Capítulo catorce.

1.6K 209 8
                                    


Alexia Mc'Mahon.

La seda blanca y el encaje se ajusta como una segunda piel a mi cuerpo.
Mis nervios están a flor de piel mientras me observo en el gran espejo frente a mí, mi apariencia me deja sin habla.

-Te ves muy hermosa. -exclama Quinn, Andra asiente estando de acuerdo a sus palabras.

-Mi hijo tuvo mucha suerte. -comenta Kara, que pronto llevará el título de suegra. Aunque no pude tener más suerte en encontrar a alguien tan amable y comprensiva como ella.

-¡Hora de los regalos!. -canta Andra atrayendo nuestras miradas mientras camina hacia una mesita cerca de la puerta.

Dejo de verme en el espejo para girarme y encararlas a todas, Meghan me sonríe desde su asiento, soba tranquilamente su pequeño vientre, ella y su esposo han viajado a nuestra boda desde Grecia, a pesar de que por su estado no es muy adecuado estar horas en un avión.
Mi futuro esposo y el suyo son mejores amigos, y si no me equivoco deben estar en otra habitación charlando con Alek.

Andra se acerca con pequeñas cajas, la observo confundida mientras me pasa una de ellas.

-Una novia debe portar en su boda algo nuevo, viejo y prestado, así que iniciemos. -musita revisando todo de forma minuciosa-. Eso es el accesorio nuevo, cortesía de tu amado Alek.

Abro la caja para encontrarme con una pulsera de diamantes, Alek suele darme regalos, más que todo joyas, aunque al principio me sentía extraña con ellas, todos estos meses me he ido acostumbrado a este mundo.
Su mundo.
Aunque siempre dice que su mundo es donde yo me encuentre.

El accesorio brilla cuando lo saco, Quinn me ayuda a colocarmelo, es algo discreto y recatado, tal como Alek sabe que me gusta.

-Lo viejo, cortesía de su servidora. -explica pasandome otra caja.

-Creo que no es necesario tanto. -musito cuando la deja en mis manos.

Andra chasquea los labios con presunción. -Dicen que si no los usas trae mala suerte.

Quinn se ríe. -Es una verdad a medias. Andra uso todo tipo de cosas que vio o escucho, puedo decirte que quería asegurarse que su matrimonio no fallará.

La señora Kara acompaña a las risas. -Recuerdo ese día.

Andra jadea. -No exageren, que no fue para tanto.

-Si tú lo dices. -exclama Quinn de manera divertida.

-Por si las dudas, no estaría mal usarlos. -expresa a mi dirección.

Sin darme respuesta, saca un hermoso collar y ella misma lo coloca sobre mi cuello, la joya cae sobre mi pecho de manera libre.
-Y lo prestado. -concluye-. Cortesía de la recién casada que no nos invitó Meghan.

La mencionada estalla en carcajadas, cabe destacar que su boda fue muy exprés, pero dice que después del embarazo habrá una boda donde todas estrenos invitadas, aunque Andra suele molestarla cada vez que puede.

-Superalo. -le dice Quinn.

Andra rueda los ojos, Meghan se levanta para tomar los delicadas argollas y colocarmelas.
-Suerte. -me dice guiñando un ojo.

Le doy un cálido abrazo, sin duda la compañía de Meghan es de las mejores, aunque no tenga de dónde escoger, en realidad.
Ella sostiene la pequeña barriguita que se muestra tras el vestido ocre que porta, se ríe de las locuras de Andra, y eso hace que mis nervios disminuyan.
No tendría por qué tenerlos, se que Alek me ama, nunca esperaría un rechazo de su parte. Pero las chicas me aseguran de que es algo normal, no todos los días contraes matrimonio.
Bueno, no va a ser mi caso.

Dama de Seducción |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora