Capítulo 9

1.5K 72 0
                                    

Day

Desde donde estaba se podían escuchar los mormullos de la conversación que estaban teniendo Kate y Macarena. Lo que le estaba sucediendo a mi amiga estaba siento jodidamente intenso, si a mí me pasara algo de esa magnitud realmente no sabría qué hacer. Se hizo un largo silencio hasta que vi como Maca abandonaba la casa no sin antes dirigirse a mí.

– Sé que sabes lo que sucedes, te pido mucha discreción, y por favor abrázala fuerte, apóyala en lo que se le ocurra hacer. Somos lo único que le queda Day... - Sin aportar otro comentario abandono el pequeño recibidor. Era obvio que la apoyaría, para eso estamos las mejores amigas.

– Vi salir a tu tía y... – Dije al entrar, pero ella no me dejo terminar. Lo que más llamó mi atención fue su cara, casi podía jurar que una pequeña bombilla se encendió al lado de su cabeza.

– Day ¿Cuánto me quiere? – Pregunto de manera apresurada.

– Más que al sexo cara mia – Le conteste con chulería.

– ¿Me ayudas a mantenerme alejada Robert? – Pregunto y yo solo asentí - ... ¿Acostándote con él?... - ¡¿Qué?! Se había vuelto loco.

Joder no me malinterpreten, nada me daría más gusto que acostarme con Robert Papi chulo Owen Jr., Kate tiene cara de que diga; "No". Y luego tenemos una súplica, un; "¡Sálvame! De verdad necesito que digas que sí". Yo solo quería echarme a reír, pero solo lograría hacerla sentiré peor.

— No mames Kate — Fue todo lo que pude decir en ese momento. Soy Ítalo - mexicana, mi madre mexica, mi padre italiano, profesor y alumna que se enrollaron. Ya estando en su ciudad mi madre se enteró que venía en camino, cosa que oculto por diez años a mi papá. Cuando por fin vi de donde vino el bello espermatozoide que me dio la vida. Mis padres se dieron cuenta que el amor seguía ahí. Se casaron, fueron felices y comieron pizza acompañados de tacos.

Ella me miro confundida y decepcionada. Esa mirada que siempre me conmovía y me hacía a hacer lo que ella quería. Rodé los ojos. Debía a hacerle entender un par de cuestiones primero.

– Kate, cariño, te amo. Pero no creo ser tan perra para... – Lo decía en serio, bueno medio en serio con semejante hombre estaba las monjas se mojan.

– Por favor, hazlo por mí. — hizo su carita de perrito abandonado.

– Conmigo no te hagas la superada, esto no te va a gustar — Comente, con sinceridad, era más que obvio que le encantaba su suegrito, y yo como buena amiga primero intentaría que desistiera de su descabellada idea.

– Necesito un motivo mucho más fuerte para volver a caer en la tentación, que tenga una especie de relación contigo me mantendrá alejada, creo que más de lo que lo hecho el que sea la novia de su hijo. —Contesto Kate cabizbaja, queriendo más al suegro que al novio. Que cosas no.

Se hizo un pequeño silencio en el que nos mirábamos.

– Amo a David, en serio lo hago. También se me hace cuesta arriba recordar que estoy con el cuándo su padre está a mi lado. — Hablo más desesperada, casi al borde de un colapso nervioso.

— Esta bien — Murmuré. Ella empezó a brincar y abrazarme.

– ¡Gracias, gracias, gracias! — Gritaba una y otra vez mientras me abrazaba.

— Gracias a ti, por darme motivos para acostarme con él. Si estoy encantada de hacerle el Kama Sutra al derecho y al revés a Robert nalgas grandes Owen, pero no creo que él quiera meterse conmigo. — Me hice la tonta, para nadie era un secreto que solo tenías que tener buenas tetas y carita de putona para estar con él.

– Caerá. Él es algo facilón y tú hermosa – Dijo con tristeza, aunque lo quiso ocultar con una mueca pobre que no llego a sonrisa.

– Entonces a disfrutar de ese pedazo de hombre se ha dicho. Es que ya hasta me he mojado – dije con sorna. Tendría que ponerle diversión al asunto ya que la tensión se cortaba con una tijera.

Ella simplemente me golpeo.

Uh, ¿golpe bajo? Yo sé que a esta zorra le duele y le dolerá cada vez que me pida que le cuente mis encuentros con Robert, porque sé que me pedirá puntos y comas. Solo espero que funcione. Por el momento tengo justificación para revolcarme con ese Dios griego que llego a la tierra con el nombre mortal de Robert.

Aunque me da pena pensar que mi amiga muera por estar en mi lugar.

Seduciendo lo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora