Jungkook era un joven empresario que llevaba una vida perfecta y correcta. O al menos eso veían los demás. Lo cierto es que Jungkook estaba aburrido y decepcionado consigo mismo por no seguir su verdadero sueño: ser cantante. Siempre había sido muy...
Whenyourhand's in mine It'slikeI'mwhole again, isn't that a sign I shouldspeak my mind I'vesaid those wordsbefore but it was a lie And youdeserve to hear them a thousand times Ifall it is eightletters Why is it so hard to say? Canción: Why Don't We - 8 Letters
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Jimin encontró a Jungkook bastante deprimido el día siguiente que fue al departamento. Se le notaba en los ojos y en la falta de sonrisa. De esa sonrisa tan angelical. Intentó averiguar qué le ocurría pero el más chico no respondía a las preguntas indirectas ni mucho menos a las directas.
Entonces decidió no insistir más. Al menos por ese día. Pues a veces cuando alguien está pasando un mal momento, es mejor dejarlos tranquilos y no presionar.
Odiaba verlo en ese estado. Se sentía mal por él. Pero Jimin era paciente. Si Jungkook necesitaba tiempo, se lo daría.
No obstante, en los siguientes días no pareció mejorar. Jungkook se veía triste pero además de eso, comenzó a dejar de hablarle. Es decir, solo le hablaba lo normal. Ya no compartían chistes o charlas extensas como las primeras veces que se vieron, no importaba cuanto Jimin lo intentara. Lo sentía...lejano.
El chico solamente se encerraba en su cuarto a trabajar mientras él se encargaba de pintar.
Una noche, luego de un largo día de trabajo Jimin estaba listo para irse. Pero cuando Jungkook lo saludó de una manera muy seca y tosca luego de pagarle lo correspondiente a ese día, decidió que ya no lo toleraría.
- ¿He hecho algo malo? - se animó a preguntar.
- ¿De qué hablas? La pintura está quedando genial. Eres muy dedicado.
- No hablo de eso. Sabes de qué hablo. - el rubio se puso serio. - Me invitaste a dormir hace casi una semana. Y ahora apenas si me hablas. ¿Qué pasó?
- No pasó nada. No has hecho nada malo. Solo soy yo.
- Pues cuéntame. Quizás...pueda ayudarte.
- No puedes hacerlo. No puedes, Jimin. - le dijo en un tono molesto.
- No lo sabes si no lo intentas. - sonrió el mayor.
Jungkook negó con la cabeza. No podía. La conversación con Hoseok lo había deprimido y no había podido recuperarse. Y ahora tener a Jimin cerca era como tener el recuerdo de su sueño imposible y frustrado presente todo el maldito tiempo. Cuando miraba al rubio solo recordaba lo bien y natural que se sintió la noche en que cantó para él.
Y dolía. Dolía ser tan cobarde. Dolía no saber qué hacer con su vida.
- Quizás no pueda ayudarte pero quizás pueda hacerte sentir mejor. - insistió Jimin.
