1:43 pm

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Tras mirar el reloj colgando en la pared, me levanto de la cama desganado, con sueño aun presente en mis ojos, pero con un hambre insasiable. Al abrir la nevera me sorprende encontrarme con tuppers llenos de comidad preparada por Eiji... esa horrible comida. Tomo una de ella y la caliento en el microondas. Destapo una cervera y antes de que dé el sorbo, recuerdo su molesta voz diciendo:

—No tomes eso Ash, es malo para tu salud.

Un poco perturbado, tiro la cerveza al fregadero y tomo un vaso con agua.

Me siento en la mesa y miro hacia el balcon. La luz entra y deja al descubierto tu ventana. Me pregunto, a donde estarás.

Antes de que de un bocado, el timbre de la puerta suena dos veces seguidas. Es un poco temprano para incomodar, asi que me levanto y abro la puerta.

—Ash, es bastante tarde, ¿que haces vestido así?
—Dino… —entra sin permiso y se sienta en el sofa mientra se descubre del sombrero— ¿No me invitas algo de beber?
—Lárgate.
—Ash, parece que no entiendes que tenemos un trato.
—Quiero anular ese trato, quiero dejar de ser lo que soy.
—Escucha Ash,— se pone de pie y me mira fijamente— ¿qué harás sin mi? Un pobre niño sin estudios que lo único que sabe hacer es chupar el pene de los hombres deja mucho que desear.
—¡CÁLLATE!— grito furioso.
—Todo lo que eres me lo debes a mi. ERES DE MI PROPIEDAD— una estruendosa cachetada se impacto contra mi mejilla asiendome sentir rabia y ganas de golpearlo— Pero bien, si crees sobrevivir sin mi en esta porqueria de barrio puedes hacerlo. Te dejare ir si así lo deseas mi preciado juguete.
—¿Es una clase de broma? No estoy para tus juegos.
—Estoy hablando seriamente, Ash. Puedes irte de mi lado, pero te olvidaras de todos tus beneficios. Tendras que ganartelas por ti mismo.
—No necesito de ti— afirmo molesto.
—Bueno, entonces puedes irte. A cambio de algo insginificante. Arthur— grita a la puerta y entra Arthur, su mano derecha con una risa cochante en su rostro.
Al verme sonrie.

—Hey Ash.
—Escucha, Ash,— prosigue Dino— Esto es muy facil. Tu te vas, pero quiero un sustituto.
—A Papa Dino le gusto el pequeño gato negro con el que te encuentras en el balcón.

Me paralizo por completo al escucharlo.

—No él… NO DE NINGUNA MANERA, EL NO PUEDE… NO LES DEJARE TOCARLO.
—Vamos ash, es un trato justo, un lindo gatito por un lince… tendras al fin tu presiada libertad— exclama Arthur— Debo admitir, que tiene un cuerpo en condicones extraordinarias, bueno, que podia esperar de un ex atleta de pertiga.
—Tu… ¿lo investigaste?
—Eso no es nada,— saca un amplio dobles de hojas y me los muestra— un registro completo de lo que hace, horarios, familiares, lugares que frecuenta, datos personales... sin olvidar que todos los dias se encuentra solo.
—Ash— menciona Dino— Puedes elegir entre ese chico japones o tu.

Mis ojos han comenzado a humedecerse. La rabia, la impotencia se acumulan en mi, pero la sola idea de condenar a Eiji a vivir en el mismo infierno que yo... no puedo soportarlo.

—No lo hare— exclamo resignado— puedes quedarte tranquilo, no intentare escapar.
—Tomaste la mejor decisión— coje su sombrero y camina hacia la puerta— Te enviare clientes esta proxima semana, adiós— sale del departamente y me dejo caer en el sofa.
—Es una lastima… muchos me han pedido chicos entranjeros... empiezas a aburrirles— me evanto de inmediato y lo tomo por el cuello.
—¡Si te atreves a ponere un dedo encima no dudare en matarte!
—¿Tanto te importa? ¿Más que tu libertad? Ash, estás perdido. Tú solo sirves para satisfaser a los demás. Un prostituto si quieres llamarlo. Nadie en este mundo te acojera en su hogar sin algo a cambio. Nadie sufrira por ti, nadie nunca sentira más que deseo por ti, ¿Porqué no te das porvencido? ¿Qué tiene de especial ese chico japones?
—Él— digo con la garganta hecha un nudo— él es diferente al resto.
—Claro, "diferente".

Sale del departamento y me quedo en silencio unos minutos, mirando hacia el balcón.

Sale del departamento y me quedo en silencio unos minutos, mirando hacia el balcón

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El tiempo pasa tan rápido, y la noche se hace eterna... ¿porqué no llegas? ¿es que acaso Arthur te hizo algo? no lo permitiria. Tomo mi chaquete dispuesto a salir y de un cajon, una navaja que habia ocultado de Dino.

Miro por última vez esperado que tu silueta aparezca pero no hay señales de ti. Me doy la media vuelta y corro hacia la calle.

—Ash— gritas mi nombre desde lo alto, recargando tus mano en ese sucio barandal.
—Eiji, no te muevas.

A toda prisa subo por las escaleras de tu edificio con el alma colgando de un hilo.

—Ash, ¿que pa...

No puedo evitarlo más, se lanzo sobre tu pecho, sosteniendote tan fuerte contra mi.

—Quédate asi. No quiero que nadie te arrebate de mi lado.

Soprendido me abraza de igual manera.

—Prometo que me quedare siempre a tu lado.

En el balcónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora