That boy is a monster.

capítulo 23.

Nunca se había sentido tan nervioso en su vida. Hoseok había estado con decenas y decenas de mujeres desde hacía mucho tiempo, pero jamás experimentó tales sensaciones. Quería complacer a Hyungwon, aunque temía no ser lo suficiente para él ahora que estaba mal herido.

Movió sus manos rozando el pecho de Hyungwon hasta sus muslos, sintió  su ángel se estremeció ante el trazo de sus dedos por su piel expuesta, si era la primera vez del castaño debía disfrutarlo al 100%.

Hoseok ignoró el dolor punzante en su cuerpo y sostuvo las caderas de su pareja para darle a entender que debía agacharse. Cuando sus cabezas estuvieron cerca Hyungwon comenzó a besarlo lentamente pero con deseo, sabía que no había vuelta atrás, dejaría todo de lado para estar con Hoseok y a la vez curarlo de sus heridas.

El íncubo se abrió pasó en su boca, recorriendo y saboreando, jugando con su lengua y mostrándole a Hyungwon cuánto lo deseaba. Hoseok quería moverse con más libertad pero todavía estaba demasiado dolido como para intentar siquiera acomodarse o levantarse de donde estaba.

—Hyungwon, tendrás que moverte tú, voltéate y atiéndeme, yo haré lo mismo contigo.—Hyungwon hizo lo que le pidió, tenía un poco de vergüenza porque Hoseok lo estaría viendo más de cerca, pero intentó no pensar mucho en ello.

El ángel tomó de nueva cuenta el miembro ahora duro de su novio y comenzó a masajearlo. Estuvo a punto de dejarse caer cuando sintió la humedad de la boca de Hoseok en su pene, el idiota no había dado señales siquiera, simplemente lo metió a su boca haciéndolo delirar.

El cuerpo de Hyungwon era sensible, pero intentó en lo posible mantenerse cuerdo para atender del otro lado a Hoseok, aunque era bastante difícil teniendo en cuenta que se lo estaba comiendo allá abajo.

—Hoseok...—suspiró. Respiró de manera rápida, mordió su labio y continuó con su tarea.

Hyungwon llevó una de sus manos libres hacia sus testículos, masajeando y acariciando toda el área. Hoseok gemía de vez en cuando con su pene dentro de su boca, eso le daba cosquillas y lo alteraba al mismo tiempo. Hyungwon sintió un estremecimiento, sus rodillas flaquearon, estaba a punto de venirse.

—Ahh... ya no puedo... Hoseok... ¡Ahh!

Hyungwon cerró sus ojos y lo liberó. Su semen bañó las manos de Hoseok  y el castaño no tuvo fuerzas para sostenerse, se recostó sobre la pierna del íncubo mientras intentaba recuperar el aliento. La mirada azul de Hoseok brilló con más intensidad, el placer que había descargado Hyungwon había sido la causa de que su cuerpo no doliera como antes, se sentía con muchas energías a pesar de que apenas comenzaban, estaba casi curado. Hoseok no tenía la hemorragia interna, Hoseok no tenía alguna fractura o rasguños en su cuerpo, estaba bien y no entendía por qué tan rápido.

—Ángel.—Hyungwon no se movió ni respondió, todavía estaba con la respiración acelerada.

El íncubo no insistió, todavía faltaba disfrutar más de su primera vez juntos. El trasero de Hyungwon estaba justo al frente. Se mojó los labios y aproximó su lengua a su entrada, Hyungwon volvió a gemir al sentirlo, el chico se moría de vergüenza pero no podía evitar que de su boca salieran esos sonidos de excitación y gozo, que por otro lado le encantaban al rubio.

Hoseok acercó su mano bañada con su esencia y comenzó a prepararlo, primero introduciendo un dedo. Al principio Hyungwon se sintió incómodo, no le dolió, pero luego que Hoseok metió el segundo dejó escapar un grito de dolor que el íncubo intentó aminorar acariciando su entrepierna con su mano libre. Cuando un tercer dedo entró, Hyungwon estuvo a punto de decirle que se detuviera, pero la parte razonable le dijo que aguantara un poco más.