Capítulo 10 | Ardilla peligrosa.

159 17 13
                                    

//::\\

Hay un silencio en el auto, algo incómodo para mi gusto. Entre mi papá y yo, nunca hay de este tipo de silencios tan largos e incómodos. Es más, siempre que estamos juntos, hablamos hasta por los codos.

Él se estaciona frente a la escuela. Ambos vemos a Lucas hablando con sus amigos en la puerta.

—Así que, Lucas Duren ¿eh? —dice en un tono coqueto.

Mi papá no es el tipo de padre demasiado celoso que prohíbe que veamos a cualquier persona del sexo opuesto. Él es más relajado en ese sentido y bromea con nosotras sobre nuestros «pretendientes». Aunque eso no significa que a veces sea muy sobre protector de nosotras y una que otra vez celoso.

—Lo dices como si estuviera saliendo con él. —Lo miro con extrañeza, mientras que él tiene una sonrisa que da miedo en su rostro.

—Vamos, Stell. Ayer mostró todas las señales de que estaban en una cita —muy bien, ahora papá parece Selina—. Te trajo a casa, conoció a tu increíble y apuesta familia y casi te besa en esos labios de jirafa.

—¿Acabas de comparar mis labios con los de una jirafa?

—Las jirafas tienen bonitos labios.

—Y una lengua morada...

—Ese no es el punto.

—Si te hace sentir más tranquilo, no estoy saliendo con Lucas. —Se oye la decepción en mi timbre.

Voy a abrir la puerta del coche y dar por terminada la conversación, pero la voz de mi padre me detiene.

—Stell, Lucas es un reverendo tonto si no sabe de la hermosa chica que tiene frente a él y no quiere salir contigo.

—Gracias, papá.

Esta vez salgo del auto y me dirijo al interior del infierno con diferente nombre. Tan pronto entro a la preparatoria, me encuentro con un Parker rojo de ira y con una Selina preocupada.

—Stella Fowler espero que hayas planeado tu funeral —suelta el chico con molestia—, ¿quieres margaritas o rosas?

Oh no. Parker tiene una manera extraña para demostrar su enojo. Primero habla con molestia y luego saca algo de humor. Cuando la parte del humor llega, será mejor que corras muy, pero muy, lejos de ahí.

—¿Qué hice ahora? —pregunto, preocupada.

Santísima virgencita, sálvame de este lío y del nuevo demonio de pelo café frente a mí.

—¡¿Por qué rayos le dijeron a Cam, Elodie y a Lucas que me golpearon en mis panditas!? —reclama en casi un grito.

Los párpados se me pegan a la frente.

¿Qué hago? ¿Corro? ¡Ya sé! Me voy a hacer la muertita y así ya no tratará de matarme con un lápiz o seguir interrogándome.

—Estoy esperando tu respuesta, señorita —sus manos llegan hasta su cintura y da golpes al piso con su pie. Parece mamá regañando a su hija por llegar tarde a casa.

Selina, quien se encuentra detrás de él, me hace señas para que huyamos. Sólo hay un pequeño problemita, ¿cómo mierdas vamos a huir si Parker parece un halcón acechando a su próxima víctima?

Creo que tengo una idea...

—¡Mira ahí está Taylor Swift! —grito y señalo a otro lugar.

Taylor Swift es la musa de Parker, por lo que mi fantástica idea funciona. Parker comienza a buscar con la mirada a su musa por todos lados.

Una chica con mala suerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora