Capítulo 13

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Mary giró la cabeza hacia su compañero. Compañero.  Con una mirada a él todo lo demás dejaba de tener importancia. Él la había reclamado como suya y aunque siguiera luchando con esa idea, en realidad no la asustaba tanto como debería. 

Seguían tumbados boca arriba, ya vestidos, mirando hacia los árboles. Mary podía sentir ramitas y hojas clavándose contra su espalda. Aunque podía sonar muy romántico la escena no era muy cómoda, aunque hace un rato nada le había molestado. Se removió un poco, intentando que lo que fuese que se estaba clavando contra su costado derecho desapareciese. Con un gruñido giró, toqueteando el suelo con la mano para encontrar al culpable y lo que encontró fue su móvil.

-Vaya- exclamó encendiendo la pantalla. Tenía 17 llamadas perdidas y 45 mensajes, todos de la misma persona-. Oh maldición, olvidé que había quedado esta tarde con Lux.

-¿Quién? - Preguntó Sky sin levantarse del suelo, donde estaba espatarrado.

-Mi mejor amiga- le explicó incorporándose-. Siempre está de viaje por trabajo y quedamos hoy porque acaba de volver de Italia.

Abrió los mensajes. Los primeros eran para avisar de que se acababa de levantar y que pasaría a buscarla a las once para ir a un desayuno tardío juntas. Miró la hora, eran las tres de la tarde. Me va a matar. En los siguientes decía que iba de camino a su casa. Y de ahí en adelante iba subiendo el tono según se cabreaba.

De Luxiana:

11:25. Tía, En serio? tnto cuesta poner el volumn?

11:30. Te estoy llamando pero ni así. Tngo hambre, resaca y sueño. Más te vale que tu excusa sea un tío bueno que te ha tenido ocupada toda la noche. Me voy a por un café. Y un croissant. De choco. Ala, estarás contenta.

-Tengo que llamarla y decirle que estoy bien. Maldición, ¿ahora que le digo?

-Puedes decirle que ha surgido un problema familiar -sugirió Sky.

-Se presentaría aquí en diez minutos. Ella también es familia, somos amigas desde que teníamos dos años.

12:50. Audio de 6.45min. -Oye cacho puta, me has dejado plantada, ¿otra vez? La próxima vez me compras tú el desayuno, y la comida. Querré una hamburguesa... con beicon y patatas, y no del burger. No, no. De un restaurante de esos donde te ponen el ketchup en un mini bol-. De fondo se podía escuchar a gente hablando, debía estar en la cafetería de enfrente de su apartamento. Se escuchó como tomaba un sorbo de café y maldecía por lo caliente que estaba -. Estoy frente a tu casa, estaré aquí un rato que tengo que acabar un par de cosas para el jefe. Oye, dile al buenorro con el que estés que se vaya a pasear por ahí mientras nos vamos de juerga tu y yo. O que se venga, seguro que es un cielo. Siempre te he dicho que el tío que te pillara sería un cielo, ¿a que sí?. Es una lástima porque te quería presentar a un chaval nuevo de la oficina. No de la mía, claro, eso sería raro. Es del despacho de abogados de enfrente, aquel en el que todos van con traje -. Otro sorbo y otra maldición para el que le había preparado la bebida -. Menos mal que le dije que con leche templada. Como te decía, le vi hace unos días y pensé: Hey, ese tío a lo mejor es del estilo de mi amiga, le pediré el numero de teléfono. Así que me fijé el coche en que llevaba y en cuanto tuve ocasión le di un pequeño golpe con el coche cuando intentaba aparcar. No fue culpa mía, fue de otro abogado muy finolis que había bebido unas copas de más en la oficina y por poco me da, tuve que dar marcha atrás y le di al coche del abogado este. Total. Conseguí su número y el borracho se hace cargo de las reparaciones. Meh, ahora que lo pienso no es para tí, es Tauro. No me gustan los Tauro. Me voy a por un perrito caliente. Adiós a la dieta. Ya me dirás algo cuando estés disponible. Me voy de compras, necesito unas zapatillas para correr.

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