empezar a toser.
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Amor y Deber #LatinoAwards2020
ChickLitSegundo libro de la saga amores. Ana María y Rodrigo han vivido siempre a la sombra de sus hermanos mayores, los chicos perfectos... hasta este momento. Para su desgracia, el único error que sus hermanos cometieron los ha condenado para siempre. ¿Po...