Obsesión

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Que guapa se ve cuando va a correr, ese conjunto deportivo rojo encaja perfecto en su hermosa figura. La sigo montado en una bicicleta mientras ella lleva audífonos y es obvio que no me escucha, el parque dónde estamos tiene mucha gente haciendo ejercicio, ya sea corriendo o en bicicleta así que yo no parezco fuera de lugar; llevo puesta una gorra color negro para ocultar mi rostro por si algo se sale de control y ella llegara a voltear pero seguro que no lo hará, viene tan metida en su rutina y en su música que se pierde de la realidad.

Ahora que la veo así solo puedo decir que la amo tanto, más de lo que ella se imagina o más de lo que puedo expresar. Estoy enfermo de amor. Ella era la mujer con la que yo quería compartir mis desgracias, mis alegrías, mis tristezas, mis logros todo con ella. Para mí no existía nadie más que ella. Me imaginaba nuestra casa, dos hijos, viajes, una familia perfecta, una familia feliz e irrompible. Pero Erin arruinó todo por su calentura, por su libertinaje y su estupidez. Si ella llegase a morir no me importaría tener sexo con ella, con su cuerpo porque la amo, la amo con locura, la amo como nunca he amado a nadie en esta vida. El amor no le hace daño a nadie ¿o sí?

En fin, sé cuál es su rutina después de hacer ejercicio. Va a la que era nuestra casa, se baña con agua muy caliente, pone sus cremas en todo el cuerpo, se viste y se va a trabajar al consultorio ¿y que creen? Yo sé todo eso porque ella tiene sus tiempos tan establecidos que es muy fácil adivinar lo que hará y también lo veo porque lo que ella nunca se la ha ocurrido es que alguien la sigue, la espía y eso es una gran ventaja para mí. Nunca le haría daño a alguien que amo, aunque Erin rompió y destrozó mi corazón, pero no estoy mal de la cabeza como para dañarla.

Sale de nuestra casa (porque si aún es NUESTRA) vestida tan sexy y hermosa con un vestido que llega abajo de las rodillas color amarillo, un saco negro y unas botas del mismo color. Sube a su vehículo y sé a dónde se dirige que es su consultorio pero yo me quedo ahí en el vehículo recordando los momentos lindos que pasé en ese lugar, con esa mujer que la creía fiel, decente y no la mujer que resultó ser. Me meto a la casa ya que Erin es tan confiada que aún no cambia las cerraduras y yo por supuesto que tengo llave. Todo sigue en su lugar y como estaba, los muebles, la televisión, la cocina, todo limpio y pulcro. Tal y como hice la vez pasada me dirijo al lugar donde sé que guarda su ropa y vuelvo a tomar su ropa interior y me llevo de recuerdo.

Pensé en dejarle una nota pero no, no quiero que ella sepa que la estoy siguiendo y que sé todo lo que hace así que me voy. Cierro con llave y tomo camino hacía el lugar donde estoy viviendo.

Erin te amo. Te amo tanto, me destrozaste la vida y el corazón, pero no puedo dejar de amarte por eso cuido de ti, por eso te sigo porque no quiero que te pase nada.

Peligrosa Falsedad (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora