Capitulo 14

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 Aquella noche los chicos la dejaron tranquila pero los Layas... Mary pronto descubrió que eran de naturaleza curiosa. En cuanto entró a la sala de estar para ver la televisión un rato, uno por uno fue entrando y sentándose allá donde podían, pero dejando espacio a ambos lados en el sofá donde ella estaba. Ella les miraba sorprendida, sin saber que decir o hacer. Sky entró, los miró uno por uno, advirtiéndoles con la mirada, antes de sentarse junto a Mary y arrastrarla a su regazo.

- Solo quieren conocerte,- Sky le rozó la oreja con su nariz – eres una de los nuestros y tienen curiosidad, eso es todo. No te preocupes.

Ella solo asintió y les dedicó una sonrisa.

-Está bien. También tengo preguntas para vosotros.

Ellos le contaron como fue su vida allí encerrados, le hablaron de los Layas que seguían encerrados, de los compañeros que habían perdido, y de los técnicos y médicos de los que se querían vengar. Le explicaron que el médico que les había creado en probetas y controlado desde el día que nacieron había tenido una muerte dolorosa y justa. Enfermó y decidió que se podría curar a si mismo, así que decidió inyectarse alguno de los medicamentos que probaban en ellos. Le funcionó, pero los efectos secundarios le pasaron factura y en un ataque de ira prendió fuego a su laboratorio y destruyó los archivos y las copias de seguridad de todo lo relacionado con ellos y su creación, él murió en el incendio también. Eso causó un grave problema, ya no podrían crear más ratas de laboratorios super-resistentes, el único científico que tenía los datos en la cabeza había muerto, llevándose consigo los archivos que tan celosamente había guardado. Así que pasaron al plan B, ya que no podían crear más de ellos harían que se reproducieran y con sus crías podrían seguir experimentando y probando sus fármacos.

Aprovechando todo ese revuelo el Informante había contactado con los jefes del equipo, se organizaron con diligencia y después de hablar durante unos días, decidió provocar la explosión ese grupo de Layas pudo ser liberado. Y decidió quedarse allí, ayudado a los demás hasta que pudiesen ser rescatados.

Después de haber sufrido abusos durante toda su vida, de haber sido maltratados, asesinados y tratados como animales ellos no buscaban vengarse de toda la humanidad, solo de aquellos que se hacían llamar científicos y médicos. Querían liberar a sus compañeros y tener una oportunidad de vivir fuera de jaulas y sin torturas ni drogas. No eran animales, tenían sentimientos y eran muy inteligentes, les costó muy poco absorber los conceptos básicos de lo que se consideraba un comportamiento civilizado y adaptarlos a un punto en el que se sintieron cómodos.

Admitieron abiertamente que se les hizo duro confiar en los humanos después de haber pasado su vida sufriendo en sus manos. Pero el equipo fue muy insistente y Doc ayudó, manteniendo siempre la calma y obligando con su autoridad a que los demás hiciesen los mismo. Desde el principio les hablaron como iguales, abiertamente y sin ocultar nada, aseguraban que aquel era un entorno seguro y les enseñaron como funcionaba cada cosa, desde el microondas hasta el sistema de seguridad. Si alguno de ellos tenía una duda, cualquiera, ellos se encargaban de resolverla sin hacerles sentir estúpidos o inferiores.

Eager se había interesado en saber como funcionaba todo lo relacionado con la seguridad y el equipo le enseñó a usar el sistema de seguridad, dónde estaba cada sensor, cada cámara y las trampas. Sharp prefirió aprender los conceptos básicos de la medicina con Doc, descubrió que le gustaba y quería ser capaz de ayudar a su gente si llegaba el momento. Cada uno de ellos descubrió algo que les gustaba sobre lo demás, dibujar, leer, las armas... Y cuando descubrieron internet se les abrió un mundo lleno de posibilidades.

Eran conscientes de que aún les quedaba un largo camino por delante, que todo aquello podría explotarles en la cara una vez que su existencia fuese de conocimiento público y volviesen a meterles en jaulas, o peor, fuesen asesinados. Pero aseguraban que el tiempo que habían pasado fuera, viviendo allí, explorando un poco el mundo humano, como los supermercados o lavanderías, así como las personas que se habían cruzado en su camino y les habían tratado como personas, todo aquello había valido la pena, pues esas experiencias no se las podrían quitar. Si volvían a encerrarles tendrían aquellos días para recordar, y con suerte podrían compartir esas historias con los demás, para llevar un poco de luz a aquel infierno, que era lo único que conocían. Y el hecho de que ella y Sky se hubiesen acoplado les daba esperanzas, más de las que jamás creyeron capaces, era una nueva posibilidad que jamás hubiesen podido soñar ni imaginar. Esa aceptación total por su parte, era lo que necesitaban pero no sabían que buscaban.

LAYA SkyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora