Capítulo 32

863 57 9
                                    

La vi salir de local y todos mis miedos se intensificaron, el solo pensar que algo malo pudiera pasarle me trastornaba. Vi a través de la ventana como David la subía al auto y por muy loco que pareciera era mejor no enfrentarlo, solo sacaríamos más violencia si lo hacía. Haciendo de tripas corazones vi cómo se alejaban pidiéndole a cualquier entidad suprema que la protegiera mientras yo resolvía este asunto. El chico de la cafetería que tenía el móvil en la mano me sonreía burlón y yo le devolví una sonrisa siniestra, ese puto video no vería la luz del día. Me acerque al chico el cual a medida que me aproximaba su gesto burlón caía.

-Podemos hacer esto de dos formas la primera; me das el puto móvil y te vas, y en la segunda también – Gruñí en su cara. Al pobre muchacho no le quedó más remedio que entregármelo sin rechistar.

-Perfecto. Si nos grababas es porque sabes quienes somos y como no soy mala persona te invito a que recojas mañana temprano uno nuevo en cualquiera de las sucursales de mi marca, cortesía de la casa – Sin decir nada más abandone el lugar y estando en el aparcamiento saque del móvil la tarjeta SD e hice añicos el móvil contra el pavimento.

Me subí al auto dirigiéndome a casa de Ger nuevamente. Day sería la única que podría pasar la noche con ella sin levantar sospechas y así yo podría dormir tranquilo ¿Dormir? Desde que llego esta niña a mi vida cuando lo he hecho. Pasándome por el arco del triunfo todas las leyes de transito de la ciudad llegue a la residencia de mi amigo quien al verme tan alterado temió lo peor.

- ¿Ella está bien? – Pregunto al momento que empezaba a perder el color de la cara. Sabía que de David se podía esperar cualquier cosa.

-No, sí. Creo que si – Necesitaba calmarme para poder comunicarle mi plan, y rogar que Day aun estuviera con él.

- ¿Dónde está Day? – Pregunto y este blanquea los ojos, lo menos que necesitaba en este momento era un ataque de celos de adolescente.

-En mi oficina hablando por face time con su madre – Respondió y yo como una bala salí al encuentro de la mejor amiga de Katherina, que quien al verme frunció el ceño y se despidió de su madre alegando que habían llegado visitas.

- ¿Qué carajo pasa Owen? Tu maldita cara no me gusta, ¿Dónde está mi amiga? – Sin más miramiento comencé a relatar nuestro encuentro interrumpido, omitiendo algunos detalles.

-En que estabas pensando cuando la dejaste irse con él, Robert tu hijo es cocainómano, bipolar y violento eres consciente de lo que le puede hacer estando bajo el efecto de esa mierda, piensa que lo engañan, Porque solo lo piensa ¿no? – Dijo está desesperada mientras buscaba las llaves de su auto y marcaba con manos temblorosa el número de su amiga.

- Técnicamente no hemos llegado hasta el final, quiero que la llames y pidas pasar la noche con ella; dile que quieres pasar la víspera de tu cumpleaños en una maldita pijamada. Necesito que no estén a solas – La desesperación en sus ojos era palpable, así no me servía. Debía calmarse para que todo saliera bien.

-Robert no me atiende el móvil... - Me dijo está al borde de una lagrima. Debíamos bloquear los malos pensamientos, ella estaba bien, tenía que estar bien.

-Intenta con el fijo, y cuando te atienda, porque tiene que atenderá no le comentes nada. Ponlo en alta voz – Ella asintió, marco y al tercer tono Katherina por fin respondió haciendo que mis pulmones volvieran a tomar aire.

- Hola – Respondió con voz rasposa. Tenía que haberla traído conmigo, no debí dejarla en manos de mi hijo estando tan descontrolado.

-Nena ¿Sucede algo? – Pregunto Day expectante mientras yo luchaba con mis ganas de arrancarle el móvil para poder a hablar con Katherina.

-Nada... Solo que... estaba dormida.

-Te llamaba para informarte que esta noche será de chicas. Deseo recibir las doce abrazada a mi mejor amiga, ¿Puedes? – Pregunto con miedo a su repuesta.

- Me encantaría. David acaba de salir y no sé a qué hora vuelva y si es que vuelve – Respondió por fin haciendo que mi cuerpo comenzara a relajarse.

-Perfecto – respondió Day demostrando al fin algo de calma.

Después de media en que ambos me convencieron que no era una buena idea que llevar a Day para asegurarme de que Katherina estaba bien partí hacia mi casa ya que Ger empezaba a preguntar más de la cuenta y no estaba listo para darle las respuestas que necesitaba.

Seduciendo lo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora