Prologo

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Hace millones de años el mundo estaba dividido en cuatro naciones. La tribu agua, el reino tierra, la nación del fuego y los nómadas aire. Cada nación tenía su propio estilo de pelea, que iba pasándose de familia en familia.

Había personas en cada generación que eran capaces de manejar estos cuatro estilos de pelea, ligados a poderes sobrenaturales nunca vistos en la actualidad.

A ellos les llamaban, "Avatar".

Grandes luchadores. Eruditos. Maestros.

En tiempos de guerra se dedicaban a sembrar paz y tranquilidad entre los ejércitos. Enseñándoles que cada técnica ancestral no estaba hecha para matar ni hacer daño, si no para proteger a los seres queridos. Usaban sus poderes para ayudar a la humanidad a subsistir.

El mundo empezó a modernizarse. Las peleas habían sido dejadas de lado con la llegada de nuevas tecnologías. El agua, la tierra, el fuego y el aire que eran manipulados por las técnicas ancestrales dejaron de existir con el pasar de las generaciones.

Algunas personas, aun conscientes de sus raíces, siguieron utilizando las técnicas para pelear con fines deportivos.

Pero ahí estaban. Aún permanecían.

Los herederos de las técnicas sagradas.

Seguían de pie. Luchando para tener un puesto en la vida. Otros dejaron de pelear, y se dedicaban a estudiar, a ser alguien en la sociedad moderna.

Las cuatro naciones habían hecho un pacto de paz luego de las múltiples guerras, y crearon la capital de las naciones unidas, llamada 'La ciudad república'. Extranjeros de todas las naciones vivían ahí. Una ciudad prospera. Llena de tecnologías y completamente modernizada. Donde diferentes personas de todo el mundo iban para conseguir trabajo, o tener estudios.

Ahí estaba la sede del Pro-control.

Peleadores de todo el mundo querían estar ahí. Pelear con los mejores. Ser vistos por patrocinadores. Y de ahí solo seguir subiendo.

La hija del jefe de la antigua tribu agua del sur, estaba ahí.

Una erudita.

El nuevo Avatar.

Así la conocían.

Viajó desde muy lejos. Buscando perfeccionarse. Porque era capaz de dominar las cuatro técnicas ancestrales. Buscó maestros. Compañeros. Amigos. Para ser más fuerte y conseguir los títulos que le abrirían puertas.

Su sueño.

Ser la luchadora de Hiroshi Sato. Un hombre millonario, que solía escoger luchadores y darles la oportunidad de enfrentarse a los mejores de todas las naciones. Dándoles riquezas y poder.

Tuvo un accidente al entrar en esa sede. Un accidente fatídico.

Ahora, luego de perder varias de sus habilidades, tendría que empezar de nuevo. Escalar nuevamente. Buscando llegar al hombre que le daría todo lo que necesitaba para ser lo que más anhelaba.

Pero el destino era confuso, y siempre daba vueltas. Encontrarse con su hija era algo impensable.

La heredera Sato.

La única persona que podría ayudarle con sus objetivos.

Ayudarla a ser quien era.

Sato Fighters (Los luchadores de Sato)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora