Pretendientes

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Hola... no tengo nada que decir, pero dicen que es mala educación no saludar :D

Capítulo XX: Pretendientes

Bastian desmigajó una tostada para luego tomar un pedacillo blando y dárselo a Junior que se agitaba inquieto en su regazo, intentando alcanzar su desayuno como un convicto al que se lo enfrenta a la comida después de una larga hambruna. Rodó los ojos al sentir el leve mordisco de encías en su índice y luego aprovechó los segundos ganados para llevarse la taza de té a su boca, sin que la pequeña manito regordeta se lanzara detrás de ella con malas intenciones.

Alguien carraspeó a su diestra llamando la atención de ambos. Ryan estudió al recién llegado por espacio de unos segundos, para luego catalogarlo como de poco interés y volver a depositar su mirada en la comida. Más precisamente en la taza que Bastian acababa de apoyar en la mesa.

—Buenos días —dijo con más amabilidad de la que su interlocutor merecía.

—Hastings —musitó su cuñado, inclinando tan sutilmente la cabeza que Bastian casi pensó haber imaginado dicho gesto. Luego esbozó una sonrisa hacia Ryan, pero éste ya estaba ocupado en menesteres más importantes. Como lograr que la totalidad de la tostada de su padre cayera de algún modo cerca de su boca.

Bastian apartó la tostada más lejos, logrando que su hijo soltara algo muy similar a un gruñido de protesta.

—Come la tuya —le indicó, colocando una partecita de la húmeda tostada en su manito. Ryan la aceptó, pero claramente no estaba dándose por vencido en la tarea de conseguir un trozo de tostada untada con mantequilla y mermelada.

—¿A qué hora saldrán?

Él arrastró su mirada hacia la parte de la mesa en donde el duque había decidido sentarse a desayunar, al ser un invitado de alto rango lo más esperable sería que se sentara tan cerca de la cabecera como fuese posible. Es decir, cerca de su anfitrión, pero Theo Shaw había optado por ubicarse casi en la punta opuesta y tan alejado de él, que Bastian pensó en buscarse unos catalejos para conseguir observarlo.

—No lo sé... —respondió encogiéndose brevemente de hombros—. Tu hermana está organizando eso.

—¿Acaso no lo organiza todo? —instó con cierto grado de recelo en su voz. Bastian pasó de responderle.

Era cierto, Jasmine tenía la capacidad de dividir su mente en ciento de tareas y dedicarle la misma relevancia a cada una. No era exactamente su culpa que ella fuera incapaz de dejar el trasero quieto. Y en cuanto le dijo que le gustaría que lo acompañase a la fiesta de aniversario de los vizcondes, ella se había puesto en la tarea de dejar todo organizado para antes de salir. Parecía que se iban por un año y no por tres tontos días. A Bastian le pareció estúpido intentar detenerla y mientras ella se afanaba por preparar el viaje, él se concentró en recuperar sus fuerzas y sanar.

No le tomó mucho, dicho sea de paso, estaba tan acostumbrado a las heridas que apenas si se acordaba de ellas. Al tercer día de descanso, ya sentía la urgencia de moverse por la casa y así lo hizo, al cuarto día se puso a tocar el piano y al sexto salió a dar un paseo con Brutus. Aunque el médico había desaconsejado cualquier tipo de actividad brusca por lo menos por un periodo de quince días, Bastian sabía bastante bien cómo funcionaba su cuerpo. Quince días le parecía una exageración en lo concerniente a una simple convalecencia, tener a Jasmine y al personal de servicio al pendiente de cualquier palabra suya lo abrumaba. No estaba acostumbrado a que las personas en realidad se preocuparan por su salud, así que no había tenido más opciones que mostrarse arisco y en algún momento llegó a ofender a su esposa, pues ella apenas si le hablaba. Aunque era mejor de ese modo, las pocas veces que intentaron conversar en los pasados días, Jasmine no hacía más que indagar e indagar en su vida. Y había cosas que Bastian jamás le diría, sin importar cuánto a ella le cabreara su silencio. Ya había hablado más de la cuenta, a partir de ese instante supo que debía empezar a medir lo que saliera de su boca o caso contrario, terminaría por asustarla.

Jasmine Flower (Serie: Acuerdos Matrimoniales 01)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora