Capítulo 10.

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El sol de mediodía brillaba en el cielo. Hoseok y Hyungwon había permanecido en el río un par de horas. El íncubo respondió todas las dudas que al castaño le surgieron en ese momento, claro que Hoseok se limitó a dar información del resto de su especie, así como evitar especificar qué era lo que hacían realmente. Ahora los dos caminaban por el bosque a paso lento, Hyungwon no quería llegar a su casa aún, y el rubio tampoco quería despedirse.

—¿Por qué yo?—se atrevió a preguntar el castaño mientras seguían de camino hacia el pueblo.

—Primero fue atracción física, tu olor me atrajo. Después no sé, sólo pasó.—Hyungwon asintió mordiendo su labio, toda esa situación lo ponía muy nervioso.—¿Y tú?, ¿cómo pudiste cambiar de parecer? Si mal no recuerdo me detestabas.

—Odio tu comportamiento, eres demasiado confianzudo y vulgar.—Hoseok arrugó la frente—Pero… pude verte detrás de eso. Tu bondad.

Hoseok rió, Hyungwon tenía un mal concepto de él, no era para nada bueno, si él supiera todo lo que había hecho, no estaría en ese momento a su lado. El castaño lo miró extrañado, no entendía por qué el íncubo se reía, ¿acaso había dicho algo malo?

—¿Qué sucede?

—Ángel, eres demasiado bueno para mí, soy como uno de esos demonios. Es peligroso que te guste y me gustes.

—¿Por qué?, ¿por qué lo dices?—el rubio se mantuvo callado por unos segundos, hasta que finalmente habló.

—Cuanto menos sepas, mejor.—Hoseok se transformó nuevamente y tomó al otro en los brazos.—Es peligroso continuar aquí, regresaremos rápido, sujétate.

Hyungwon se abrazó a su cuello al momento de ver que los dos subían. Una vez arriba pudo ver todo el pueblo, el bosque y la carretera rumbo a la ciudad. Todo se veía tan pequeño y hermoso. Sonrió inevitablemente y volteó a ver a Hoseok, éste lo miraba sonriente ante su felicidad.

—Es maravilloso volar.—dijo con los ojitos brillantes, Hoseok acercó su rostro y le dio un beso. La sonrisa de Hyungwon se esfumó, pero no estaba molesto, más bien abochornado.

—Y tú eres hermoso.

Hoseok continuó el vuelo hacia la casa del castaño. En todo momento el corazón del humano palpitó con rapidez, ese monstruo estaba subiendo de nivel en su acelerado corazón.

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—Hyungwon, puedes subir a tu habitación.—dijo su padre, toda la familia estaba reunida para la cena, el castaño ya había terminado su plato.

—Pero ustedes no han terminado.

—No es necesario que nos esperes, yo hablaré un rato con tu madre.—asintió y se levantó.

—Buenas noches, y gracias por la comida.

Su papá generalmente lo hacía esperar hasta que todos hubieran terminado, ellos comían demasiado lento, fue una suerte que su padre estuviera de buen humor últimamente, o eso es lo que parecía, aunque por las noches podía escuchar que despertaba aterrado, quizá alguna pesadilla.

Al entrar a su habitación encendió la luz esperando encontrar a su visitante nocturno, pero no estaba ahí. Suspiró, apenas ese día había descubierto su verdadera naturaleza y a pesar de todos sus miedos y traumas infantiles, no le importó. Al principio sintió miedo, pero su corazón se aferró a sus sentimientos y mandó al diablo todo lo demás. Hoseok lo hacía cambiar demasiado y eso le asustaba, no quería fallarles a sus padres, ya suficiente tenían con elegir a un hombre y no a una chica, pues sus papás jamás lo aceptarían.

That boy is a monster.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora