Capítulo 12 | Ataque sorpresa.

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La primera clase del día ha terminado. Todo se ha estado poniendo cada vez más confuso, tanto que pienso que en cualquier momento van a sacar las cámaras y van a gritar «¡Es una broma!». Les diré porque todo se está poniendo tan raro:

Evan ha estado mirándome todo el tiempo. Parker ni siquiera nos ha podido mirar a Selina y a mí, cada vez que tiene que estar a nuestro lado, se cruza de brazos y finge que no existimos. Sigue furioso porque dijimos que lo golpearon en sus panditas y todo el equipo de béisbol se burló de él. No he podido hablar con Lucas sobre nuestra pequeña pelea, y para ser honesta, no quiero hacerlo. Siento que en cualquier segundo puedo empeorar todo con él.

Y ahora, la cereza del helado. Cam me mira como si fuera su próxima víctima y Lucas está al otro lado del pasillo.

Estoy 110% segura de que Lucas y Cam armaron todo un complot en contra mía.

Huye, huye, huye. Corre, corre, corre. Escapa, escapa, escapa.

Selina y Parker se acercan a donde yo estoy. Mi mejor amigo tiene los brazos cruzados y cara de tucán atropellado. Apachurro mis libros y cuadernos contra mi pecho con miedo de lo que va a pasar.

—Estamos acorralados —murmuro. Mi vista cae al suelo.

—¿Qué dices? —indaga la pelirroja.

—Lucas está a mis ocho en punto. Cam está a mis tres.

Sel sigue mis indicaciones y localiza a los dos villanos. A pesar de que Parker está enojado con nosotras, hace lo mismo que ella.

—Parker... —llama Selina con dulzura—, tienes que distraerlos. Por favor.

—Ni loco haré eso. Por la culpa de las dos, pasé por la mayor vergüenza de mi puta vida. Y eso es mucho decir después de que mi tía abuela Tina me regalara ungüento artesanal para la urticaria enfrente de todo el instituto. —Reclama el castaño. Sus brazos parecen estar pegados.

—Parker, por favor —ruego en un susurro—. Prometo comprarte un paquete de cartas de Pokemón.

El chico lo piensa un poco antes de responder a mi propuesta.

—Me niego a ayudarte, Stella Fowler.

Él le da un golpe al piso con su pie derecho para demostrar su indignación.

—Por la mierda de todos los elefantes, Parker Hall. Te voy a comprar un paquete de cartas de Pokemón —repito, desesperada por salir de esto.

—Dos paquetes de cartas de Pokemón.

—¡Bien! Dos paquetes.

—De todas maneras iba a ayudarte, Fowler. —Asegura el castaño con una sonrisa ladeada en sus labios.

Sus brazos pasan de estar cruzados a sus costados y camina directamente hacia Lucas.

—Muy bien, éste es el plan —dice la pelirroja—: Parker está a punto de distraer a Lucas, yo distraigo a Cam y tú entras al aula de ciencias. ¿De acuerdo?

—De acuerdo.

Selina da grandes zancadas para llegar hasta su objetivo. Puedo oír lo que Parker habla con Lucas.

Una chica con mala suerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora