Capítulo 18.

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Hyungwon se sentía nervioso, no es como si fuera a entregarse a él en ese preciso momento, no podría atreverse a tanto estando Jinhwan, pero sí a darle placer a Hoseok con sus manos. Era lo más que podía ofrecerle por el momento, y esperaba que lo entendiera.

Escuchó a Hoseok gemir débilmente debido al toque que le proporcionaba con su mano por encima de su pantalón, se estaba excitando, eso serviría para curarse. Hyungwon comenzó a desabotonar y bajar el cierre del pantalón de su novio, ¿Qué diría su madre si lo viera en ese preciso momento?, probablemente daría el grito en el cielo.

—Ah… ángel…

Hyungwon vio el bulto en su ropa interior, al parecer estaba haciendo lo correcto. Miró a Hoseok por unos segundos, tenía los ojos cerrados y su boca un poco abierta. Su vista pasó a su ropa manchada en sangre, necesitaba verle las heridas para saber que se estaba curando. Desabotonó su camisa hasta tener a la vista las cortadas en su cuerpo, eran tres muy profundas. Una muy cerca del corazón.

—Estoy bien, continúa.—escuchó su voz. El castaño asintió y volvió a centrarse en cumplir con su tarea.
Puso a la vista el miembro palpitante de Hoseok, se estremeció, ahora no estaba muy seguro, tenía tanta vergüenza, ¿Por qué Hoseok tenía que curarse de esa manera?, ¿por qué de esa forma tan… tan vulgar? Tragó saliva, sus latidos aumentaron cuando logró tocar ese pedazo de él. Dejó de respirar por un segundo pero no lo soltó.

Pasó su mano frotando de arriba abajo, no se atrevía a mirar a Hoseok a la cara, desde que comenzó no había escuchado ni un sólo suspiro, quizás no le gustaba como lo estaba haciendo. Era tan grande y duro, no quería imaginar que eso algún día estaría dentro de él, sería demasiado, lo partiría en dos. Levantó un poco la vista, sus heridas parecían ya no sangrar, eso era un avance.

—¿A qué tanto le temes?—preguntó Hoseok, Hyungwon volvió abajar la mirada.

—Ah… yo…

Hoseok lo jalo del brazo, Hyungwon cayó tendido sobre él, intentó levantarse pero el rubio no lo dejó. Hyungwon podía sentir la erección de su novio en su barriga, eso le excitaba y avergonzaba al mismo tiempo, ¿por qué tenía que pensar tanto las cosas?

—¿Puedes sentirlo?—un Hyungwon sonrojado asintió tímidamente. Hoseok se movió un poco haciendo que se rozaran más. El castaño suspiró sin poder evitarlo.—Esto es lo que has provocado sólo con tus manos.

—Hoseok, si seguimos así voy a lastimar tus heridas, deja que…

—No quiero.—lo interrumpió.—Deja de tener miedo.

—No es miedo, me da vergüenza.—confesó descansando su cabeza en su pecho.

—Tampoco debes sentirla. Además, si no te decides voy a morir rápido.—bromeó, Hyungwon sonrió y alzó su cabeza para recibir los besos de Hoseok.

Estuvieron así por varios minutos, se besaban, acariciaban por encima de su ropa y Hoseok movía un poco su excitación para que rozara con el cuerpo de Hyungwon. El castaño fue bajando hasta volver donde había comenzado, ahora esa parte estaba completamente erecta. Sin pensarlo más la tomó entre sus manos la metió en su boca.

El ronco gemido de Hoseok retumbó en sus oídos como un sonido que lo encendió a él también, Hoseok lo deseaba y mucho, Hyungwon estaba convencido que él era la persona con la cual quería pasar el resto de su vida, porque Hoseok era especial, era la persona que más amaba.

—Hyungwon…

Hyungwon no dejó su miembro en ningún momento, y cuando Hoseok se vino manchó su boca logrando una imagen bastante provocativa de su ángel. Definitivamente quería comérselo, pero no sería esa noche, para su mala suerte.

That boy is a monster.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora