Capítulo nueve.

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Alek Diatlov.

Alexi...

Mi mente solo piensa en ella, y sin abrir mis ojos todavía, estoy buscando su cuerpo.
La cama se siente muy fría, probablemente se levantó y está cocinando el desayuno, como ha decidido hacerlo los últimos días, como una manera de ser productiva.
Según sus palabras.

Al abrir los ojos y fijarme en la hora, me sorprendo al ver lo mucho que he dormido, aunque es algo raro, ya que los últimos años pasaba mis noches en vela, debido a la falta de sueño.

Sonrió sabiendo que Alexia tiene mucho que ver.
Ha estado quedándose conmigo las últimas noches, y aunque no ha mencionado algo sobre su trabajo en ese club, no voy a cambiar de opinión al respecto.

Me levanto a buscar mi boxer, observando cómo toda mi ropa esta regada a través de la habitación.
Con solo pantalones de chándal, salgo en busca de Alexia, pero el silencio que se extiende por toda la casa me desconcierta.

—Alexia. —la llamo llegando a la cocina.
No hay nadie.

Regreso por el pasillo llamándola, y al ver que no contesta salgo afuera de la casa donde mi seguridad se sitúa.

—¿Han visto a Alexia?. —les pregunto a los hombres de la entrada, ellos niegan rápidamente.

—¿A quien buscas?. —pregunta Hugo a mi espalda.

—Alexia. —le respondo girando a su dirección.

—No estaba contigo. —dice con el ceño fruncido.

—Cuando desperté no estaba a mi lado, supuse que estaría en la cocina, pero no hay rastros de ella.

—Busquen en la playa. —les dice a mi seguridad.

La preocupación se instala en mi pecho, Alexia tiene que aparecer, ella no saldría de esta manera sin darme explicaciones.

Entro rápidamente seguido de Hugo, al tomar mi celular llamo en reiteradas ocasiones a su teléfono, y todas caen al buzón de voz.

¿Donde estas Alexi?.

Marco en un acto de desesperación al teléfono de Margaret, por cualquier emergencia logré que me pasara un número, y así estar pendiente de todos los movimientos de Hazel.

Cuando escucho el sonido de la contestadora y luego al buzón, gruño fastidiado, y más aún cuando mi seguridad regresa sin ella.

Escaneo con detenimiento mi habitación, y al hacerlo me doy cuenta de que las ropas de Alexia no están en el suelo, lo que me hace pensar que llevaba mucha prisa como para buscar en el armario.

¿Si tuvo una emergencia por qué no me lo dijo?.
¿Por qué la seguridad no la vio salir?.
¿Por qué no me despertó para acompañarla?.

¿Esta habrá sido su forma de abandonarme?.

Estampó el teléfono contra la pared más cercana, el material se hace añicos hasta depositarse en el suelo, con solo el pensamiento de que Alexia me puede dejar, me hace enloquecer completamente y termino por golpear la pared haciendo que mis nudillos ardan por el golpe.

Hugo se encuentra en la puerta observando mis pasos con cautela, simplemente le gruño entre dientes.

—Prepara el yate. —asiente y empieza a ejecutar mi orden.

Si Alexia quiere dejarme, lo dirá en mi cara, sin escaparse o buscar excusas.
Y si está en peligro yo mismo me encargaré de salvarla, y mataré con mis propias manos al imbécil que se haya atrevido a ponerle una mano encima, nadie sabe cuan salvaje puedo ser, más cuando se trata de las personas más importantes en mi vida.

Dama de Seducción |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora