capítulo 6.

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—¿Pero qué haces?—Hyungwon se subió su ropa interior y sus pantalones con rapidez. Su cara estaba roja y sus ojos llorosos.

Hoseok no respondió, ni siquiera dijo algo para burlarse de él, todavía estaba procesando lo que había escuchado de Hyungwon momentos antes. El joven se limpió las lágrimas con su brazo, el íncubo pudo ver que le temblaban los labios, ¿realmente le daba tanto asco? Sería mejor dejar las cosas como estaban, ya no quería seguir viendo esa cara molesta y llorosa de nuevo.

—Te acompañaré a la iglesia, vamos.—Hoseok intentó tomarlo del brazo, pero Hyungwon lo apartó.

—¡No! Déjame, me voy a casa.—Hyungwon salió corriendo, esta vez Hoseok no fue tras él, cierta culpa le impidió hacerlo.

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Jooheon acercó su mano al chico que dormía plácidamente. Su dedo índice tocó su mejilla e inmediatamente lo quitó dándose cuenta de lo arriesgado de su atrevimiento. No estaba bien, si el joven lo descubría sería su fin.

—¡Me están picando los moscos!—gritó Changkyun agitando sus manos para "alejarlos".

Jooheon se mordió el labio para no reír, ese chico era la idiotez en persona. Haciendo el menor ruido posible se alejó de él caminado hacia la calle, nadie podía verlo así que aprovecharía para dar un pequeño paseo y curiosear a los humanos del pueblo, no todos los días podía hacer algo como eso, en realidad jamás lo había hecho.

Despidiéndose mentalmente del chico, avanzó por las calles. Al caminar por una de ellas pudo percatarse a lo lejos de una figura conocida, era Hoseok. Sonrió al verlo, pero su humor se desvaneció al mirar que estaba con un chico, y se besaban.

—¿Pero qué demonios…?—no terminó su pregunta, vio como ese joven le daba una cachetada nivel Dios, y justo unos segundos después salía corriendo del callejón. Jooheon no lo podía creer, ¿en qué nuevo problema estaba metido Hoseok?

—¡Maldición!—lo escuchó quejarse y dar un puñetazo a la pared de roca.

—Hoseok.—se atrevió a llamarlo, éste volteó a verlo. Después caminó hacia él. Sólo el rubio podía verlo ya que los íncubos podían controlar quién los miraba.

—Jooheon, hola, ¿qué haces aquí?—preguntó sin muchos ánimos.

—Te estaba buscando. Oye, no quiero ser entrometido ni nada parecido, pero te acabo de ver con una persona, no estás en problemas de nuevo, ¿o sí?

—No es nada, él es algo diferente.—se limitó a responder, pero Jooheon no estuvo conforme.

—¡Es un hombre!

—No me importa.—Hoseok suspiró.—Lo conozco desde que era un niño, me atrae demasiado, Jooheon, quiero tenerlo.

—¿Te das cuenta de lo que eso significa? Una cosa es besarlo y otra muy diferente querer tener sexo con él. Somos íncubos, se supone que buscamos mujeres, no hombres, eso déjaselo a las súcubos.

—¿Acaso nunca has sentido atracción por un hombre?—Jooheon recordó al chico de hace un momento, no supo qué responder. Hoseok sonrió.—Le di mi beso a Hyungwon cuando éramos apenas unos niños, le conté de mí y mis poderes, me aceptó. Pero papá le borró la memoria y no me recuerda. Me caliento nomás lo veo, ¿qué se supone que debo hacer?, ¿ignorarlo?

—Creo que necesitas una mujer, pero si la matas estarás en problemas —sugirió Jooheon—.Podrías ir al burdel y buscar una súcubo que te complazca, así evitas a las humanas por ahora.

Tal vez Jooheon tenía razón, necesitaba despejarse de todo, así dejaría de pensar en Hyungwon y su patético olor. Sí, eso haría, tomaría toda una semana de sexo desenfrenado.

That boy is a monster.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora