Capítulo 42

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Me encontraba el Italia en la casa donde crecí y ella estaba ahí sentada en uno de los taburetes de la cocina glaseando roles de canela, esos que tanto disfrutaba prepara y comer a su lado acompañados de una buena taza de café. Se sentía tan real, pero sabía que no era así. Esto debía ser un sueño, ella ya no se encontraba con nosotros. Mamá había muerto hace tiempo. ¿Yo lo estaba? No lo sabía, mi cuerpo ya no dolía.

-Acércate mi niña– Me pidió tan fuerte y claro que sentí la adrenalina recorrer mi piel. Mi madre estaba frete a mí una vez más.

-Mamá... - Fue lo único que salió de mi boca.

-Mi dulce Katherina. Mírate, estás hermosa – Respondió mientras se levanta y caminaba hacia ni. No me resistí más y corrí a abrazarla.

-Mamá no creí volver a verte, pero eres tú; en carne y hueso.

-Lo de carne y hueso es discutible, pero esa no es la cuestión. Se que en este momento tienes muchas dudas, mejor acompáñame tenemos poco tiempo.

Me tomo de la mano y salimos por las puertas francesas de la cocina hacia el gran jardín trasero de la casa, ese lugar tan mágico creado por mi padre especialmente para ella. Caminamos entre los rosales mientras me preguntaba como era que sabía que estaba cuestionándome tantas básicamente mi vida y accionar en ella.

-Hay mucho que te quiero contar, pero centrémonos en lo importante. Puede que te parezca ilógico y hasta descabellado lo que te diré, solo te pido que mantengas tu mente abierta. Empezare diciendo no solo nos gusta el mismo sabor de helado, sino que también amanecer en los brazos del mismo hombre – Dijo con una tierna sonrisa en los labios, ¿Los brazos del mismo hombre? No capte lo que quiso.

-Tendrías que se más clara madre ya que no conociste a David y Robert... - Algo hizo clic en mi cabeza.

-Es justo lo que piensas – Los colores me subieron a la cara.

- ¿Robert? – Pregunte con algo de miedo.

-Si – Respondió con su enorme sonrisa. No supe como sentirme al respecto.

-Tienes que estar bromeando, mamá esto es peor que el hecho de que le haya sido infiel a mi novio con su padre – Quise salir corriendo y si había muerto quería que la nada llegara de una vez por todas.

-No soy quien, para juzgarte mi niña, quien este libre de pecado que lance la primera piedra. Se que es enamorar de Robert hasta las cejas, también las consecuencias que puede traer. Hay cosas que no sabes, debes traer claridad a tu vida.

-Dímelas tu mamá, siento que mi vida es un mal chiste – Respondí frustrada y sentí como mis mejillas se empapaban con mis lágrimas.

-No puede decirte nada más, no es mi deber. Ya es hora de irme. Estas en buenas manos. Te amo hija, de aquí a la eternidad.

-Mamá no puedes dejarme, no otra vez, y no así...

-Mamá...

Mi madre desapareció bajo una luz cegadora y mi cuerpo comenzó a flotar en el aire, olía a la lesión de Robert. Un sueño incontrolable se apodero de mi, de esos en el que no sabes el momento en que quedas dormida.

A partir de ahí todo fue paz, paz y un silencio infinito.

Fin.



Mentira. Lectoras, necesitamos a hablar.

Seduciendo lo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora