O tal vez sí...

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Muy bien, gente, no los dejé ni acomodarse. Acá está el final... chan, chan, chaaan. 

Hablamos abajo, nada más lean <3

Capítulo XXVIII: O tal vez sí...

Jasmine soltó un profundo suspiro, estirando ambas manos para tomar las de él, mucho más grandes, y enlazar sus dedos en un férreo apretón. Bastian bajó la mirada hacia sus ojos y ella lo observó a su vez, ensimismada en sus propios pensamientos. Era tan guapo que nadie jamás se atrevería a negarlo, también era testarudo, imprevisible y difícil en más de un aspecto, pero su madre una vez le había dicho que aquello que se obtiene sin esfuerzo rara vez era apreciado luego. Solo había que tener el valor suficiente como para tomar el reto y Jasmine nunca se había considerado alguien falto de valor. Ella siempre iba tras lo que quería y por muy poco lógico que sonara, ella al parecer quería a Bastian. Y no lo quería como un apellido añadido a sus nombres, no lo quería como una firma al final de sus cartas, lo quería. Lo quería y no necesitaba buscarle un significado, un porqué, un cómo o un cuándo, lo quería sin más.

—Tal vez... —susurró, dejando que su cuerpo se acercara hasta rozar la pechera de su chaqueta—. Tal vez... debería conservarte.

Bastian sonrió, vacilante.

—¿En serio? —Ella se encogió de hombros con cautela, logrando que Bastian soltara sus manos para tomarla por las mejillas con cierta reverencia—. Escúchame, no te vas a arrepentir... tuviste la desgracia de conocer —hizo una pausa, dejando que su frente tocara la suya—. Perdóname.

—Ya lo hice, Bastian, ¿no lo ves? —Y se sentía tonta y a la vez feliz por ello. Pero su instinto le había hablado, por una vez en su vida se iba a dejar llevar por algo más que un lógico y seguro plan de acción.

—No —replicó él, apartándose solo lo suficiente como para que sus miradas se encontraran—. Estoy hablando en serio... voy a hacerlo bien esta vez, por Junior y por ti. Ustedes lo valen...

—Bastian... —intentó protestar, pero él le cubrió la boca con dos de sus dedos.

—Una vez me dijiste que no te gusta la persona que soy cuando bebo. —Ella asintió con cierto pesar—. A mí tampoco me gusta y esa fue la persona que conociste, la persona con la que te casaste... yo no debí... —Negó, dejando que una diminuta sonrisa curvara sus labios—. Por mucho tiempo eso era lo único que me ayudaba, Jasmine, por mucho tiempo... yo solo necesitaba adormecerme de algún modo. Así que comencé a beber, el alcohol hacía...

—¿Qué el infierno fuera más soportable? —completó, utilizando la única explicación que alguna vez le ofreció sobre su necesidad de beber todo el tiempo.

Bastian movió la cabeza en una tenue aceptación, pero el dolor parecía arraigado en lo profundo de sus ojos mientras le devolvía el escrutinio.

—No busco justificarme —le espetó con firmeza—. No es una excusa... pero sé que no soy la misma persona cuando bebo. Por eso no voy a volver a hacerlo... no lo necesito, cuando Junior y tú están cerca... no lo necesito. —Le sonrió como si le sorprendiera aquel descubrimiento—. Así que te prometo aquí y ahora que no importa qué tan cerca me sienta del infierno, no voy a... beber. —Fue su turno de sonreírle, deseando creerle... decidiendo creerle—. Te aseguro que ésta manzana cayó muy, muy lejos de ese árbol. A esta manzana ni siquiera le gustaba ese viejo y desagradable árbol.

Una tonta risa se escapó de su boca, al tiempo que se entremezclaba con un tembloroso sollozo.

—Lamento haberte dicho eso —le dijo, recordando cuando lo había acusado de ser un ebrio como su padre. Bastian sacudió la cabeza restándole importancia y ella comprendió que allí iban a dejar ese tema, allí iban a dejar esos días donde solo buscaban herirse el uno al otro. Era un modo bastante literal de deponer las armas, pero era un buen comienzo para ambos.

Jasmine Flower (Serie: Acuerdos Matrimoniales 01)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora