CAPITULO 1. LA CHICA RARA DE LA BUFANDA ROJA
La pregunta del millón ¿Cuál es mi propósito en la vida? Es fácil para algunas personas elegir algo en el buffet de las decisiones eternas, para así satisfacer sus necesidades básicas. En mi caso es algo más complicado me atraen muchas cosas a la vez y al mismo tiempo mi interés por ellas es muy limitado. Desde que soy niño he tenido una gran fascinación por la ciencia y los avances tecnológicos que han surgido a lo largo de la vida humana, pero por otra parte las matemáticas no son mi fuerte, además de la física y la química. En pocas palabras como iría a convertirme en una de las mentes más brillantes del nuevo mundo, si una simple ecuación lineal me complica la existencia. Como iría a ser uno de los mejores chefs reconocidos a nivel mundial si un simple recalentado de la comida del día anterior en el horno de microondas quemaría la cocina de mis padres. Si bien quería ser uno de los mejores diseñadores de una de las construcciones más elaboradas que existían, la torre de cartas que hacía en mis ratos libres no llegaba ni a dos pisos.
En fin, para no hacer la historia larga ya estando en el último año de preparatoria no sabía en lo que sería bueno para el futuro en el ámbito profesional. Bueno a decir verdad no era del todo malo en todos los ámbitos. Lo único en lo que mi mala suerte no arruinaba era en la música, era guitarrista de una banda de rock desde ya hace dos años, y ya hace algunos meses la gente comenzó a tomarnos en cuenta como una de las mejores bandas del lugar. A decir verdad bien podría dedicarme a ello pero mis padres se oponen actualmente a ello, por el bajo futuro que deja la música en un mundo donde la industria y el comercio dominan los bolsillos de toda la gente.
En mi opinión, solo me cuesta decir << que se vayan al diablo >> a mí no me molesta la idea de tocar en varios lugares y subsistir de ello en realidad la idea me parece más que perfecta a lo que son mis gustos y mis habilidades. Pero de todos modos eso va a ser imposible por el momento.
Y así los días transcurren y tan solo con pensar en el futuro mi cuerpo reacciona de forma catatónico a la idea, de hecho el simple hecho de escuchar la palabra me hacia temblar. Así es como comienza otro día en mi aburrida y tediosa vida.
Como todos los días abrí los ojos y lo primero que vi fue aquella grieta en el techo de mi habitación, no es tan malo como parece, a excepción de cuando llueve y el agua se filtra por ahí. Me levante y vi el reloj, “las 5:30 am” era algo muy temprano para ir a la escuela así que tome mi guitarra y comencé a tocar un poco, pero no paso mucho tiempo para que mis padres y los vecinos se quejaran de ello, ya que era muy temprano y no los dejaba dormir en paz. No tuve otra opción más que dejar de tocar, y comenzar a prepararme para ir a la escuela. No me emocionaba mucho la idea de ir a la escuela pero no me quedaba de otra, una parte de mi esperaba que pasara algo interesante en el transcurso del horario escolar, ya saben para hacer la rutina un poco menos tediosa.
Tome mi libreta de composición y unas cuantas plumas de color que se encontraban en mi escritorio, y las metí a mi mochila. Ya estaba por dirigirme hacia la salida cuando de pronto se escuchó la voz de mi madre.
-Primera vez que sales temprano, acaso es un día en especial. Dijo mi madre con un tono un poco severo y sarcástico.
-No, lo que pasa es que hoy sentí la necesidad de madrugar un poco.
-Leonardo, por favor prométeme que ya no te meterás en más problemas y que te aplicaras en la escuela, aunque sea solo por este último año de preparatoria que te queda.
-Ahh (suspiro) está bien, lo prometo por cierto hoy llegare tarde, tengo ensayo con la banda, bueno me voy o se me va a ser tarde.
Y así comenzó otro día en la vida de Leonardo Vega, un muchacho poco atractivo, de cabello seco, complexión grande y tono de piel clara. En pocas palabras un caucásico de procedencia latina, suena muy extraño pero no es algo del otro mundo.
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ME ENAMORE DE UNA OTAKU
RomanceLeonardo vega es un joven de 17 años de edad al que con solo escuchar la palabra "eleccion de carrera" le da escalofrios ya que solo es bueno tocando con su banda, ademas de que se ve aburrido y abrumado con la rutina diaria. Hasta que un dia una ch...