Capítulo quince "Final".

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Alexia Mc'Mahon.

Levantó mi mano para despedirme de Hazel acompañada de Margaret, presionó el volante para iniciar a conducir hasta la empresa de mi esposo; proceso una larga exhalación de aire, Hazel parece una pequeña fuente de energía, por qué su energía no parece acabarse ahora que puede hacer más actividades o juegos como correr por la casa, me gusta estar a su lado a cada momento aunque después termine exhausta. Después de todo esa libertad le fue arrebatada desde que nació, y haré hasta lo imposible para que disfrute como a ella le gusta.

Ingreso a la carretera principal recordando como Alek me trajo la primera vez a conocer nuestra casa, ahora todas estas calles las recorro por lo menos una vez al día, a mi esposo le gusta que almuerce con él en algún restaurante o en su oficina, suelo llevar a Hazel conmigo, pero ahora tenía que estar temprano en su clase de arte, por lo cual su tiempo de comida fue adelantado.

Alek por su parte me espera en su oficina, siempre llama antes para saber cómo estamos, y dejado muy claro que me quiere en el menú de este día.
Y no puedo decirle que no.

Mis muslos se presionan con el simple pensamiento, mi esposo no a perdido lo pasional y posesivo en todo este tiempo, su hambre parece ir en aumento con los días.
Recuerdo cómo está mañana me tomo con fuerza contra los azulejos de nuestra ducha.

La seguridad que Alek me ha impuesto sigue de cerca mi auto, sonrió al recordar las órdenes que ha establecido para ellos, y una de ellas es que no deben hablarme, a menos que esté en peligro.
Mi hombre celoso.

Parqueo frente a su empresa, salgo y le doy las llaves a uno de mis guardaespaldas e ingreso por las puertas principales.
Al principio recibí varios críticas y burlas sobre que sería el juguete del año, y luego ellas tomarían mi lugar.
Un sinfín de habladurías que deje de tomarles importancia, por qué la única opinión que necesito es de la de mi esposo y nuestro pequeño círculo.

Se que Alek me ama, no tengo duda de ello, toda esa gente puede seguir hablando hasta que sus voces pierdan sentido.
Muchos lo dicen por qué Alek es una masa fría y tosca con la gente desconocida, mientras que con nosotras es la persona más amorosa y atenta. Debería dejar que muestre ese lado al mundo, pero podrían llamarme egoísta cuando digo que prefiero que las cosas sigan así.

Nadie cuestiona mis entradas y salidas de la empresa, sin pedir permiso paso al lado de la recepción, solo hay una chica que me sonríe y le devuelvo el gesto, ya que las demás se han limitado a dar críticas y malas miradas.
Alek no se encarga de estas contrataciones, pero si están en ese puesto es por qué tienen buenas recomendaciones y sus expectativas son altísimas.

Presionó el piso presidencial para que las puertas metálicas se cierren, arreglo mi vestido de una tonalidad azul rey de botones en la parte superior, dejo que mis manos reposen sobre mi estómago, cuando las puertas vuelven a abrir mis pezones se fruncen contra la delicada tela, la espectación siempre me gana, aunque se lo que va a ocurrir, mi cuerpo reacciona antes de verlo.

La secretaria sonríe al verme, y me señala la puerta de mi esposo, diciéndome que ya espera por mí, decido no tocarle y con suavidad me adentro.
Mi esposo se encuentra haciendo una llamada mirando la cuidad frente él.
Admiro en silencio su porta y la hombría que emite y que tanto me hace babear por las noches, la camisa blanca abotonada se amolda perfectamente a cada uno de sus músculos, a dejado a un lado de su silla el saco, su imagen es un poco desordenada, pero creo que lo hace ver más sexy y despreocupado.
La imagen de mi esposo me deja sin habla, todo el es una escultura.
Cómo me encanta pasar mis labios por esa escultura.

Alek termina su llamada y cuando se gira se percata de mi presencia, retiro mi espalda de la puerta y camino hasta él.
Su ojos siempre se dilatan, y con una sonrisa me recuesto en el escritorio frente a él.

Dama de Seducción |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora