Capítulo seis.

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Alexia Mc'Mahon.

Mi primeros orgasmos han sido alucinantes

Nunca tuve curiosidad por saber qué tipo de placer podía experimentar, por ende nada de manos o vibradores por las noches.

¡Dios!.
De que me he perdido.

Mi respiración es errática, todavía mantengo espasmos del último orgasmo, Alek mantiene abierta mis piernas, mientras siento como su nariz roza mí muslo tembloroso y empieza a subir.

El vestido que portaba está arremangado en mi cintura, Alek da un último beso a mi vientre, del cual me estremezco por lo sensible que mi cuerpo se encuentra.

Se para frente a mí con una sonrisa arrogante y sexy que me tiene jadeando, la humedad de mi centro se desplaza a tal punto de empañar las sábanas.

Sus gruesas manos terminan de quitar el vestido, y gruñe como hombre en celo al ver mi cuerpo desnudo.
Solo hay una tenue luz reflejada en la habitación, pero eso basta para divisar cada uno de sus movimientos.

Desabrocha sus pantalones y junto a su boxer los baja con destreza. Sus ojos destellan lujuria, sus pupilas se ven tan dilatadas que sus ojos se han vuelto completamente negros.

Cuando recogí mi cartera, Lombardi se apareció y con sus palabras puso mi mente de cabeza.
—Cuida lo que haces Alexia, no querrás que tú hermana se quede sin transplante por simples pasiones.

Hace eco.

Estuve a punto de esconderme de Alek, no tenía el valor de decirle que no, sus ojos me imnotizan de tal manera, que he cedido a todas sus peticiones.
Y miren hasta donde he llegado.

Al tratar de decirle que nos regresaramos, simplemente mis impulsos y deseos fueron más profundos y me tiré como una loba sobre él.
En busca de besos... y orgasmos.

No dejo de verlo a los ojos, y cuando queda desnudo me brinda una mirada pícara y toma su erecto miembro para masajearse.

—¿Te gusta verme así?. —dice con voz ronca y profunda—. Masajeandome la polla, mientras estás desnuda envuelta de mi olor.

Gimo en respuesta, mi cuerpo se retuerce en las sábanas, y el se masturba viendo mi imagen.
Se sube a la cama sobre sus rodillas, y el cuerpo caliente y duro de Alek se amolda sobre mí.

Abro mis piernas por inercia. —Eso es... Abre esas dulces piernas.

—Alek...

—Me encanta como dices mi nombre... ese será mi nuevo sonido favorito.

Abre más piernas para asentarse, y aunque trato de mostar un poco de pudor, el se inclina para besarme, su boca toma con posesión la mía y su lengua juguetea en un baile erótico, para  luego descender sobre mis mejillas y mandíbula.

Mis manos se ubican sobre sus duros hombros, aruñando su piel al sentir sus dientes haciendo combinaciones de besos y mordidas en mi cuello.

Toma unos de mis pezones en su boca, mis manos se aferran a su espesa y suave cabellera, mientras el se deleita besando cada globo con efusividad, sus mejillas se ahuecan, y termina con soplar antes de volver a mis labios.

Me siento en una nebulosa.

Con una de sus grandes manos, lleva mis manos sobre mi cabeza, mis dedos rozan con el barandal de la gran cama King.

—¿Estás lista?. —pregunta mirándome a los ojos—. Si te quito la virginidad no hay vuelta atrás... No conmigo.

—Tómame Alek. —susurro en un gemido sintiendo la fricción de su miembro en mi feminidad.

Dama de Seducción |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora